Hace 80 años, cuando aún no existían los caterings en Andalucía, comenzó a germinar la semilla de Mangoa: un joven chef dejó su trabajo en la cocina de un hotel para descubrir un modelo de negocio que un siglo más tarde retomarían sus bisnietos.
Sí, Mangoa tiene esa ventaja, pero además de contar con algunas recetas de su bisabuelo, han querido diferenciarse con una cuidada estética y presentación que consideran imprescindible.
Señoras y Señores, quédense con el nombre de Mangoa, le auguramos un gran futuro a esta empresa ubicada en Torre del Mar.
¿Cómo comienza Mangoa?
Mangoa es una refundación de una empresa del siglo pasado que era de mi bisabuelo. Él era el jefe de cocina del hotel Victoria de Granada y se sale del hotel porque las familias pudientes de Granada empiezan a pedirle servicios de catering. Eso aún no existía, pero le pedían que les cocinara en casa. Así él ve que puede dedicarse a eso, alquila un bar y empieza a dar servicios privados en casas. Mi abuelo continuó en Melilla con el negocio ya que acabó allí por amor en la Guerra Civil. Aunque mi padre trabajó con él de pequeño, no siguió con la empresa. Nosotros sí quisimos retomarlo porque siempre nos hemos dedicado a este mundo. Hemos recuperado algunas recetas de mi bisabuelo gracias a que mi abuela las seguía guardando. El nombre “Mangoa” hace referencia a la zona en la que nos hemos establecido, que está rodeada de mangos.
¿A qué tipo de eventos soléis dar cobertura?
Hacemos un poco de todo, al final de año sí es verdad que vemos que lo que más volumen supone son las bodas. Pero también hacemos inauguraciones, coffee breaks… Hemos llegado a hacer hasta pedidas de mano.
¿En qué se diferencia Mangoa de otros caterings?
Todo el equipo que comenzó hace cuatro años viene del sector. Cada uno veníamos de una empresa diferente. Nos reunimos para hablar, sobre todo lo que queríamos mejorar en las empresas de las que veníamos, para coger todo lo bueno y mejorar todo lo mejorable. Vimos que nos podíamos diferenciar por los montajes, que nosotros los incluimos en el precio. Para nosotros la estética y la presentación son muy importantes. Entendemos que todo es un conjunto. Hoy día en un evento es casi más importante cómo se come que el qué se come. Tenemos un equipo propio de decoración y escenografía que se dedica a gestionar esto junto a la decoradora de interiores que tenemos en plantilla. Tenemos un sinfín de platos, sillas, manteles y centros de mesa propios para adaptarnos a la temática que desea el cliente.
¿Cuál es la receta para estar en pié durante más de 80 años?
Mangoa como tal empieza en 2002 cuando montamos la primera empresa de Wedding Planning de la provincia de Málaga. De ahí hemos ido creciendo, primero trabajando para otros caterings hasta convertirnos en lo que somos hoy. Creemos en la profesionalidad: entender qué quiere el cliente y tratar a todos por igual independientemente del presupuesto con el que cuenten. Cada evento nos lo tomamos como algo propio. Cada cliente es un mundo y siempre se pueden aportar soluciones y posibilidades para que se vaya contento.
¿Cuáles son vuestros próximos retos?
Nosotros cuando empezamos teníamos un plan operativo en el que a cinco años teníamos unas ideas. Nos hemos dado cuenta de que vamos más rápido de lo que pensábamos gracias también al reconocimiento público que estamos teniendo. Cumplimos ahora cuatro años y hacemos una reinversión continua con la idea de afianzarnos y poder ofrecer cada vez más posibilidades a nuestros clientes. Al final del año que viene nos replantearemos hacia dónde queremos crecer y cuáles serán las próximas metas.