Andalucía, tierra de culturas milenarias y de un cruce de civilizaciones sin igual, guarda en sus rincones algunas de las iglesias más antiguas de España. Son templos que han sobrevivido al paso del tiempo, testigos silenciosos de la evolución artística, espiritual y social de esta región. Recorrerlas es emprender un viaje en el tiempo, donde la piedra y el silencio hablan de un pasado fascinante.
1. Iglesia de San Juan Bautista, Baños de la Encina (Jaén)
Considerada una de las iglesias parroquiales más antiguas de la provincia de Jaén, el templo de San Juan Bautista se erige en lo alto de Baños de la Encina, una localidad que presume de tener uno de los castillos califales mejor conservados de Europa. La iglesia fue construida en el siglo XIII sobre una antigua mezquita, tras la conquista cristiana. Su arquitectura mezcla el románico tardío con elementos góticos, aunque ha sido reformada en varias ocasiones. Destaca su torre campanario, de aspecto sobrio y defensivo, y el retablo mayor, una joya barroca que contrasta con la austeridad del exterior. Pasear por las empedradas calles del pueblo y contemplar la silueta del templo al atardecer es una experiencia que roza lo místico.
2. Iglesia de San Pedro, Hinojosa del Duque (Córdoba)
En plena Sierra Morena cordobesa, Hinojosa del Duque alberga la imponente iglesia de San Pedro, declarada Monumento Nacional. Se comenzó a construir a finales del siglo XIII, aunque el grueso de la obra corresponde al siglo XV. Su fachada recuerda más a una fortaleza que a un templo: torres almenadas, contrafuertes macizos y un rosetón gótico que desvela su función religiosa. En el interior, destacan los techos de madera de estilo mudéjar y el retablo mayor, uno de los mejores ejemplos del renacimiento andaluz. El entorno es ideal para una escapada cultural: calles blancas, gastronomía serrana y la cercanía del Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro.
3. Basílica de San Juan de Dios, Granada
Aunque se terminó de construir en el siglo XVIII, sobre una iglesia más antigua dedicada a San Sebastián, el enclave y la historia que rodean esta basílica merecen su mención. Granada fue la última ciudad del Reino Nazarí en ser reconquistada, y muchas de sus iglesias tienen un pasado como mezquitas. San Juan de Dios es famosa por su deslumbrante interior barroco, pero pocos saben que sus cimientos descansan sobre construcciones medievales. Una visita aquí permite completar el recorrido por el Albaicín y la Catedral, piezas esenciales del arte sacro andaluz.
4. Iglesia de Santa María de la Asunción, Arcos de la Frontera (Cádiz)
Ubicada en lo más alto de Arcos de la Frontera, uno de los pueblos más bonitos de Andalucía, esta iglesia es una obra maestra del gótico-mudéjar del siglo XIII. La iglesia de Santa María fue construida sobre la antigua mezquita mayor, de la que aún se conservan restos en su base. Su portada plateresca y su campanario barroco conviven con un interior cargado de historia, donde cada piedra cuenta el devenir del lugar. Las vistas desde la explanada de la iglesia hacia el río Guadalete y la sierra son un regalo tras la subida por el casco antiguo.
5. Iglesia de San Salvador, Sevilla (antigua mezquita mayor de la ciudad)
Aunque la actual iglesia barroca de San Salvador fue construida en el siglo XVII, su historia se remonta al siglo IX, cuando fue la principal mezquita de Sevilla hasta la construcción de la actual Mezquita Mayor (hoy la Giralda y la Catedral). Las excavaciones han revelado restos visigodos y romanos bajo sus cimientos, lo que convierte este lugar en una cápsula del tiempo arquitectónica. Hoy es el segundo templo más grande de Sevilla, y su visita es casi obligatoria antes de perderse por el barrio de la Alfalfa o acercarse a la Catedral.