Málaga es una provincia de lo más completa, con una gran biodiversidad y una orografía irregular que la hace idónea para disfrutar de cualquier estación. El otoño es una de las que mayor riqueza paisajística ofrece. Por tanto, es un buen momento para escaparse por las sierras y las dehesas que hay entre el parque natural de Los Alcornocales y la sierra de Almijara. O lo que es lo mismo, entre el extremo occidental de la Serranía de Ronda y la Axarquía más abrupta y oriental. Éstas son algunas de las opciones que tienes hasta las puertas de la próxima Navidad.
- Los Alcornocales. Este parque natural, considerado como uno de los dos pulmones verdes de Andalucía (el otro está en Cazorla), no sólo está en territorio gaditano. También hay parte que está en la provincia de Málaga. En concreto, el municipio de Cortes de la Frontera, en el extremo más occidental de Málaga, cuenta con un denso bosque que forma parte de este gran espacio protegido del sur de Europa. Desde el propio casco urbano, en el que hay un centro de visitantes, se pueden hacer bonitas incursiones por esta zona frondosa. E incluso hacer algunas rutas de senderismo que llevan a enclaves de gran valor ecológico.
- Bosque de Cobre. El gran incendio de los primeros días de septiembre en Sierra Bermeja ha sido desolador, aunque afortunadamente cesó e impidió el acceso del fuego a zonas de gran valor agrícola, forestal y paisajístico, como es el castañar de la Serranía de Ronda. Esta arboleda que es fundamental para entender el paisaje del Valle del Genal es una de las protagonistas del otoño malagueño. El ocaso de sus hojas ocres proporciona unas imágenes tan bellas como efímeras, que el pasado año sólo pudieron disfrutar los vecinos de esos pueblos, debido al confinamiento perimetral por municipios. Por tanto, este año habrá muchas gana de ver el conocido como Bosque de Cobre, que es especialmente generoso en localidades como Parauta, Pujerra e Igualeja.
- Sierra de las Nieves. Aunque a día de hoy, casi nada ha cambiado en la Sierra de las Nieves, ése se puede decir que es el primer otoño en el que oficialmente buena parte de ese territorio es parque nacional, lo que hay que sumar a las declaraciones previas de parque natural y Reserva de la Biosfera. De momento, se podrá disfrutar de los mismos senderos de siempre, entre los que son especialmente recomendables aquellos que atraviesan los notables pinsapares, como los de Yunquera, El Burgo, Tolox o Ronda. A esas rutas a pie, habría que añadir la amplia oferta gastronómica que aguarda en muchos de sus cascos urbano.
- Paisajes kársticos del corazón de Málaga. También el otoño puede resultar idóneo para disfrutar del encanto del lado más abrupto de algunas sierras, como esas calizas o conjuntos kársticos que aguardan en el corazón de la provincia. Así, hay un trepidante recorrido por enclaves tan conocidos como los parajes naturales del Torcal de Antequera y del Desfiladero de los Gaitanes, pero también en otros complejos serranos donde las rocas son protagonistas, como las sierra de Abdalajís, de las Cabras y de las Chimeneas o el denominado Arco Calizo Central, frontera natural entre la Sierra Norte de Málaga y la Alta Axarquía.
- Parque natural de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Esta serie de recomendaciones otoñales, que, en este caso, van de oeste a este, termina en la Axarquía más abrupta, la que aguarda en el macizo que conforman sobre todo las sierras de Tejeda y Almijara, compartidas con tierras granadinas y protegidas como parque natural. Además de posibles subidas a las principales cimas de la zona, como son el Lucero, La Maroma, El Cielo o el Navachica, en esta zona podrás conocer otros senderos trepidantes, como la etapa de la Gran Senda de Málaga que une a Cómpeta con Canillas de Aceituno. Allí podrás encontrar el espectacular puente colgante del Saltillo. Eso sí, es una ruta tan espectacular como dura y no es apta para personas con vértigo. En esta zona, tampoco debes eludir la buena gastronomía local, que va desde un potaje de hinojos a un chivo al horno de leña.
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