Ruta senderista: Río Castor

senderismo

CÓMO LLEGAR AL PUNTO DE PARTIDA

El punto de partida de esta interesante ruta se encuentra junto al propio cauce del río Castor (COORDENADAS  36.480261  -5.1309830). Para llegar hasta allí hay que tomar la A-7, tanto en sentido Algeciras como en sentido Málaga, hasta la salida indicada para la Escuela de Arte Ecuestre de la Costa del Sol. Ésta está situada después de un cambio de sentido de la autovía (en sentido Algeciras). Habrá que tener mucha precaución, ya que el cartel del centro hípico está justo en ese punto. Tras atravesar la zona urbanizada se llega hasta la Puerta Verde de Estepona y el camino del Castor, que lleva por un carril de tierra hasta uno de los tramos donde se acumulan las pozas más profundas. Entre los meses de mayo y octubre este carril puede estar cerrado al paso a cualquier tipo de vehículo, lo que obliga a realizar este trayecto a pie (unos dos kilómetros, aproximadamente).

_

NATURALEZA

Esta ruta fluvial hace una incursión en Sierra Bermeja por su cara sur. Ahí se puede descubrir un paisaje impresionante entre un espeso pinar. Según se avanza, siempre con sigilo, se podrán ver algunos de los habitantes de este enclave que aspira a ser Parque Nacional, como la cabra montés o algunas rapaces de envergadura.

_

QUÉ LLEVAR

Al tratarse de una ruta fluvial es muy importante llevar ropa y calzado adecuados para combinar tramos acuáticos y terrestres. Es más, en este itinerario también es fundamental llevar recipientes estancos para evitar que se nos mojen móviles, cámaras fotográficas u otros objetos sensibles a la humedad. También es indispensable echar en nuestra mochila suficiente agua, alimentos con cierto aporte calórico para ayudarnos en el esfuerzo, protección solar y, sobre todo, mucho sentido común, lo que no es para nada incompatible con la diversión.

_

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Sierra Bermeja, que aspira a ser un día Parque Nacional por sus singularidades geológicas y biológicas, es la cuna de importantes ríos que desembocan en la costa de Estepona o en el Valle del Genal. Entre los primeros se encuentra el río Castor, que ofrece un ameno y emocionante paseo fluvial.

Desde el punto de inicio indicado el primer kilómetro es el más emocionante (siempre río arriba), ya que se combinan algunas de las pozas más importantes, como la Charca de las Nutrias, con tramos en el que resulta casi obligatorio hacerlo nadando –depende de la época del verano y del año hidrológico-. El paisaje resultará impactante para los primerizos, ya que las aguas turquesas del río ofrecen un insólito contraste con las rojizas tierras de Sierra Bermeja.

Eso sí, el camino no está exento de ciertas dificultades. Además de los mencionados tramos en los que habrá que mojarse hasta la cintura, mucho del recorrido que pisemos en este primer tramo será resbaladizo por mor de la humedad. Por tanto, se recomienda ir con cuidado. Un obstáculo importante estará en la antes citada Charca de las Nutrias, ya que para seguir avanzando río arriba habrá que superar una zona algo compleja, ya que, a pesar de no suponer un desnivel importante, habrá que tirar de habilidad y agarre (con las cuatro extremidades) para avanzar por un tobogán natural que se antoja al menos escurridizo.

A partir de ahí, hay que reconocer que el camino se afea bastante. Durante casi un kilómetro el río casi desaparece y sólo se puede avanzar por un pedregal seco, que amenaza constantemente a nuestros tobillos y resulta monótono. Pero, pronto se llegará a otra de esas pozas de aguas turquesas donde nos recompensará un buen chapuzón. Éste puede ser el punto de regreso si llegamos con las fuerzas justas. Si todavía nos sobran, podemos subir, siempre siguiendo el río, al menos un kilómetro más.  Los que busquen imágenes para la retina o para sus redes sociales no saldrán decepcionados, ya que según se avanza, las pozas, las cascadas y los vericuetos del río Castor, crecen  en cantidad y en belleza.

Para volver siempre habrá que seguir el mismo camino realizado en la ida. Eso sí, conviene tener incluso más precaución en el trayecto de vuelta, ya que el cansancio acumulado y el descenso suelen influir en esos resbalones indeseados.

_

Publicidad
Artículo anteriorEntrevista con el pintor Andrés Mérida
Artículo siguienteTortas Lupiáñez: las de toda la vida
Ricardo Pastor
Técnico Audiovisual. Abulense afincado en Málaga, quedó prendado de los paisajes, la gastronomía y el buen vino de esta tierra. Aficionado a la fotografía, la ornitología y la botánica, con un grupo de amigos malagueños ha ido conociendo muchos de los sorprendentes rincones que alberga la provincia de Málaga. Y lo seguirá haciendo.