“Málaga se puede traducir en el arte de muchas formas. Sus colores están en mi paleta”
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Andrés Mérida es uno de esos artistas que transmite fuerza, no solo en sus cuadros, sino también en sus palabras. Su pintura y su arte muestran un colorido donde la luz mediterránea del sur está muy presente. Gaditano de nacimiento, lleva la mayor parte de su vida en Málaga, donde está entregado a la búsqueda continua de trasladar su lenguaje a los lienzos que pinta. Es impulsor en las redes sociales del hiding-art, una tendencia que trata de acercar el arte a la gente a través de la curiosidad.
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Usted decidió que quería ser artista a una edad muy temprana…
Más que una decisión, fue un sentir. Yo he dibujado desde pequeño, era lo que más me gustaba. Cuando llegó mi formación primaria y después la formación universitaria fue cuando decidí emprender ese camino.
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¿Qué busca cuando realiza una obra?
La búsqueda es continua. Busco una forma de ser fiel a mi lenguaje e ir contando cosas, lo que voy percibiendo a mi alrededor, los sentimientos de las cosas que me pasan. Al final lo que hacemos los artistas es eso, traducir lo que nos pasa y echarlo fuera… En mi caso es en un lienzo.
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Usted es el pintor que ha marcado tendencia creando pequeñas obras que deja ocultas en diferentes lugares para que la gente las encuentre. ¿En qué consiste esta forma de hacer arte que ha sido denominada hiding-art?
Es una manera de provocar interés por el arte. Se me ocurrió la idea de provocar a la gente a través de la curiosidad. Esconder una pequeña obra de arte provoca interés por saber dónde está. Es algo que está convirtiéndose en tendencia porque es una manera distinta de mostrar tu obra. Quiero hacerlo también con pequeños lienzos integrándolos en el paisaje. El tema expositivito es muy tradicional, así que esto es otra manera de exponer o de dar a conocer tu obra. Creo que esta idea del hiding-art o arte escondido tiene mucho que desarrollar. Lo hice el año pasado y tuvo mucha repercusión en las redes sociales. Es algo que induce al juego con arte y cultura de por medio que creo que puede generar una corriente.
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¿Cómo refleja a Málaga en sus obras?
No es que yo pinte Málaga, es que Málaga está dentro de mí. Hay paisajes que te pueden recordar mucho a nuestra bahía, los colores azules… Málaga se puede traducir de muchas formas, no solo en la parte física, sino por el colorido, los contrastes de luz fuerte. Todo eso está en mi paleta. También hay personajes muy malagueños. Considero que mi pintura es muy mediterránea.
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¿Tiene algún lugar para inspirarse?
Voy todos los días a la playa del Balneario, y no es que me inspire, es que es mi pila. Es como si fuese mi oficina. Allí echo mis ratos y me cargo. Después voy a trabajar. Me gusta mucho pasear por el paseo marítimo. Pasear me da muchas ideas. Para mí es una manera de rezar, me viene muy bien porque ordeno mucho mis pensamientos, me ayuda en la vida y en el trabajo.
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Si un día fuésemos de paseo con usted por Málaga, ¿a dónde nos llevaría?
Me gusta mucho la zona del teatro romano. Me parece un sitio estupendo también el museo Berrocal, es espectacular y peculiar.
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Y después de pasear, ya con el apetito abierto, ¿a dónde iríamos a comer?
Hay muchos que son buenos. Me gusta mucho Miguel, en La Malagueta, el propietario se sienta contigo y te cuenta los platos. Para una sobremesa larga en invierno está fenomenal. También me gusta mucho El Pimpi, la bodeguita es muy divertida si vas con los amigos. Otro que me gusta es restaurante María, y para comer pescaíto al Marichuchi o El Caleño. Tenemos un panorama gastronómico fuerte en Málaga.
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Usted creó un formato experiencial en el que aunó pintura y gastronomía…
Sí, lo hice en México con Pablo San Román. Interpretaba en mis cuadros platos del chef y el chef interpretaba mis cuadros en sus platos. Repetí ese formato en Málaga con Marcos Granados en el hotel Molina Lario. Me gustaría hacerlo con otros cocineros, por ejemplo, con Chicho Marín. Me gusta mezclar mi arte con otros artes, también lo he hecho con la música.
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¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Voy a exponer con mi hermano Jesús, que es fotógrafo, en Mahatma, en el centro. Allí llevo obras más experimentales o alternativas, ya que es un lugar que se presta a eso. Todo lo que hago que se sale más de lo normal lo llevaré allí. Mi hermano y yo queríamos hacer este proyecto juntos. En Beneditto tengo una colectiva con el beso como tema de fondo.
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