Madrid es la única capital de un país que da nombre a una denominación de origen de vino. Los vinos de Madrid no tienen una gran producción pero cada vez son de más alta calidad en las distintas subzonas. Hay una fecha clave: 1990 cuando obtienen el reconocimiento de la Denominación de Origen Vinos de Madrid.
Madrid, ciudad de tapas por excelencia es el marco ideal para disfrutar de sus vinos en los cientos de establecimientos del centro y de otros barrios en los que la cultura del tapeo está muy extendida entre los lugareños y también entre los visitantes. La historia de Madrid es la historia de su suelo, de su agricultura y sus viñedos en los que se combina tradición y vanguardia en las formas de producción, con el factor común de la calidad de sus vinos: tan ricos y variados en matices, aromas y sabores.
Actualmente, la Comunidad de Madrid cultiva 16.000 hectáreas de viñedo en más de 70 municipios repartidos en 4 subzonas de producción localizadas al sur de la región. Estas son Arganda, Navalcarnero, San Martín de Valdeiglesias y El Molar, esta última en la zona norte y de reciente incorporación.
Hay que recordar que la Comunidad de Madrid ha ampliado recientemente el territorio de su Denominación de Origen Vinos de Madrid con El Molar como cuarta subzona, que recoge también los caldos producidos en Patones, Torremocha deJarama, Torrelaguna, Venturada, El Vellón, Talamanca de Jarama, Valdetorres, Pedrezuela, San Agustín de Guadalix y Colmenar Viejo.
Esta nueva subzona, se reivindicaba desde hace ya más de 6 años y se caracteriza por las condiciones climatológicas, la altura y el terreno de granito y pizarra, lo que le proporciona a la uva unas características especiales únicas.
El enoturismo precisamente ha cobrado una gran importancia en los últimos años. Existen diversos itinerarios culturales que recorren las tierras controladas por el Consejo Regulador de la D.O. y que nos ayudarán a descubrir las principaleszonas vitivinícolas de la Comunidad: San Martín de Valdeiglesias (Sueroeste), Navalcarnero (Sur), Arganda (Sureste) y El Molar.
En cuanto a la variedad de uvas, debemos establecer una clara diferenciación entre las preferentes y las autorizadas. En Agro os explicamos las características de cada una de ellas. Los vinos blancos de Madrid son suaves y afrutados con muchos matices. Entre las uvas blancas destaca la variedad Albillo Real, de las de maduración más temprana en Madrid. Los racimos son pequeños, dorados en la madurez, de forma variada. Es muy apreciada como uva de mesa. Está también la uva Malvar, una variedad productiva que presenta una maduración media, adelantada con respecto a la Airén, que es la más extendida. De buena producción y muy resistente. Se consiguen vinos pálidos, de aromas afrutados y con un paso de boca ligero, fresco y fácil de beber.
Los vinos espumosos de Madrid se realizan por el método Champenoise y suelen tener una cremosidad y burbujas finas, ya que se realizan de manera tradicional y con unos tiempos muy largos de segunda fermentación en botella. Podrán llevar la mención “Sobremadre” aquellos vinos blancos y tintos que, como consecuenciade su especial elaboración, contengan gas carbónico de origen endógeno, procedente de la propia fermentación de los mostos con sus madres. Se entiende por madres la uva despalillada y estrujada. Debido a las características perseguidas para este tipo de elaboración, permanecerán en el envase junto a las madres una vez finalizadala fermentación, con ausencia de trasiegos, salvo el que preceda al embotellado. El tiempo máximo de permanencia de las madres con el vino en ningún caso será superior a ciento ochenta días. Será obligatorio embotellar la parte media del envase despreciando la primera zona de contacto con el aire y la parte baja, con el fin de no tocar las lías.
En cuanto a los vinos tintos de Madrid, son de cuerpo intenso, sensación de estructura y afrutados. Las uvas más típicas son la Garnacha tinta, uva de maduración tardía con porte erguido y racimos de tamaño mediano y la uva Syrah, última variedad tinta aprobada en la Denominación de Origen. Presenta un vigor medio y bajo rendimiento que permite obtener vinos tintos de gran calidad, aptos para el envejecimiento. De color intenso, muy aromáticos, finos y complejos con
recuerdos a violeta, cuero, tabaco y regaliz.