Granada cuenta con localidades que ofrecen al visitante innumerables atractivos. No sólo enclaves naturales de interior, sino también playas, patrimonio artístico y cultural y, por supuesto, gastronomía. En Agro Granada nos centramos hoy en 3 de esas localidades y qué podemos hacer en ellas: Orce, Alhama y Salobreña.
Orce merece una visita, ya que está ubicado sobre una pequeña colina y alberga unos de los yacimientos paleontológicos más importantes de Europa y Asia. Allí se han encontrado pruebas que atestiguan la presencia humana desde hace un millón cuatrocientos mil años. También podemos visitar los yacimientos del Cerro de la Virgen, un poblado fechado en dos mil años a. C. donde se han encontrado tres fases de estratos del neolítico, seguidos de otros romanos, visigodos y árabes. Entre sus monumentos destacan la Alcazaba de las Siete Torres, construida en el siglo XI y declarada Monumento Nacional en 1973; la iglesia de Santa María; el Palacio de los Belmonte o el Palacio de los Segura, que actualmente alberga un museo arqueológico.
A dos kilómetros del casco urbano se encuentra el manantial natural de
Fuencaliente, del que mana agua con una temperatura de entre 18 y 20 grados durante todo el año. En cuanto a gastronomía, sus platos más tradicionales están elaborados con los productos propios de la matanza del cerdo. Destacan sus embutidos caseros como el jamón, lomo embuchado, chorizo, relleno, morcón o la morcilla. Además, cuentan con una exquisita carne de cordero segureño. También son típicos los dulces de aceite, almendras y harina.
En plena Sierra de Tejeda encontramos Alhama de Granada, también con un reputado balneario de aguas termales ya explotadas por los romanos y árabes, y que actualmente ofrece modernos tratamientos contra la artritis, el reuma y el estrés. Su patrimonio histórico es rico y su casco antiguo está declaro como Conjunto Histórico-Artístico. Sus celebraciones son variadas y llamativas, como la romería del vino durante la feria de septiembre, el carnaval, y el Festival de Música Joven.
Los romanos a su paso dejaron el puente romano y la calzada romana, mientras que a los árabes se deben los restos de muralla, las torres vigía y, lo más importante, el Baño Fuerte, con sus espléndidos arcos de herradura. La cocina de Alhama ofrece una excepcional calidad en las leguminosas de su comarca, sobre todo garbanzos, y en los derivados del cerdo. Destaca la olla jameña, plato contundente que puede acompañarse de los tradicionales vinos mostos elaborados en la zona. De repostería
merecen mención los dulces de las monjas Clarisas de San Diego.
Salobreña conserva en su casco histórico la estructura medieval de su etapa árabe, con un entramado de callejuelas. El patrimonio también constituye uno de sus atractivos turísticos destacando el Castillo Árabe, la Iglesia del Rosario, la Medina, el Parque de la Fuente, y el Parque y miradores de Gambullón entre otros. Se realizan visitas guiadas por estos lugares y a otros, como la fértil y verde vega que se extiende a los pies del Castillo, con cultivos de caña de azúcar y árboles de frutas tropicales.
En Salobreña es casi imposible no comer bien. Su gastronomía se sustenta en tres pilares imprescindibles el mar, la vega y la gente del lugar. Cocina de pescados, escabeches de pescados azules, pulpo al estilo Salobreña, espetos de sardinas, zarzuelas de mariscos y pescados de roca a la sal. Guisos de cazón con patatas, sopas de mariscos, platos caseros como las migas de pan o harina merecen ser degustados por sus visitantes. También los gazpachos con verduras de la huerta y ensaladas tropicales con frutos exóticos producidos en Salobreña. En cuanto a la repostería, es de origen árabe. Cabe destacar además el helado de chirimoya, junto a los postres y semifríos de frutos tropicales, que son típicos en esta localidad.