«Hemos demostrado que hay un solo mar, que todos los mares tienen las 
mismas necesidades y los mismos problemas, pero que para todos hay 
esperanza. Toda la información que hemos recibido nos dice que, si 
actuamos a tiempo, el mar se puede salvar”. Con este mensaje positivo ha
 concluido hoy el director del congreso, Benjamín Lana,
 lo que han sido cuatro días debatiendo, reflexionando, intercambiando 
opiniones y sobre todo compartiendo experiencias en favor de la defensa 
del mar. Ese era el objetivo del I Encuentro de los Mares, congreso que 
ha organizado Vocento con el apoyo de la Diputación Provincial de Málaga
 y la Junta de Andalucía, y que ha reunido por primera vez entre Málaga y
 Cádiz a científicos, pescadores y cocineros en torno a la protección de
 los recursos marinos. Según Lana, superando expectativas. De ahí el 
afán de continuidad, que ya promete para la próxima edición “más 
contacto con el mar, potenciar la relación con el sector y abrirnos a la
 internacionalización”.
El mar como despensa y la presencia femenina en el sector
Abría fuego el cocinero Sergio Bastard (La Casona del 
Judío). Bastard ha contado cómo se dio cuenta de que una manera de 
enriquecer su región y aportar su granito de arena al sector 
gastronómico era investigar acerca de la salmuera. El residuo que se 
produce durante el proceso de salazón de las anchoas acaba en el mar y 
supone un impacto en el ecosistema que el chef radicado en Cantabria se 
ha propuesto investigar. El proyecto de la salmuera también implica su 
aplicación en cocina, por ejemplo, en la elaboración de una mahonesa con
 una vida de hasta tres semanas.
Una de las protagonistas de la mañana ha sido Rita Míguez,
 presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca, que ha 
reivindicado la importancia del papel femenino en el sector, 
históricamente “escondido”. Según los datos que nos facilita Rita 
Míguez, en España trabajan en la pesca unas 60.000 personas, de las 
cuales alrededor del 16% son mujeres. Otro de los argumentos que esgrime
 la ponente es la preocupación de los profesionales de la pesca por el 
relevo generacional. Necesitan que los jóvenes se interesen por este 
sector como medio de vida, pero esto sólo se consigue “defendiendo 
sueldos dignos, mejorando nuestra situación socio-laboral, contagiando 
nuestro entusiasmo por el mar y dignificando nuestras profesiones”, 
apunta Rita.
También se han abordado durante la última jornada los retos de la 
industria conservera. En este caso, de las pequeñas empresas. Para ellas
 no es fácil hacerse valer, ni a la hora de recibir ayudas ni a la de 
llegar al consumidor. Sin embargo, siguen apostando por ese “valor 
añadido” que pueden aportar al mercado. Así lo exponía el crítico 
gastronómico Carlos Maribona, destacando el liderazgo 
de España como primer productor de conservas de la UE y tercero del 
mundo. Datos que le servían a Maribona para introducir la mesa redonda 
‘La industria conservera ante el reto del abastecimiento: calidad y 
volumen’, que moderaba con Rosa Lafuente (Conservas Paco Lafuente) y José María Vázquez
 (Herpac). Ambos se mostraron convencidos de que la calidad artesanal es
 el “valor añadido” que las empresas pequeña pueden aportar. A su 
juicio, “hay que enseñar a escoger las conservas” y exigir que sea una 
conserva transparente en cuanto a información del producto. 
Por su parte, Paco Pérez (Miramar, dos estrellas 
Michelin) ha salido al escenario con un mensaje tajante. “La especie 
humana tiene un problema muy grave”, ha señalado Pérez nada más iniciar 
su ponencia aludiendo a la temática sobre el mar, la sostenibilidad y 
los recursos marinos. “Se dice que todo empezó cuando el hombre se puso a
 cocinar, así que en nuestras manos está el contribuir a cambiar esta 
problemática, aportar nuestro granito de arena”, explicó. “Se habla 
mucho de sostenibilidad, pero a veces, esta sostenibilidad está en traer
 producto de fuera y no utilizar el del entorno ya que al territorio 
también hay que dejarlo descansar”. La despensa de Paco “es el mundo”, 
puntualizaba.
Sobre la despensa marina han hablado dos parejas bien avenidas en esto de vivir del mar. Por un lado, Rafa Zafra y Pere Gotanegra,
 cocinero y pescador, yerno y suegro. Procedente de una familia con una 
tradición de más de doscientos años de dedicación al mar y la pesca, 
Pere Gotanegra ha destacado el proyecto que ha comenzado junto a las 
cofradías de pescadores de la Costa Brava. Un método de pesca que los ha
 llevado a organizar una especie de parcelas en el mar para faenar en 
cada una no más de cinco o seis meses en base a un sistema de rotación 
que les permite recuperarse. “Desde que lo hacemos, ha aumentado la 
captura de merluza”, ha asegurado. Y eso redunda en la otra parte 
contratante: Estimar, restaurante que pilota el sevillano Rafa Zafra en 
Barcelona, y que se basa en el producto, de temporada y calidad.
