Probar nuevos sabores vinculados a los productos autóctonos de una zona está de moda. Pero no sólo cuando nos referimos a quesos, verduras, vinos o embutidos. También en lo referente a las cervezas. España es uno de los 15 países del mundo donde más cerveza se consume. Quizá por eso en los últimos años nos hemos lanzado de lleno a la producción y consumo de cervezas de microcervecerías nacionales.Son muchos los que asocian una cerveza artesanal a un producto premium o de mayor categoría.
El proceso de elaboración artesano es tenido muy en cuenta frente a los procesos industriales a los que estamos habituados y que nos llevan a productos en serie en grandes cantidades. La cerveza artesanal es especial porque nos permite apreciar matices bien diferenciados de esta bebida espumosa y es al propio consumidor a quien no importa pagar un poco más en su deseo de disfrutar de nuevas experiencias y sabores.
Además, son estos pequeños productores los más atrevidos a la hora de proponer nuevas recetas, nuevos matices y nuevos productos que no se dejan llevar por el gusto de las mayorías consumidoras. Está claro que las cervezas artesanales además de una moda o tendencia, aportan un aspecto peculiar al producto final que dependerá de los productos que utilizan, muchos de ellos característicos de la zona, y en definitiva, del tipo de cebada, del tueste de la malta, del tipo de fermentación, o de la cantidad y variedad del lúpulo y la levadura.
Combinando esos elemen-tos es posible obtener resultados bien diferen-ciados y, además, a día de hoy está permitido innovar en las cervezas artesanas con nuevos sabores a melón, jazmín, cilantro, curry, miel o romero, entre otros.Los ingredientes básicos de una cerveza fueron establecidos por Guillermo IV de Baviera en la ley alemana de pureza de la cerveza de 1516 (Reinheitsgebot).
Estos ingredientes son malta de cebada, agua, lúpulo y levadura, si bien en la mayoría de casos no se sigue esta ley y están admitidos otros cereales como el trigo, el centeno o la avena. El lúpulo es una planta de la familia de las Cannabaceas entre cuyos componentes quí-micos encontramos conservantes, pero también es el responsable del amargor de una cerveza y de todas las notas florales y herbáceas.
El punto de tueste de la malta aporta a la cerveza distintos sabores y colores y determina en gran medida el grado alcohólico que puede alcanzar la mezcla.En Granada ya existen varias cervezas arte-sanas y casi todas ellas llevan nombres típicos de nuestra tierra: Sacromonte, A-Andalus, Vega, Nazarí, Alpujarra, Mulhacén… A la Sacromonte le extraen primero los azúcares de la cebada; después le añaden lúpulo para darle amargor, aroma y sabor.
Y, finalmente está 21 días en fer-mentador y 30 días en reposo en la botella para comercializarla posteriormente. Esta segunda fermentación en botella es la que madura y da carácter a un producto ligeramente turbio y muy reconocible como es Sacromonte. La cerveza Mulhacén comenzó en marzo de 2013, cuando unos amigos amantes de la cerveza empezaron a hablar de la posibilidad de hacer la suya propia. Primero la fabricaron con kit y expe-rimentaron con las primeras recetas.
Al tiempo, esto fue derivando en hacer cerveza con grano y en más cantidad. Los primeros botellines elabo-rados con grano tuvieron muy buena aceptación entre los amigos y conocidos, lo que los animó a seguir fabricando e incluso a comercializar. Hoy día se han atrevido con una Pale Ale estilo Belga ecológica, una Porter, una Stout, la Irish Red y una rubia, todas con un perfil alcohólico medio bajo que no supera el 6,4%.
Por su parte, Cervezas Nazarí ofrecer 4 tipos diferentes de cerveza artesanal, algunas con aroma a café y chocolate, otras con aromas florales y fru-tales. Precisamente su cerveza Taramay obtuvo un premio en la 1ª edición de Granada Beer Festival. Una cerveza muy curiosa de alta fermentación y elaborada con pulpa de chirimoya. La cerveza Juan Ranas es triple malta y con-tiene 3 lúpulos, todo ello de diferentes partes del mundo, que le otorgan su marcado sabor afrutado, según indican en su web. Es una cerveza cítrica y espaciada que no pasa desapercibida en nariz. Cerveza Vega es una cooperativa motrileña centrada en la elaboración, distribución y comer-cialización de cerveza artesana.
Además, disponen de un bar especializado en el que además de las cervezas disponen de una amplia gama de artesanas de todo el mundo para acompañar con tapas, bocadillos y raciones. Destaca su cerveza Vega Almiz elaborada con caña de azúcar lo que sin duda da un carácter especial a este producto. Y Cervezas Alpujarra comercializa también 4 tipos distintos de artesanales, de alta y de menos fermentación; más amargas o más dulces y de tonalidad más clara o más oscura en color canela. Su American Brown Smoke Ale complementa sorprendentemente la repostería a base de ingre-dientes como el chocolate negro y cacao, acom-pañada de frutos del bosque.Si queremos preparar en casa cerveza arte-sana tan sólo necesitaremos invertir una hora en su elaboración, pero no será hasta pasadas 5 semanas cuando la podamos degustar.
Lo primero que debemos hacer es comprar un bote de malta preparada (lleva malta y lúpulo y hay de diversos sabores) y disolverlo en agua hirviendo a la que agregaremos dextrosa monohidrato o azúcar (Ojo, el agua nunca debe ser del grifo puesto que los pH rara vez son los deseables para producir esta fermentación). Cuando el prepa-rado haya enfriado le añadimos la levadura para que comience a fermentar. Entonces habrá que esperar una semana para embotellar esa cerveza que tendrá que madurar por un periodo de entre de 3 y 5 semanas.
«Debemos ver en la producción de cervezas artesanales la oportunidad de ampliar nues-tros horizontes gustativos respecto a una de las bebidas mas consumidas de nuestro país, la cer-veza. Conocer los diversos estilos y aprender a maridar la comida con ellos nos hace disfrutar en compañía y de una forma diferente», señala Óscar Huertas, licenciado en Bioquímica y doctor en Microbiología y biología molecular. CEO de LANIAKEA Management & Communication SL