Mantenernos en forma, no engordar y mejorar el aspecto de la piel son probablemente los propósitos más repetidos durante estos meses. El invierno y sus rutinas hacen más sencilla la tarea de cuidarnos, pero en verano también es posible cuidarse y qué mejor manera de hacerlo gracias a estos sencillos consejos nutricionales:
Objetivo 1: Controlar el peso
No descubrimos nada nuevo si te decimos que lo mejor es reducir las comidas y bebidas hipercalóricas y consumir más frutas y verduras que nos sacian sin aportar energía extra. Las sopas y cremas frías como el gazpacho o el salmorejo, por ejemplo, son una opción que se adapta a la perfección a este tipo de dietas. En el restaurante El Santiamén (Calle Fernández de los Ríos, 8. Madrid)nos proponen una crema de tomate con albahaca y queso de cabra ideal por el gran poder saciante de los tomates gracias a su gran contenido en fibra, que los hace además depurativos y unos buenos reguladores del apetito. Además, nos aportan gran cantidad de vitaminas A, C, K, potasio y ácido fólico.
– Alimentos que ayudan a controlar el peso: Ninguno por si sólo hace milagros, pero está comprobada la eficacia del aguacate, los frutos secos, los huevos, el salmón y las crucíferas, curiosamente todos ellos ricos en omega3.
Objetivo 2: Cuidar la piel
Preparar la piel para recibir los ansiados rayos de sol es muy importante no sólo para broncearnos mejor y más rápido, sino para evitar los temidos efectos negativos de los rayos UV. Y hay un alimento rico, versátil, que podemos consumir acompañando cualquier plato que ayuda mucho más de lo que puedas imaginar: el pan. Moncho López, de las panaderías y coffee bakeries Levaduramadre nos cuenta alguna de las opciones.
Pan con harinas integrales de centeno y trigo y semillas. A esta barra, que ellos llaman Deluxe, se le añaden pipas de girasol y calabaza con un alto contenido en zinc, que ayuda a la producción de colágeno y a la renovación de la piel, además de mijo que nos aporta silicio, un potente oligoelemento que mejora la asimilación del calcio y la formación de nuevas células, actuando sobre el colágeno y protegiéndolo de los dañinos radicales libres para una mayor elasticidad de la piel. Por otra parte, las harinas integrales contienen una buena cantidad de ácido fólico, fundamental para el correcto desarrollo y regeneración de los tejidos epiteliales, ya que aporta energía para que los sistemas reparadores y protectores funcionen correctamente. Un pan perfecto para mejorar los efectos de la exposición solar y combatir el envejecimiento prematuro.
Pan integral de espelta. Rico en vitaminas tipo E, B1, B2, betacarotenos, proteínas y oligoelementos. La vitamina B es fundamental para la reparación de las células y el desarrollo de ciertos tejidos del organismo, entre los que se incluyen la piel, el cabello y las uñas. Ayuda por tanto a cicatrizar y mejorar el aspecto de la piel.
– Alimentos para proteger la piel en verano y potenciar su bronceado: Sin duda, alimentos ricos en betacarotenos como la papaya, las zanahorias, la remolacha, la lechuga, el mango o los albaricoques, entre otros.
Objetivo 3: No perder la forma
Hacer ejercicio es imprescindible para ponernos en forma y lucir palmito este verano. Y una alimentación adecuada, puede además permitirnos sacarle el máximo partido a ese esfuerzo. La ingesta de proteínas juega un papel muy importante en este sentido, aunque hay que andar con mucho ojo ya que con muchos alimentos que las contienen, corremos el riesgo de aumentar los niveles de colesterol. Una gran opción para este aporte extra de proteína es el pollo, ya que la calidad de su proteína, de alto valor biológico, nos aporta todos los aminoácidos esenciales. Además, contiene vitamina B12, vitamina B3, ácido fólico, fósforo y minerales, como hierro y zinc. En el restaurante El Santiamén nos proponen un plato diferente en el que el pollo es el gran protagonista, se trata de su pechuga al vapor rellena con espárragos y queso Emmental, con costra de sésamo, acompañada de cous-cous de verduras.
– Alimentos más aconsejados para la práctica deportiva: Todo depende de la disciplina que hayamos elegido, pero hay algo que sin ser alimento, es necesario en todas ellas llegado el verano: el agua. Una buena hidratación influye en el desarrollo muscular y cumplimiento de otros objetivos deportivos. Además, sumémosle carbohidratos y proteínas que aporten energía como las carnes blancas, los lácteos no del todo descremados, el pescado azul y las frutas y verduras.