Dehesa del Zarco: un destino vinícola único en Doñana

El año 2024 comenzó en el viñedo Dehesa del Zarco con un sueño cumplido con la culminación de las obras de su propia bodega. Un logro más de esta empresa familiar de Pilas (Sevilla), impulsada por Juan Diego Moreno, que gana autonomía al dejar de depender de una bodega externa. Las nuevas instalaciones cuentan con un nuevo espacio que es muy especial para Juan Diego y su familia, con la que comparte el esfuerzo por sacar adelante el negocio que inició en 2008. “Se planificó una pequeña zona de catas encima de la de barrica y embotellado. Es un lugar bonito y tranquilo desde el que se ve toda la viña y el proceso de elaboración del vino. Lo hemos diseñado pensando en los visitantes”, explica.

Con el fruto de sus viñedos elaboran Zarco, un vino tinto ecológico que, de momento, es su única referencia y en el que combinan las variedades de uva Tintilla de Rota, Garnacha y Petit Verdot. Producen una tirada pequeña que distribuyen principalmente en la comarca y en Sevilla. Este año esperan completar su oferta con un blanco, un rosado y un tinto. 

Dehesa del Zarzo toma el testigo de la ancestral tradición vitivinícola de Pilas. “El pueblo ha estado lleno de viñas y en los años sesenta o setenta había hasta 45 bodegas”, recuerda Juan Diego. Actualmente, la suya es la única viña que queda en este municipio de la Doñana sevillana, un hecho que añade valor a su proyecto y que se puede apreciar en las visitas que organiza y que él mismo guía.

Las catas comenzaron a la vez que la actividad del viñedo y se volcaron en ellas hará unos nueve meses. Antes de construir su bodega se realizaban al aire libre, algunas veces de noche, en las épocas de más calor. La experiencia permite conocer su vino y también un entorno natural único. “Comienzo contando la historia vitivinícola del pueblo de Pilas. Luego cuento la nuestra, cómo empezaron mi padre y mi hermano y cómo estamos actualmente. Después les explico las diferentes variedades que tenemos plantadas, cómo trabajamos la agricultura ecológica frente a plagas y demás y cómo hacemos la vendimia y elaboramos los vinos. Probamos alguna barrica y nos vamos a la sala de catas, donde terminamos”, relata Juan Diego.

La visita a Dehesa del Zarco dura entre dos horas o dos horas y media y hacen una o dos a la semana para un máximo de 20 personas. Reconoce que todas se van con una muy buena opinión de la experiencia, como queda registrado en las reseñas positivas que acumulan. “Cuando veo que hay gente interesada, a la que le gusta lo que hacemos y lo disfruta, siento que tan mal no lo estamos haciendo”, concluye Juan Diego con orgullo.

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