La otra pareja que ha estado presente en el Encuentro de los Mares y que se retroalimenta entre sí ha sido la que forman Celso Sánchez y Esther Manzano
 (Casa Marcial), marido y mujer, pescador/proveedor y cocinera, 
apuntando a la necesidad de respetar el producto en todo el proceso, 
desde el barco a la mesa, teniendo muy en cuenta la pesca artesanal y 
sostenible y aprovechando en la cocina todas las partes del pescado, 
sino para servir sí para caldos y colágenos. La cocinera no dejó pasar 
la oportunidad de advertir sobre el abastecimiento: “Hoy en día se habla
 mucho de cocina de producto, pero el producto escasea. Tenemos la 
difícil tarea de buscar un producto sublime, sobre todo en el mar. Por 
eso son importantes foros como este para que nos alineemos todos para 
buscar una solución”.
El punto de vista científico lo ha puesto José Lucas Pérez,
 catedrático de la Universidad de Cádiz, abordando la ficogastronomía. 
Pérez ha explicado que las algas son los organismos más abundantes de la
 tierra y producen el 70-80% del oxígeno. Son los fotosintéticos más 
antiguos. A continuación, ha facilitado datos de consumo para concluir 
que Asia es el país que más algas ingiere, “mil veces más que en Europa”
 puntualizaba el experto. Tras las cifras de consumo, las de especies: 
2.000 las algas pardas y 1.500 las verdes, por citar dos. De todas 
ellas, sólo se incluyen en la cesta de la compra asiática entre 150-200 
variedades; entre cinco y diez en la europea. “El mar es una inmensa 
huerta y hay mucho recorrido en cocina”.
Lo sabe bien Iván Domínguez, quien hace apenas cuatro 
meses que puso en marcha su nuevo proyecto en A Coruña, NaDo, pero que 
siempre ha tenido algo muy claro: “El producto es fundamental” y lo 
busca bajo el Atlántico con la confianza en el pescador. Hasta el punto 
de que hace los pedidos y deja que el proveedor le lleve lo que 
considere. Eso hace que la carta sea “muy dinámica”, cambiándola a 
diario. Muy concienciado con la riqueza del mar como despensa, considera
 que los cocineros tienen una “gran responsabilidad”, la de “cuidar un 
bien cada vez más esquilmado”. “Tenemos cada vez más problemas para 
conseguir buenos productos”, ha sentenciado. 
En esa línea de responsabilidad del cocinero ha incidido el dos estrellas Michelin italiano Pino Cuttaia
 (La Madia, Licata). A su juicio, el cocinero contemporáneo es el 
responsable de custodiar todo el saber que antaño atesoraba la figura de
 la “mamma”. Pero Cuttaia cree también en una sostenibilidad responsable
 y más allá del mar, en una cadena que una y retroalimente todos los 
recursos que nos ofrece el entorno: la huerta, la montaña con su 
pastoreo y el mar. Una cadena que antes se generaba de forma natural por
 la misma necesidad, “el pescador hacía padrino de su hijo al payés y 
así se garantizaba tomates en casa, y viceversa”. Esa cadena es la que, 
en opinión de Pino Cuttaia, se tendría que recuperar porque es cultura 
de aprovechamiento y puesta en valor de los ingredientes. Es así como 
nacieron muchos platos ahora tradicionales, de la necesidad, necesidad 
de unir esfuerzos que ahora ha convertido a esa gastronomía en expresión
 de un territorio.
Para cerrar el congreso, los anfitriones de esta última jornada de 
ponencias, las Bodegas González Byass, han ofrecido una charla sobre la 
relación del vino de Jerez con el mar a cargo del enólogo Antonio Flores y el director de marketing de Tío Pepe, José Argudo.
 El vino de Jerez es un vino que mira al mar, no sólo por 
geolocalización sino también por historia y voluntad de la empresa. Pero
 quizás su vínculo con el mar más curioso es la tradición de los vinos 
de ida y vuelta, vinos que se embarcaban para conseguir que durante las 
travesías mejorasen su potencia y sabor. Como homenaje a esa tradición 
marítima y vinícola, las bodegas decidieron en 2018 recuperarla y 
embarcaron dos toneles de vino de jerez en el buque escuela Juan 
Sebastián Elkano. El resultado de este experimento, del que se tenía 
información, pero no experiencia, ha sido un vino denominado XC palo 
cortado de ida y vuelta, que los asistentes al congreso han tenido la 
oportunidad de degustar.
Así ha concluido el I Encuentro de los Mares, el primer congreso 
multidisciplinar en torno al mar a cargo de 31 ponentes de diversos 
ámbitos profesionales (pescadores, científicos, armadores, 
pescadores…), y que ha viajado de Málaga a Jerez de la Frontera 
deteniéndose en Barbate y El Puerto de Santa María para hablar y sentir 
el mar en todas sus facetas ante 500 congresistas
 
			

























