Con unas temperaturas menos frías que el resto del país durante el otoño, el destino Costa del Sol se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos favoritos para viajar en esta época del año. Son muchos los enclaves y localidades que se pueden conocer en una escapada por la provincia de Málaga. Así lo promociona Turismo Costa del Sol, ente provincial dependiente de la Diputación, que pone en valor la calidad de este destino. Más allá de las playas y de los paseos marítimos, representan una buena opción los pueblos del interior de la provincia. Éstos son cinco de los más interesantes en estos días otoñales.
- Parauta. Hablar del otoño en el destino Costa del Sol es hacerlo también de su espectacular ‘Bosque de Cobre’, un fenómeno tan bello como efímero que se puede ver entre la segunda mitad de noviembre y los primeros días de diciembre sobre todo en el Valle del Genal, en la comarca de la Serranía de Málaga. Entre otros pueblos, uno de los más destacados es Parauta, que conforma un triángulo impresionante en esta época del año junto a sus vecinos Igualeja y Pujerra. Eso sí, en este otoño brilla con fuerza Parauta, ya que estrena dos atractivos muy interesantes. Por un lado, está el Bosque Mágico, que coincide con parte de un sendero homologado entre este pueblo y Cartajima. Allí se han tallado y pintado imágenes de personajes mitológicos propios de los bosques, un buen aliciente para los más pequeños. Por otro lado, en el casco urbano se han colgado decenas de sillas de anea desde este pasado verano, lo que hace aún más atractivo pasear por las calles de esta villa malagueña.
- Ojén. En la Sierra de las Nieves, pero mirando a la Costa del Sol más occidental. Ésa es la privilegiada ubicación de la que disfruta Ojén, un pueblo que en su día prestó su nombre a un mítico aguardiente. Hoy esa bebida alcohólica se recuerda en una sala del Museo del Aceite, que es una de las muchas visitas que se pueden hacer en el casco urbano. La Fuente de los Chorros, las Cuevas Altas y Bajas o la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación son algunas de las visitas obligadas en el casco urbano. Otro atractivo importante de la villa es el recorrido que se puede hacer por sus cuidadas calles, sobre todo las del centro histórico, situadas entre la plaza de Andalucía y el citado Museo del Aceite, que en su día fue una antigua almazara. Ojén tiene otro gran aliciente con sus vistas. Desde la parte alta del pueblo se tiene una bonita perspectiva de la franja del Mediterráneo que baña a Marbella, una localidad que está situada apenas a diez minutos del pueblo.
- Teba. La apasionante historia de sir James Douglas, un caballero escocés con una historia épica, y el castillo de la Estrella son dos de los principales argumentos para acercarse este otoño a Teba, uno de los pueblos situados en la comarca del Guadalteba. Desde la citada fortaleza, que merece la pena visitar por sus valiosos vestigios y su centro de interpretación, se tienen vistas panorámicas impresionantes del fértil valle en el que confluyen los ríos Turón, Guadalhorce y Guadalteba, que desembocan a su vez en el conjunto de los Tres Embalses. En el pueblo también merece la pena visitar la iglesia de la Santa Cruz Real, la puerta de la Casa Condal de la Emperatriz María Eugenia y el Museo de Historia. De los tres, lo dos últimos se encuentran en la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento de Teba. Además, otros hitos de interés son el monolito que rinde homenaje al antes citado sir James Douglas o la portada de un antiguo convento franciscano hoy convertido en poliderpotivo.
- Alhaurín El Grande. En otoño no hay que eludir una visita a este pueblo del Valle del Guadalhorce, que en su casco antiguo evidencia su dilatado pasado y esplendores pretéritos. Antes de llegar al casco urbano, se aprecia perfectamente la importancia de su parroquia, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, que majestuosa se eleva sobre un conjunto de casas blancas. Alrededor del templo se pueden encontrar algunos de los hitos de interés de la villa, como el Arco del Cobertizo, situado a un paso del templo. Bajo el Ayuntamiento se encuentra lo que se conoce como las Cuevas del Convento, una estructura subterránea que antaño sirvió de almacén de un monasterio y que hoy es uno de los lugares más singulares de toda la comarca. A ello hay que unir las distintas ermitas del pueblo, como son las de la Santa Vera Cruz, San Sebastián, San Antón y Cristo de la Agonía, que vienen a demostrar la religiosidad de este pueblo, que tiene una gran rivalidad cofrade entre dos grandes hermandades, los Verdes y los ‘Moraos’.
- Cútar. En el final de la Ruta de la Pasa de la Axarquía, a los pies de Comares se encuentra este pueblo, que este otoño ha estrenado un espectacular centro de interpretación en torno a uno de los hallazgos más sorprendentes de este siglo, un Corán y dos manuscritos que permanecieron más de medio milenio emparedados en una antigua vivienda del pueblo. Este espacio temático sobre los últimos años del período andalusí y la expulsión de los moriscos es una buena excusa para conocer este pueblo, de recoletas calles, que conserva el encanto propio de los pueblos blancos del interior de la Axarquía. Aún se conserva el trazado medieval que en su día tuvo, así como edificios de gran valor histórico, como su iglesia, la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, o la fuente Aina Alcaharia, situada en la entrada del casco urbano y de origen andalusí.
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