Nísperos: dulces, saludables y llenos de historia

En el corazón de la comarca de la Axarquía, cuando la primavera empieza a mostrar sus primeras luces, los campos se tiñen de un tono anaranjado que no proviene del sol, sino de un fruto pequeño pero poderoso: el níspero. Aunque muchas veces pasa desapercibido frente a frutas más populares, el níspero guarda en su pulpa jugosa una historia de tradición, salud y sabor que merece ser contada.

Originario del sudeste de China, el níspero (Eriobotrya japonica) llegó a Europa hace siglos, y fue en Andalucía donde encontró uno de sus hogares más fértiles. En la Axarquía malagueña, donde el clima subtropical crea un ecosistema perfecto, este árbol de hoja perenne florece con una fuerza y dulzura únicas. Localidades como Sayalonga, Algarrobo y Torrox se han convertido en pequeños templos del cultivo del níspero, tanto por la calidad del fruto como por el cuidado artesanal con el que se trabaja.

Una joya nutricional en tu mesa

Más allá de su sabor refrescante —una mezcla entre albaricoque y manzana con un punto ácido que acaricia el paladar— el níspero es un aliado inestimable para la salud. Rico en fibra, potasio, vitamina A y antioxidantes, este fruto ayuda a mejorar la digestión, regula la presión arterial y protege la vista. Además, su bajo contenido calórico lo convierte en una opción perfecta para quienes buscan cuidar su alimentación sin renunciar al placer.

Uno de sus componentes más destacados es el ácido ursólico, presente en la piel, que ha sido objeto de estudio por sus posibles efectos antiinflamatorios y anticancerígenos. También se le atribuyen propiedades depurativas, siendo recomendado para quienes sufren de retención de líquidos o afecciones renales leves.

Del árbol al plato: una delicia versátil

El níspero no solo se disfruta al natural. Su sabor se transforma de forma sorprendente en la cocina, tanto en recetas dulces como saladas. Uno de los platos más llamativos de la gastronomía local es el pollo en salsa de nísperos, donde el dulzor del fruto se funde con el sabor del vino blanco y las hierbas mediterráneas para crear una combinación inolvidable. También se preparan mermeladas artesanales, chutneys especiados que acompañan carnes curadas, e incluso sorbetes y licores caseros. En algunos pueblos axárquicos se conservan recetas de licor de níspero con aguardiente, ideal para cerrar una buena comida.

La fiesta del níspero en Sayalonga

Cada primer domingo de mayo, el pequeño municipio de Sayalonga celebra el Día del Níspero, una fiesta popular que ya es tradición desde hace décadas. En ella, vecinos y visitantes rinden homenaje a este fruto con degustaciones, mercadillos, música y visitas a los cultivos. Es una ocasión perfecta para conocer de cerca la cultura agrícola de la Axarquía, charlar con los productores locales y, por supuesto, llevarse una buena caja de nísperos recién recolectados.

Un futuro sostenible y sabroso

A pesar de su riqueza, el cultivo del níspero ha enfrentado ciertos desafíos en los últimos años, desde la competencia con frutas más comerciales hasta los efectos del cambio climático. Sin embargo, proyectos cooperativos y nuevas iniciativas agroecológicas están apostando por la recuperación de variedades locales y la comercialización ecológica del fruto.

El níspero, con su piel dorada y corazón dulce, representa mucho más que una fruta de temporada. Es parte de una identidad cultural, un alimento medicinal, y una excusa perfecta para explorar la Axarquía desde una mirada más sensorial y cercana. La próxima vez que lo veas en tu frutería, no lo dudes: lleva contigo un trozo de sol andaluz.

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