La uva vigiriega común es una variedad de vid muy poco extendida que se cultiva en Granada (Sierra de la Contraviesa-La Alpujarra) pero también en Canarias (Lanzarote y La Palma). La de Granada es la única que queda en la Península Ibérica tras la epidemia de filoxera sufrida en el último cuarto del siglo XIX.
En los viñedos de esta comarca Contraviesa-Alpujarra existe un microclima especial, porque además de estar situados en torno a los 1.200 metros de altura, tienen la influencia directa del Mar Mediterráneo, a tan sólo 10 kilómetros en línea recta, y de su brisa marina. Las características del terreno determinan asimismo las particula-ridades de esta uva. Son suelos pizarrosos y con muy poca lluvia, lo que otorga mucho carácter a estos vinos granadinos de uva vigiriega.
La cepa es muy vigorosa y rastrera, resistente y altamente productiva. Generalmente produce pocos racimos de mediano tamaño, poco apretados y de granos gordos. La uva, casi redonda y de color blan-co-verdoso, era reputada antiguamente como uva de mesa. Su zumo es rico en azúcares y acidez, resultando especialmente apto para la elaboración de vino espumoso natural.Manuel Valenzuela, dueño de las Bodegas Barranco Oscuro, posee 3 hectáreas de uva vigiriega del total de 15 o 20 con que cuenta la provincia de Granada. Todos los vinos que elabora son naturales, “sin intervención de ningún tipo ni sustancias añadidas”, indica a Agro Periódico Magazine. Los vinos obtenidos a partir de uva vigiriega son afrutados y no excesivamente aromáticos, predominando las notas de manzana verde, pera, cítricos e hinojos, dependiendo del grado de madurez.
Existe una variedad tinta, la vigiriega negra, que se diferencia de la común, además de en el color, en la forma de los pámpanos, teniendo los senos más profundos y algo más anchos en la base; en los racimos, que son más ralos, y en el sabor más ácido. Tras la epidemia de filoxera su cultivo quedó reducido a niveles testimoniales pero que ahora se aprovechan para producir vinos de excelente calidad y que son muy apreciados por un determinado público que busca sabores diferentes y exclusivos dentro del mundo del vino.
Cuenta Manuel que “desde el año 1.800, en un tratado de Simón de Rosas, ya se describe la uva vigiriega junto a otras variedades que estaban instaladas en Andalucía”. Entonces, la mayoría de la uva iba destinada a obtener alcohol. Con la filoxera ya no era rentable económicamente, “y este tipo de uva se redujo a casi nada. En 1983 me entero de que existe la uva aún y al indagar, descubro una parcela”, narra Valenzuela. De ahí nace la recuperación de esta uva, “de baja graduación alcohólica y una enorme potencia ácida. Pienso en ese momento que con ella puede hacerse un vino espumoso interesante”.
Actualmente Bodegas Barranco Oscuro produce al año unas 10.000 botellas de vino con uva vigiriega. Son dos tipos de vino: los blancos y los espumosos, que pueden ser Brut Nature o Ancestrales. De los blancos salen unas 4.000 botellas y las otras 6.000 son de espumoso. Tres cuartas partes de dicha producción se exporta a países europeos y a Asia, así como a Estados Unidos, Canadá, Brasil o México. Manuel Valenzuela matiza que “son vinos que se salen del canal habitual de distribución” ya que no van dirigidos al gran consumidor, sino a quien “busca un valor añadido en el vino; esa exclusividad que marca una uva de escasa producción y autóctona de una zona muy concreta”. La distribución de estos vinos generalmente se realiza a través de restaurantes de cierto nivel, siendo testimonial su presencia en tiendas y otro tipo de establecimientos de venta directa al consumidor