Así son las habitaciones del Gran Hotel Miramar Resort

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Hoteles Santos ultima los detalles exteriores e interiores del Gran Hotel Miramar Resort & Spa, el primer cinco estrellas Gran Lujo con el que contará la ciudad de Málaga, que además abrirá sus puertas como miembro del selecto grupo The Leading Hotels Of The World.

El lujo y la exclusividad que caracterizarán las experiencias que vivirán los visitantes del Gran Hotel Miramar quedan patentes al analizar la propia arquitectura del establecimiento. Se trata de un edificio de gran herencia arquitectónica de principios de los años 20, obra diseñada por Fernando Guerrero Strachán, con una alta variedad de estilos en sus diferentes elementos, como son el neo plateresco, el árabe nazarí o el clásico europeo.

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La inspiración para la decoración de las 200 habitaciones del Gran Hotel Miramar ha emanado del propio edificio. Aneta Mijatovic, Rosa Escribano y Miguel Seguí, profesionales de dicho departamento, han trasladado a las estancias ideas extraídas de los grandes jardines, de los dibujos geométricos que se observan en los aleros, los trabajos cerámicos y los policromados de la fachada, de las ornamentaciones pictóricas del artista Enrique Jaraba, de la magnificiencia de los grandes salones de baile y detalles nazaríes en los arcos de acceso al patio central de la construcción.

De este modo, existirán diversas atmósferas para escoger en cada una de las categorías de habitaciones que se ofrecen (Premier, Deluxe, Suite Imperial y Suite Real), con el objetivo de que cada visita al hotel sea bien diferente a la anterior.

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Habitación Clásica. Inspiradas en los grandes salones de baile y en el clasicismo que se observa en la estética general del edificio, el objetivo de estas estancias es trasladar al visitante a etapas anteriores de la construcción. Aneta Mijatovic ha decorado parte de estas habitaciones, en las que predominan molduras clásicas color marfil y los cromatismos palaciegos en el mobiliario, combinando con la madera de gran calidad. En el caso de aquellas trabajadas por Miguel Seguí, maderas nobles y formas simétricas y singulares reciben al huésped. Colores ocres, cantos achaflanados para potenciar la sensación de ligereza y elegancia y el minucioso trabajo en los cabeceros son algunos ejemplos de su reinterpretación de aquellos dormitorios de antaño.

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Habitación Mediterránea. Este tipo de estancias, obra de Mijatovic, surgen por el propio carácter que tendrá el Gran Hotel Miramar: urbano y ubicado frente al mar. Elementos inspirados en el Mediterráneo, bien en color turquesa o bien en coral, dan una sensación marítima en estos dormitorios, contrastando con el blanco. Corales, conchas, erizos y estrellas de mar se distribuyen por las superficies, ultimando el detalle estilístico de la habitación.

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Habitación Árabe. El patio central del edificio posee dos grandes arcos de estilo nazarí, que también se detectan en el zócalo alicatado que rodea su perímetro. Estos elementos han inspirado la decoración de estas habitaciones, definidas por un aire nazarí y texturas en las que predomina el blanco, que se peciben tanto en aquellas decoradas por Aneta Mijatovic como por las de Rosa Escribano. En el caso de los dormitorios trabajados por la primera, la propia profesional destaca la reinterpretación y el coqueteo realizado con los estilos de herencia árabe, destacando por ejemplo los bellos cabeceros, en blanco puro con motivos dorados y cobres. Escribano evidencia en su diseño celosías de escayola en los techos y de madera en las puertas, la iluminación con faroles que tamizan la luz para crear atmósferas completas, tejidos en tonos neutros combinados con toques aguamarina y un mobiliario en madera natural de diseño moderno, con líneas rectas. Sosiego y bienestar en estado puro.

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Habitación Vegetal. Se trata de las habitaciones ubicadas en la planta cero, con jardín propio y obra de Mijatovic. La idea principal, tal y como subraya la profesional, se corresponde a las recreaciones de colorido y texturas de las plantas autóctonas de la zona, entre las que predominan las palmeras, magnolias, begonias, bambús, etc. Así, lo que percibe el visitante es toda una prolongación hacia el interior de esos 9.000 metros cuadrados de espectaculares jardines que rodean el edificio.

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