Comer bien (muy bien) en París sin pisar un restaurante

Comer bien (muy bien) en París sin pisar un restaurante

Catalogada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, la gastronomía francesa es algo que no hay que perderse. En París, existen mil maneras de iniciarse al arte de comer bien, además la cocina no para de reinventarse para gustar a todos. Este es el lugar adecuado para descubrir las nuevas tendencias culinarias y encontrar deliciosos establecimientos para saborear gastronomía made in France.

En París hay un centenar de restaurantes que acumulan 134 estrellas Michelin y, por supuesto hay miles con todo tipo de propuestas, desde las diferentes cocinas regionales de Francia, a cocina internacional de todos los países, restaurantes históricos y en lugares emblemáticos. Comer bien en París no es un problema, pero aquí proponemos 10 ideas para comer, o cenar, muy bien en la capital francesa… sin pisar un restaurante o haciédolo en uno nada convencional. Comer bien (muy bien) en París sin pisar un restaurante.

Hacerse invitar por un parisino
A los parisinos les gusta ir al restaurante, pero también les gusta ponerse a cocinar. Y las cocinas de la capital están llenas de talento. Entonces, ¿porque no ir a encontrarse con esos cocineros de una nueva especie, para quienes compartir es lo esencial de esta pasión? Es el concepto que propone VizEat, que permite invitarse a casas particulares para probar, con buena compañía, las creaciones culinarias hechas por anfitriones gastrónomos. Una ocasión privilegiada de pasar un momento agradable y acogedor, en el ambiente intimista de un piso parisino. Las posibilidades son muy variadas, y van desde el aperitivo cena, hasta el menú integral. Distintos anfitriones y tipos de cocina se proponen a los visitantes con precios que van de 10 a 20 euros. Se ofrecen desde menús completos, a monográficos de vino y quesos, recorridos por los mercados o cocinas exóticas.

Chef à domicile
No es necesario ir al restaurante para probar los platos de las grandes cocinas. También se puede hacer venir el chef a su casa. Este concepto, que revoluciona las cenas en el hogar, brinda una gran emoción gustativa a todos los invitados. Desde la compra de los ingredientes hasta el momento de servir los platos, el chef se ocupa de todo. Una manera distinta de disfrutar de una cena típicamente parisina, sintiéndose en casa, evitando las notas discordantes, y relajándose. Una buena idea para los que han optado por alquilar un piso para su estancia en París, o para los que reciben una invitación de amigos. Una excelente manera de agradecerles por su acogida. Todo lo que hay que hacer es conectarse, por ejemplo, al sitio web labelleassiette y seleccionar el menú elegido, con precios que van de 35 a 100 euros por persona. El chef se encarga de la selección de los productos, haciendo la comida e incluso sirviéndola. Hay todo tipo de opciones: cocina exótica, molecular, cocina regional local… En invite1chef.com se propone participar en la preparación del menú en el marco de un curso de cocina. Para ocasiones especiales, en Gastronhoming, François Marchenay y Pierre-Yves Tremintin se encargan de ofrecer una experiencia culinaria inolvidable. Los dos son diplomados del Institut Paul Bocuse. Uno es chef y el otro sumiller. Sus menús, refinados y sabrosos, se acompañan con una cata de vinos.

Convertirse en chef uno mismo
Si en lugar de contratar un chef, lo que se quiere es ser uno mismo el cocinero, París también ofrece opciones ya sea para una ocasión especial, por simple placer o para descubrir la gastronomía parisina en una velada original y festiva. Se visita el sitio web lescommis.com y se siguen los pasos. Hay que elegir el menú que más guste entre muchos diseñados por grandes chefs franceses. Un equipo de personas se hace cargo de la selección de los ingredientes de calidad para su receta y los envía a casa. Todo llega en paquetes individuales envasados al vacío y con las cantidades justas para el menú. El paquete va acompañado de archivos de datos prácticos con recomendaciones de los chefs para evitar cualquier contratiempo. En menos de una hora, se pueden conseguir platos dignos de los mejores restaurantes. Algo parecido proponen Joy y Charlotte, las creadoras de Cook Angels, con el asesoramiento del chef con estrella Michelin Nicolas Beaumann con recetas accesibles a todos y los ingredientes medidos, pelados y cortados. Para una cocina más exótica, Cook’in the world propone dar una vuelta al mundo de los sabores sin moverse del comedor.

Entre lentejuelas
Si hay algo típico de París son los cabarets y music-halls. Sus nombres resuenan desde hace décadas: Lido, Moulin Rouge, Crazy Horse, Paradis Latin… Todos ofrecen espectáculo y la combinación con cenas, y algunos incluso comidas. Lido por ejemplo propone show y cena con dos entrantes, dos platos principales, copa de champán y media botella de vino por 170 euros, aunque hay más posibilidades, incluso una suite privada con camarero por 400 euros. El Moulin Rouge propone su Menú Toulouse-Lautrec en homenaje a quien mejor expresó en sus pinturas el ambiente de este local, a partir de 190 euros. Un poco distinto es Paradis Latin, el célebre cabaret parisino de la orilla izquierda del Sena, atribuido a Gustave Eiffel. Aquí la restauración constituye una preocupación prioritaria. Las comidas se realizan in situ en una cocina laboratorio ultramoderna y siempre lista para preparar productos frescos. El menú es más sencillo y el precio a partir de 130 euros.

