Rescatando el pero de Ronda

¿Conoces los peros de Ronda? Parecen manzanas, pero no lo son. Los peros de Ronda son un fruto legendario propio del Valle del Guadalcobacín. Los peros han sobrevivido a la amenaza de plagas y también a la imposición de otros árboles más comerciales. Estaba casi desaparecido, sin embargo hay nuevos intentos por recuperarlo. De hecho, Sabor a Málaga, la marca promocional de la Diputación para la promoción de productos agroalimentarios, ha incluido el pero de Ronda dentro de las especies a reivindicar.

Es un fruto que sabe y forma parte de la cultura y de la historia de la ciudad del Tajo. El pero rondeño es una variedad del manzano que se cultiva solo en esta región del interior de Málaga. A simple vista podemos confundirlos con la manzana, ya que son prácticamente idénticos por fuera.

Dentro es donde encontramos las diferencias ya que el pero de Ronda esconde en su interior un mundo de sabores totalmente diferentes, con una textura más suave y jugosa que una manzana. Hay que tener en cuenta que el pero tiene un tamaño ligeramente menor. También es un fruto más resistente a las inclemencias meteorológicas y al paso del tiempo, puede conservarse hasta seis meses una vez recolectado.

Los más jóvenes apenas sabrán de la existencia del pero. Este fruto tuvo su época de mayor producción entre 1950 y 1970. En este período era un producto muy demandado a nivel nacional en los principales mercados de Cádiz, Córdoba, Madrid o Bilbao. También tuvo alcance internacional y llegó hasta algunas zonas de América latina y África.

La producción de los peros en Ronda fue abandonada prácticamente finales del siglo XX debido a la llegada de variedades de manzanos más baratas y comerciales. También por la existencia de plagas que amenazaban la vida de este fruto y llegaba a no ser rentable para los agricultores. Todos estos factores provocaron que la producción pasara de superar las 10 toneladas en algunas fincas a ser cosa de tres o cuatro familias que siguen cultivando el pero en cantidades muy bajas para el autoconsumo y para no perder un producto exclusivo de la Serranía de Ronda.

En los últimos tiempos se ha puesto en valor la recuperación de especies autóctonas de cada una de las regiones y por ello, los agricultores del Valle del Guadalcobacín han decidido apostar por el pero de Ronda tras ese período de incertidumbre en el que estuvo a punto de desaparecer debido a la aparición de otras variedades más comerciales.  Así, recientemente se ha impulsado su producción para que vuelva a tener protagonismo en los campos de la comarca.

Actualmente este producto puede disfrutarse de muchas maneras. La más simple y tradicional es la de comerlo fresco como tentempié, en el postre o en la merienda. También se ha extendido su empleo en la repostería y en otras formas de consumo. Así, el uso del pero se ha hecho popular para la elaboración de bizcochos, tartas, hojaldres, mermeladas o incluso bebidas como el aguardiente. Entre los productos elaborados a base de este fruto tan popular de la Serranía de Ronda destacan los peritos, un dulce en forma de bombón compuesto por hojaldre, canela, mantequilla y azúcar.

Se pueden distinguir hasta seis variedades de este fruto, según nos explican desde Sabor a Málaga. La primera de ellas es la original, la más habitual en la comarca: el pero de Ronda. Otra variedad que puede encontrarse en el Valle del Guadalcobacín es el pero cotrofro, con una textura igual de jugosa pero con sabor terroso. El resto de variedades son la manzana de Aragón, el cañaval colorao, el pero bonito y el pero maíllo. Este último se suele emplear como injerto a la hora de plantar el pero rondeño.

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