Salvador Sobral siempre será el artista portugués que ganó el Festival de Eurovisión en 2017 con el tema ‘Amar pelos dois’. Con su actuación marcó un hito porque nadie ha conseguido una mayor puntuación en el concurso. Entonces se enfrentaba a la mayor incertidumbre, la de sobrevivir, pendiente de un trasplante de corazón que superó con éxito y le ha permitido desarrollar una meritoria carrera musical, formar una familia, actuar por todo el mundo, ganarse las alabanzas de su ídolo Caetano Veloso y residir en varios países hasta instalarse en Barcelona. El próximo 30 de noviembre presenta en el Teatro Cervantes de Málaga su cuarto álbum, ‘TIMBRE’, una colección de canciones intimistas y alegres que interpreta en portugués, español y francés acompañado por su hermana Luisa Sobral, su admirado Jorge Drexler, la cantautora mexicana Silvana Estrada y la también eurovisiva Barbara Pravi.
En unos días vuelve a Málaga, una ciudad en la que ha actuado en varias ocasiones y en momentos muy diferentes de su carrera, ¿percibe un tipo de complicidad especial con el público que va a verle en Málaga?
Me sueno siempre un poco oportunista cuando respondo a las entrevistas sobre las bondades y lo mucho que me gusta tocar en esta o aquella ciudad, como haciendo un ejercicio de aprobación para ganarme el aplauso de sus ciudadanos. Buscando, casi todas las ciudades ya visitadas significan algo para mi. Pero de Málaga he de decir, sin querer mentir o exagerar, que es especial. Por muchos motivos, y todos muy importantes para mi. En el Teatro Cervantes di mi primer concierto fuera de Portugal tras el transplante. Lo recuerdo perfectamente porque era muy importante, un renacer. Ese teatro, con sus butacas azules, y esa gente tan implicada y tan calurosa, incluso en la manera rítmica y flamenca de aplaudir, no se olvida fácilmente. Lo hemos pasado tan bien en Málaga siempre… Y espero seguir haciéndolo si la gente sigue acudiendo a mis conciertos.
¿Ha llegado a conocer la ciudad? ¿Hay algún sitio que le guste especialmente sobre los demás?
Conozco bastante bien la ciudad de Málaga. A todos nos gusta la playa, pero como somos un poco hippies, nos encanta ir a bañarnos en una playa menos habitual, al final, en Sacaba. Y comer en un chiringuito, con sus espetos… Pero no solo eso. Con decirte que la cena del día 30 ya está reservada en un restaurante que nos encanta, y en el que comimos hace unas semanas de regreso de la ciudad de Almería. A veces nos obsesionamos tanto con la comida que parece que nos hace más ilusión esa cena que el concierto.
¿Quienes le vieran en su anterior concierto en el Teatro Cervantes encontrarán un espectáculo muy diferente?
Sí. ‘TIMBRE’, el disco que venimos a presentar, es mucho más colorido, alegre, un canto a la vida. Y qué mejor lugar que la provincia de Málaga para llevarlo acabo.
¿Todavía acuden personas a sus conciertos para ver al ganador de Eurovisión?
Sí, Eurovisión fue un escaparate muy grande. Unos vienen por curiosidad y, por lo que me llega, «se convierten» a pesar de solo conocer una canción mía.
¿’Amar pelos dois’ sigue formando parte de su repertorio en directo?
‘Amar pelos dois’ seguirá formando parte de mi repertorio durante toda mi carrera. Teniendo en cuenta que es una canción preciosa, y que la escribió mi hermana, es algo de lo que estoy muy orgulloso.
Ahora reside en España, ¿las distintas ciudades o países en los que ha vivido le han inspirado de manera diferente?
Por supuesto. Y no solo por las características propias de las ciudades e idiomas, sino porque los motivos que me han llevado a vivir en cada una de esas ciudades han sido causa de ilusiones, miedos, alegrías, incertidumbres…
¿Siente que ha vivido varias vidas?
Totalmente. Y vidas muy intensas. Solo en 2017 me ocurrieron dos acontecimientos extremos. En mayo gané Eurovisión y en diciembre me trasplantaron del corazón. Si eso no es extremo, no sé qué puede haber más extremo.
En el disco canta en varios idiomas, a su donante por ejemplo le canta en español. ¿Expresa cosas distintas en diferentes idiomas?
A mi donante le canto en español porque, al no ser mi lengua materna, cojo un poco de distancia sobre el tema, lo que me permite no llorar cada vez que la interpreto, lo cual ocurriría más a menudo si lo hubiera hecho en portugués. Los idiomas me dan la oportunidad de expresar temáticas y músicas muy diferentes. Y eso me gusta.
‘TIMBRE’ deja una sensación de optimismo. ¿Traslada esa sensación al directo?
Ese es uno de los objetivos, llenar esas dos horas de alegría, melancolía, risa, histeria… Todas las emociones posibles, pero con un poso de optimismo y alegría de vivir. Mucho color.
¿Es su manera de compensar las noticias terribles con la que convivimos?
Es cierto que nos rodean las tragedias, y eso es terriblemente complicado sobre todo cuando te tocan de cerca. Pero en la vida individual, a pesar de lo que a uno le rodea, a veces aparece la luz del nacimiento de una hija, que a uno le llena de alegría y ganas de vivir, de entregar tu vida a cosas bonitas, para hacer su mundo, el de mi hija, un poco más feliz. Y eso se transmite también a los demás ámbitos de tu día a día. Ojalá tuviera yo el poder de compensar, aunque fuera durante dos horas, las noticias terribles. No creo que tenga esa capacidad, pero es cierto que lo intento al menos entre las cuatro paredes del teatro.
En un disco dedicado a la voz le acompañan las de Jorge Drexler, Silvana Estrada, Luisa Sobral y Barbara Pravi, ¿les eligió por su voz o por otra clase de afinidad?
Pues en primer lugar, porque los admiro. Es evidente que mi hermana Luisa… Qué voy a decir de ella, es mi maestra y mi consejera, y como compositora es evidente su talento. De Drexler… es un sueño cumplido; de Silvana y Barbara, que tienen esa manera tan especial y preciosa de cantar…
¿Por qué reivindica ahora la voz?
Siempre reivindiqué la voz y la interpretación. No he descubierto ninguna cualidad, pero sí he notado que recuperé sensaciones. Tras el trasplante, y debido a la medicación, sentía que algo había cambiado, aunque todos me decían que ellos no notaban nada.
¿Una buena interpretación puede salvar una canción mediocre? O ¿puede una mala interpretación deslucir una buena canción?
Ambas cosas creo que son posibles.
Vuelve a compartir la composición de las canciones con Leo Aldrey, ¿qué ventajas encuentra en ese métido? ¿Siguen alguna fórmula para trabajar?
La ventaja más definitiva con Leo, además de ser mi «hermano», es que me obliga, que me disciplina. En general nos vamos enviando cosas que el otro completa y, durante unos días, alquilamos una casa en medio del campo y nos metemos de lleno, como un trabajo más. Dedicados día y noche a ello.
Tengo entendido que le preocupa controlar el precio de las entradas, ¿lo consigue o es una batalla perdida?
Me preocupa mucho que la música, los conciertos, se conviertan en un negocio sobreexplotado. Me gustaría poder controlar el precio de las entradas, para que todas las personas, de todos los estratos sociales tuvieran acceso a mis conciertos, pero es una batalla perdida muchas veces. Cuando creo que lo he conseguido, hay otro concierto que… En fin, es complicado. ■