Hay lugares que son para pasar un rato especial, sin tener prisa, para disfrutar de cada minuto que estás delante de un plato o de una copa de vino. Uno de esos lugares es Aire Gastrobar, un restaurante regentado por Pepo Frade y María Schaller. Esta joven pareja ha sabido trasladar su concepto de la armonía y la estética a todo lo que sale de la cocina. Él, a los fogones con mano experimentada. Ella, en la sala aportando su creatividad a la puesta en escena. Ambos dirigiendo el conjunto al mismo compás, con la complicidad de quienes se complementan y con el deseo de dar sentido a los sentidos de sus comensales.
Aire Gastrobar está ubicado en la Avenida de Pries número 16, en una casa con sabor señorial donde el espacio ha sido reformado para crear un ambiente elegante y minimalista. Abajo el gastrobar, en el que, además de tomar los platos en formato tapa y medias raciones, puedes degustar suculentos desayunos por la mañana. Arriba, el restaurante para disfrutar de una carta en la que hay de todo.
Platos del mar, de la tierra, picoteo, ensaladas, sugerencias del día y unos postres divertidos y contundentes para hacer redondo un almuerzo o cena. Pepo Frade realiza una cocina mediterránea con toques creativos, usa producto local, al que reinterpreta una y otra vez, y su guiño a los platos malagueños en una constante que combina con otras creaciones. Su trabajo en la cocina es muy artesanal, prácticamente cualquier cosa que puedas comer en el restaurante ha pasado antes por sus manos. Nada de envases, nada prefabricado. Todo nace y se hace en su cocina. Con esta costumbre, no es de extrañar que cada plato haya sido concebido para contar una historia.
En su carta no falta el gazpachuelo malagueño y un campero de autor que ha sido protagonista de un cortometraje. También es famosa su ensaladilla rusa y tiene platos tan originales como el falso pionono de chorizo, el mini kebab de presa ibérica con tallarines de espárragos, boletus y parmesano al aroma de trufa o la milhojas de vieiras, patatas y alcachofas confitadas con aceite de pimentón de la Vera. Mención especial merecen su steak tartar al estilo Aire (sin huevo) y el cochinillo deshuesado confitado a baja temperatura con manzana en cinco texturas. Precisamente, las texturas son un juego continuo en sus platos y en sus postres, en los que Pepo es malabarista de colores y contrastes para coronar de dulce el final del pase.
Carta de vinos
En la carta de vinos de Aire también hay presencia de los que tienen sello malagueño: La Capuchina, Cortijo Los Aguilares, Chinchilla y Antonio Muñoz Cabrera son algunas de las bodegas con las que trabajan. El personal de sala se afana por ofrecerlos para que sus clientes menos aventureros salgan de los tradicionales Ribera del Duero y Rioja y apuesten por vinos autóctonos, de hecho, son los primeros que tienen en la lista.
Sumando el conjunto de lo que ofrece Aire Gastrobar, es un hecho que la armonía es el factor imperante en el servicio, en la puesta en escena, en su cocina y en la forma de entender la restauración. Su filosofía, siempre la misma desde hace seis años: “nos gusta tratar a nuestros clientes como queremos que nos traten a nosotros en otros lugares”.