En la provincia hay un gran abanico de opciones para disfrutar del turismo de experiencias
Con los cinco sentidos, pero también con el corazón. Así se viven las cada vez más variadas opciones para disfrutar del conocido como turismo de experiencias en la provincia de Málaga. Este sector, que en los últimos años está en auge en todo el mundo, va cobrando forma, paulatinamente, como complemento a segmentos más masivos, como el de sol y playa, en el que Málaga es líder en el sur de España.
El turismo de experiencias es aquel que ofrece al visitante un cúmulo de sensaciones e incluso emociones en un espacio y en un período de tiempo más reducido y, en algunos casos, casi exclusivos.
Así, dentro de este tipo de turismo, sobresale especialmente el que está vinculado a la gastronomía. Y, claro está, en esta materia nuestra provincia tiene mucho que decir.
Quienes ya han probado las miles del éxito en esto del turismo de experiencias están muchas de las bodegas que hoy producen vinos de gran calidad en el territorio. A la cabeza, estaría Ronda y su entorno más inmediato, ya que es la zona con mayor número de bodegas. También las hay, evidentemente, en otras zonas, como en la comarca de la Axarquía, en Mollina o en Manilva.
En este caso, el enoturismo ofrece experiencias para todos los sentidos: visitas guiadas a las bodegas y los viñedos, catas de vino o maridajes con distintos platos y productos.
También el oleoturismo tiene mucho que decir en este sector emergente. Hoy hay almazaras y otras instalaciones relacionadas con el aceite de oliva que se pueden visitar en localidades como Casabermeja, Villanueva del Trabuco, Archidona, Antequera, Alhaurín El Grande o Periana, entre otras. Hay también un abanico muy amplio de actividades, visitas a la almazara, museos etnográficos u olivos monumentales, catas, maridajes y otras experiencias relacionadas con el entorno o la Dieta Mediterránea. A ello hay que añadir las propuestas relacionadas con la aceituna Aloreña de Málaga, una variedad de aceituna de mesa que muestra de una forma muy didáctica la empresa Abeto del Sur, radicada en la Sierra de las Nieves.
También se están dando pasos positivos en la comercialización de experiencias en el sector caprino. Así, tanto la Asociación de Criadores de la Cabra Malagueña, en Casabermeja, como la quesería Sierra Crestellina (cabra payoya), ofrecen regularmente actividades que van desde visitas guiadas a la elaboración de quesos frescos en familia o incluso experiencias con las propias cabras (pastoreo, ordeño, etc..).
Las huertas, como las de Juanito Orange en Pizarra, o algunos museos temáticos se ofrecen también cada vez más como un lugar donde el visitante conoce, aprende, disfruta y adquiere una experiencia que le hace valorar aún más el producto que está dispuesto a consumir.
Pero, no sólo hay experiencias gastroturísticas. También se están abriendo paso otras opciones, como las que están relacionadas con la naturaleza. Así, desde el Aula de Geología, en la ciudad de Málaga, hasta la EcoReserva de Ojén, a un paso de Marbella, hay alternativas para conocer mejor el entorno en el que nos movemos. A esas experiencias hay que sumar otras relacionadas con la astronomía, la historia, la etnobotánica o incluso la fotografía.
Poco a poco, se van incrementando el número de pequeñas y medianas empresas que quieren mostrar otra forma de entender el turismo, sin aglomeraciones, con más aprendizaje y, sobre todo, con más disfrute de las actividades.