Las frutas de temporada satisfacen las necesidades nutricionales de la estación en la que maduran. Las del verano son ligeras, refrescantes, poco calóricas y tienen un alto contenido en agua para ayudarnos a sobrellevar la subida de las temperaturas. También contienen las vitaminas y minerales que se pierden con la sudoración y necesitamos reponer, y fibra para facilitar las digestiones que pueden complicarse cuando variamos nuestra dieta habitual porque salimos más a comer fuera de casa. Los colores brillantes de su pulpa y el dulzor de muchas de ellas combinan a la perfección con esta época del año, la que más se asocia a la diversión y el disfrute. Además, esos colores, especialmente los amarillos, rojos y naranjas, guardan relación con un alto contenido en betacarotenos, beneficiosos para el cuidado de la piel y para facilitar el bronceado. Otra ventaja de estas frutas es que se adaptan a las preparaciones que más apetecen en los días cálidos, como las ensaladas, los sorbetes o las sopas frías.
■ Sandía
La sandía es una de las frutas que mejor representa al verano y se ha convertido casi en un símbolo de la época estival. Es la que contiene mayor cantidad de agua, más del 90 por ciento de su composición, por lo que nos ayudará especialmente a mantenernos hidratados. A pesar de tener un sabor dulce tiene muy pocas calorías y, por otro lado, es saciante. Destaca también su aporte de vitaminas A, B y C y de potasio y magnesio. Protege la piel, los riñones y ayuda a bajar la presión arterial.Como alternativa a una generosa tajada de esta sabrosa fruta se puede consumir en sorbetes o licuados, como único ingrediente o combinada con otras frutas, en ensaladas o, de forma más original, asada a la brasa o como un gazpacho.
■ Melocotón
Como tantas frutas del verano, el melocotón destaca por la gran cantidad de agua de su composición, en su caso casi un 90 por ciento, y por aportar muy pocas calorías. También es rico en vitaminas A, C y E y en fibra. Por el potasio que contiene es un buen diurético, es antioxidante, previene enfermedades degenerativas, se usa como laxante natural y ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Como alternativa a consumirlos en crudo, muchas recetas potencian su sabor dulce y son protagonistas en muchas tartas. Se suelen conservar en almíbar o elaborando mermeladas, y también deshidratados.
■ Albaricoque
Los albaricoques se pueden disfrutar durante todo el verano y, por la cantidad de beneficios que aporta, es muy aconsejable consumirlos toda la temporada. Su aspecto es parecido al del melocotón y con él comparte bastantes propiedades saludables. Destaca por su acción antioxidante y por aportar hierro y calcio. Por la cantidad de betacaroteno que contiene contribuye al cuidado de la piel y la vista. Funciona también como antiinflamatorio y previene el estreñimiento. Además, es refrescante y equilibra el sistema nervioso, por lo que funciona como un calmante natural en estados de estrés o ansiedad.Aunque al natural aporta muy pocas calorías, tiene un característico sabor dulce que se aprovecha en muchas recetas de repostería, así como para hacer compotas o mermeladas. En guisos se suelen incorporar secos (los populares orejones).
■ Melón
El sabor del melón va inevitablemente asociado al verano. Escoger la pieza adecuada es para muchos un desafío, pero por los beneficios que aporta no debería faltar nunca en nuestra cocina. Además de ayudarnos a estar hidratados, es antioxidante, está cargado de vitamina C, es diurético, apto para diabéticos y protege los riñones. Con su jugosa pulpa podemos elaborar granizados, helados o sopas, o podemos incorporarlo en macedonias y ensaladas.
■ Higos
El delicado fruto de la higuera es muy estimado en el Mediterráneo desde hace miles de años. Es muy estacional, están disponibles solo al final del verano. Resulta más calórico que otras frutas propias de esta estación, si bien tiene un tamaño pequeño, y también contiene mucha agua (y apenas grasas). Aporta mucha energía por ser rico en hidratos de carbono. También abunda la fibra en su composición, por lo que resulta saciante y recomendable contra el estreñimiento. En cuanto a los minerales, destacan el potasio, el calcio y el magnesio. Los higos frescos son un bocado delicioso. Es muy habitual encontrarlos en ensaladas o como aperitivos combinados con quesos y frutos secos. También se puede potenciar su dulzor elaborando mermeladas o helados.
• Peras de San Juan
Esta pequeña variedad de pera solo puede disfrutarse varias semanas al año, alrededor de la celebración del pasado Día de San Juan, al comienzo del verano, como indica su nombre. Su sabor y textura es muy parecido al de las peras de mayor tamaño y también comparte sus propiedades: regula la función intestinal, es diurética, favorece la eliminación del colesterol y previene molestias estomacales. Se suelen consumir al natural, casi de un bocado, pero cuando están maduras y más dulces pueden aprovecharse en repostería para elaborar pasteles o prepararlas en almíbar.