Granada: la joya roja que conquista mesas

La granada necesita un clima cálido y seco, con veranos largos y calurosos, lo que explica su éxito en países mediterráneos como España, Italia o Turquía. En nuestro país, además de Elche, también destacan producciones en Murcia y en la Vega de Granada, donde incluso la ciudad comparte nombre con el fruto.

Lo curioso es que, pese a su antigüedad, sigue siendo una fruta que sorprende a muchos por su estética. Sus granos, rojos y brillantes como gemas, esconden un sabor entre ácido y dulce que resulta inconfundible.

Si algo ha puesto a la granada de moda en los últimos años es su perfil saludable. Este fruto es rico en antioxidantes, especialmente en polifenoles, que combaten el envejecimiento celular y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. También aporta vitamina C, potasio y fibra, lo que ayuda al sistema inmunológico, regula la tensión arterial y favorece la digestión.

Estudios recientes han vinculado el consumo de granada con mejoras en la memoria y la reducción de la inflamación, lo que la convierte en un aliado tanto para deportistas como para quienes buscan una dieta equilibrada. No es casualidad que muchos nutricionistas la denominen un “superalimento”.

Cómo comerla sin perder la paciencia

Abrir una granada puede parecer un reto, pero existen trucos para disfrutarla sin mancharse en exceso. Uno de los más conocidos consiste en cortarla por la mitad y golpear suavemente la piel con una cuchara de madera para que los granos caigan en un bol. Otro método es partirla en cuartos y sumergirlos en agua, de modo que los granos se desprenden con facilidad y la piel flota.

Los granos pueden comerse frescos, añadirse a ensaladas, mezclarse con yogur o convertirse en la estrella de un cóctel. En Oriente Medio, el zumo de granada es muy popular y se utiliza también como base de salsas y marinados.

En la cocina mediterránea, la granada aporta frescor y contraste. En España, es habitual verla acompañando ensaladas otoñales con queso de cabra y frutos secos. En la Vega granadina, algunas recetas tradicionales incluyen los granos como guarnición en platos de caza. Fuera de nuestras fronteras, la cocina persa la utiliza para elaborar el “fesenjan”, un estofado de pollo con nueces y jarabe de granada. En México, la granada forma parte del célebre “chile en nogada”, un plato emblemático que combina tradición, color y sabor.

Una fruta cargada de simbolismo

La granada no es solo alimento: a lo largo de los siglos ha representado fecundidad, abundancia y hasta unidad. En el arte cristiano aparece como emblema de resurrección, y en la heráldica española figura en el escudo nacional, recordando la conquista del Reino de Granada en 1492.

Hoy, además de su valor cultural, la granada ha conquistado al consumidor moderno por su versatilidad y sus beneficios. Ya sea en un desayuno saludable, en un plato gourmet o como adorno en la mesa, este fruto rojo continúa escribiendo su historia como una joya comestible que une pasado y presente.

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