A mediados del siglo XX, en paralelo al auge del turismo internacional, la zambra granadina renació con fuerza. Se asocia a las bodas de los moriscos durante esa época del siglo XVI. Es una parte muy importante de la historia y cultura de Granada
La zambra, palabra procedente del término árabe hispánico zámra, es una danza fl amenca de los gitanos de Granada y Almería. En Granada se instauró en la zona del Sacromonte y muchos describen a la zambra como un espectáculo flamenco, basado en la boda gitana. El propio significado de la palabra invoca el carácter festivo asociado a la zambra.
El término deriva de los vocablos árabes zamra (flauta) o zamara (músicos).La cultura de Granada no se entiende sin las famosas zabras en las cuevas del Sacromonte. Turistas acuden a la ciudad de la Alhambra para disfrutar in situ de este espectáculo para los sentidos que no deja indiferente a quien lo vive en primera persona.
El Ayuntamiento de Granada ha iniciado precisamente este año los trámites para que la zambra sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, una carrera que ha comenzado con la aprobación por unanimidad de una declaración institucional en defensa de esta tradición centenaria.
La zambra se prohibió en España en el siglo XVI, durante la Inquisición, tras la conquis-ta del Reino de Granada, por ser considerada una danza indecente, pero sobrevivió de forma clandestina y se mantuvo en el Sacromonte. Su continuidad, de forma clandestina, mantuvo vivo el legado. La cultura gitana del Sacromonte se convirtió en depositaria, velando por su supervivencia. A mediados del siglo XX, en paralelo al auge del turismo internacional, la zambra granadina renació con fuerza. Se asocia a las bodas de los moriscos durante esa época del siglo XVI. Es una parte muy importante de la historia y cultura de Granada.
La singular danza se convirtió en una atrac-ción exótica y muy reclamada desde aquellos primeros turistas hasta los de nuestros días. Bailaoras de la talla de Carmen Amaya, La Chunga o Pilar López la adoptaran en sus memorables interpretaciones teatrales.
La Zambra se baila con los pies descalzos, con castañuelas en los dedos, la blusa anudada bajo el busto y la falda larga asegurada a la altura de la cadera con amplios pliegues para hacerla flotar en el aire. Entre las primeras zambras creadas, las que consiguieron más renombre en sus tiempos fueron las de Manolo Amaya, del Cujón, o la de María la Canastera.Aunque se ha perpetuado a través de la transmisión oral, la zambra (danza y música) es la ceremonia con más aporte de documentación histórica e iconográfica de cuantas existen.
De hecho, comparte alusiones en la literatura de los siglos XVII y XVIII junto a otros géneros flamencos y como peculiaridad de los moriscos de Granada. Incluye una modalidad de tangos y se caracteriza por una serie de bailes, cantos, recit-ados, sortilegios y juegos musicales como un rito lúdico y musical que acompañaba la ceremonia de la boda en la cultura andalusí.
Este primer paso para una candidatura a la Unesco que ha dado el Ayuntamiento de Granada ha contado con el apoyo de representantes del mundo flamenco y del Sacromonte como Curro Albaicín, Marina Heredia o Salva-dor Maya, entre otros, que se han sumado a un proyecto que busca ahora sumar voluntades y lograr el respaldo del Gobierno central, la Junta y la Unesco para estar, el próximo año, entre las candidatas de todo el mundo