La comarca de la Axarquía recoge cada mes de agosto estampas singulares que retratan uno de las vendimias más artesanales de toda Europa
La comarca de la Axarquía recoge cada mes de agosto estampas singulares que retratan uno de las vendimias más artesanales de toda Europa. Laderas escarpadas cuajadas de viñas, la mano del hombre y la ayuda de las bestias, una combinación de trabajo, esfuerzo y amor por la tierra que nos da algunos de los mejores vinos de Málaga.
Mes de agosto. Amanece en la Axarquía y los hombres y mujeres del campo se preparan para ir a recoger las uvas que el próximo año nos darán algunos de los mejores vinos de Málaga. El trabajo es difícil. Las escarpadas laderas donde se encuentran las viñas dificultan el trabajo y hacen que la vendimia de esta comarca malagueña sea una de las más artesanales de toda Europa. Cada racimo de Moscatel de Alejandría es recogido a mano y transportado en cajas con la ayuda de mulos bajo el sol de justicia de verano. Es una recolección que se hace de esta forma desde hace siglos, generación tras generación, donde participan hijos, padres y abuelos en un trabajo diario del que se desprende mucho amor por la tierra.
Málaga tiene una extensión aproximada de 3.000 hectáreas de viñedo, del que el 65 por ciento se concentra en la comarca de la Axarquía. La configuración artesanal de esta vendimia y la orografía del terreno pizarroso donde tiene lugar marcan su singularidad y unas estampas imposibles de borrar de la retina del visitante. Viñas, centenarias en muchos casos, que salpican el paisaje y que han sido y es el sustento de muchas familias de la zona.
Esta comarca es una de las más desconocidas de Málaga, pero es aquí donde se encuentran algunas de las bodegas malagueñas cuyos vinos atesoran importantes premios nacionales e internacionales. Una de ellas es Antonio Muñoz Cabrera (Dimobe), en Moclinejo. Allí, Juan Muñoz, tercera generación de la bodega y enólogo autodidacta, hace magia con las uvas. Juan es un bodeguero con alma, un hombre cuya mano ha convertido la uva en arte para beber, haciendo que lo que dan las viñas sea, en parte, su filosofía para aplicar a la vida. Él es una muestra de que se puede y se debe amar la labor que se ha elegido en la vida. Su mayor preocupación es “darle tiempo al vino, hacerlo despacio”. Será por eso que algunos de los que elabora han recibido multitud de reconocimientos.
Llenar la copa con un vino de Málaga es un auténtico placer para todos los sentidos que adquiere el matiz de lujo cuando se tiene la oportunidad de ver la vendimia en un lugar como la Axarquía. Las estampas no han cambiado con el paso del tiempo y la tradición de la vendimia sigue estando latente como siglos atrás. El asoleo de las uvas que se hace en los paseros que minan el interior de la comarca es igualmente artesanal. Los racimos se tienden uno a uno, a mano, de la misma forma que se les da la vuelta. La climatología hará el resto para obtener las peculiares pasas de Málaga.
“La Moscatel de la Axarquía es muy distinta a la de otras zonas. Nuestro clima y nuestro suelo hacen que obtengamos mostos más minerales. Lo más importante para la uva es el suelo, y la calidad a la que llega esta Moscatel hace que no te canses de consumirla”, explica Juan. Las producciones que se dan en esta zona de Málaga son muy pequeñas, por eso la selección de la uva se hace en la misma viña. “Lo que no sirve, no nos lo llevamos, por eso es importante conocer bien la faena y que la materia prima llegue en las condiciones adecuadas a la bodega”, señala.
Las lomas escarpadas, la singularidad de las viñas y el esfuerzo que supone el campo son imágenes que inevitablemente vienen a la memoria al llenar una copa de vino elaborado en la Axarquía. “Si la gente conociera cómo se trabaja en esta zona, cómo es la materia prima, el vino le sabría de otra forma, se pararían más a pensar en lo que están bebiendo en el momento de tener la copa en la mano”, asegura Juan. Razón le sobra al hombre que dice bailar con sus vinos más que con su mujer, al bodeguero que afirma que “el vino es una fiesta en la copa”.
Otras zonas de producción
Además de la Axarquía, las denominaciones de origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga se componen de otras cuatro zonas de producción que se diferencian por las variedades de uva, el clima, el suelo y la orografía. Así, la vendimia malagueña se extenderá por cada una de ellas hasta principios de septiembre, por lo que será una de las más largas de España. Un total de 66 municipios forman el mapa vitivinícola malagueño, donde la duración de la vendimia va a depender, además, de cómo vayan surgiendo las condiciones meteorológicas y del tipo de vino a elaborar.