Cenar recorriendo el Sena
No hay nada más romántico y glamoroso que cenar o comer de crucero por el Sena, mientras se contemplan los monumentos parisinos. Con un ambiente como este y una buena mesa, es una ocasión maravillosa de combinar el placer de la boca y de los ojos. Muchas compañías ofrecen estos paseos, algunos de ellos con servicio de restaurante. La Compagnie des Bateaux Mouches es la más conocida y ofrece la oportunidad de descubrir, mediante uno de sus cruceros, París por su avenida más hermosa: el Sena. Se puede reservar brunch los domingos, comida en un restaurante singular durante el fin de semana, o una cena romántica surcando el río cualquier noche. Los precios van de 50 a 155 euros. Como propuesta muy especial, la compañía ofrece el menú “Sí quiero” para hacer una declaración de amor, una pedida de mano o una renovación de los votos matrimoniales. Se recoge a los invitados en limusina, son recibidos por el capitán y disfrutan de un lugar privilegiado en la proa del barco. En el menú se puede elegir entre cinco entrantes, cinco platos principales, surtido de quesos, cinco postres y varios tipos de vino y champán, además, café y coñac. El precio es 325 euros por persona.

Comer rodeado de arte
Entre varias visitas relacionadas con el arte, se pueden combinar cultura y gastronomía haciendo una pausa en algún restaurante de un museo parisino o de un gran monumento. Con los numerosos museos de la capital, cada uno encontrará el ambiente que mejor le corresponde según sus gustos. El Musée d’Orsay, ofrece el antiguo restaurante del hotel de Orsay, situado en la primera planta del museo, que ha conservado toda su magnificencia desde su apertura en 1900. El chef Yann Landureau elabora una cocina tradicional francesa, pautada por platos originales, relacionados con la actualidad del museo. Hay menús de dos platos desde 22 euros. Una experiencia única es cenar tocando el cielo en el restaurante Jules Verne de Alain Ducasse en lo alto de la Torre Eiffel con París iluminado a los pies. Exquisita comida, excelente servicio, ambiente exclusivo y con un toque futurista. El menú Experiencia de cinco platos cuesta 190€, el de seis platos, 230€.

Comer en un hipódromo
En Francia, el deporte hípico es una gran tradición. París y su región disponen de varios hipódromos que reciben las grandes citas hípicas nacionales e internacionales. Sus restaurantes panorámicos ofrecen un marco privilegiado para asistir a esos espectáculos deportivos. Los aficionados, iniciados y apasionados por este deporte pueden disfrutar de una comida gastronómica y de una vista excepcional sobre la pista de carreras. Las experiencias son diferentes según la hora del día: ambiente eléctrico durante el almuerzo o atmósfera más íntima durante la cena. En el hipódromo de Paris Vincennes, está el restaurante Le Panoramique con menús entre 25 y 48 euros.

Disfrutar en una “guinguette”
Los bailes al aire libre en las orillas de la Marne, símbolos del París popular, han pasado a la posteridad y conservado su encanto gracias a los lienzos de Renoir. Guirnaldas, acordeón y pista de baile: las guinguettes, bares populares al aire libre, proponen una cocina tradicional para almorzar, cenar o incluso tomar un té bailando. Chez Gégène es un chiringuito emblemático de las orillas de la Marne. Mantel de cuadritos, ambiente musical, buena cocina… ¡todos los ingredientes para pasar un momento fuera del tiempo! Abre de abril a septiembre, hay comidas y cenas con baile en el fin de semana, música de acordeón, teclado y voz hasta las 2 de la madrugada. El precio, todo incluido, con almuerzo o cena es de 45 euros. Un menú de ejemplo: Kir de vino blanco con grosella negra, Terrina de St. Jacques, Sopa cremosa de langosta, Pato tres pimientos, con puré de patatas con aceite de oliva y Galletas de mantequilla cremosa de Gianduja, acompañado de media botella de Burdeos.

Tiendas muy especializadas
A veces es posible picotear algo o hacer pequeñas degustaciones mientras se compran los mejores productos en mercados o en tiendas de ultramarinos y quesos. Nombres conocidos de la gastronomía proponen el refinamiento de sus platos preparados, bodegas de vinos y pastelería en sus tiendas o lo entregan a domicilio, en su casa o en el hotel. Es posible dar un aire festivo a la cena o comida íntima, en familia o en grupo, con bocaditos salados, foie gras y champagne y disfrutar de la comida. Estos servicios de gama alta ponen a disposición la logística necesaria para organizar cualquier deseo: camareros, sumilleres, decoración… ¡Un placer de gourmet servido en bandeja! Un buen ejemplo es La Grande Épicerie de Paris, situada justo en frente del Bon Marché, se ha convertido en un «neludible, un placer asumido, un momento privilegiado. Auténtica referencia de la gastronomía en París, atrae a aficionados de excepcionales productos y a curiosos del mundo entero.

Y además…
En París, existen mil maneras de iniciarse al arte de comer bien, además la cocina no para de reinventarse para gustar a todos. Algunas propuestas: Neobistrots, la gastronomía revisitada, para saborear las últimas tendencias, lugares que combinan cocina de bistrot y gastronomía; Monomaniaca, variaciones golosas entorno a un mismo tema para saborear una especialidad bajo todos sus aspectos, en el menú, un producto estrella, uno solo, pero preparado de muchas maneras diferentes: aves, huevos, albóndigas, croque-monsieur, manzanas, bogavante, mozzarela; Tendencia fast-good, donde es fácil comer bien y rápido con sabor y equilibrio en el menú diario; Pastelería alta costura, París maravilla el gusto y la vista con creaciones dulces de los nuevos «pasteleros- joyeros»…

Publicidad