La investigación de la instalación granadina se ha centrado en el altramuz, cada vez más presente en nuestra dieta por sus beneficios para la salud
Este avance elimina los falsos positivos por reacciones cruzadas con otras proteínas de especies cercanas, como el cacahuete
La Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC) ha realizado un nuevo avance dentro de la línea de investigación sobre la detección de alérgenos en los alimentos. El grupo de investigación liderado por el doctor José Carlos Jiménez-López ha desarrollado un nuevo método para localizar las proteínas procedentes de las semillas de altramuz que podrían desencadenar una reacción alérgica en personas susceptibles a ello. Esta legumbre posee un creciente interés al ser cada vez más demandada para su consumo, debido al gran número de estudios relacionados con sus beneficios para la salud. En algunos países incluso se utiliza como sustituto de la soja en la fabricación de horneados, como pan o pizza, además de estar presente en bebidas energéticas, productos de repostería, humus o quesos vegetales, entre sus múltiples aplicaciones.
Los investigadores de la instalación granadina han elaborado una nueva técnica para identificar de manera específica las proteínas presentes en mayor abundancia en la semilla del altramuz (beta-conglutinas), tanto en alimentos procesados como no procesados. Además, esta tecnología permite detectar falsos positivos a causa de contaminaciones cruzadas con otras proteínas de especies cercanas, como el cacahuete. También evita los falsos negativos producidos por un mecanismo inadecuado para la extracción de las proteínas de alimentos.
Las aplicaciones de este avance científico son numerosas al ser capaz de localizar estas proteínas que pueden provocar una reacción alérgica con independencia de la forma en que se presente el alimento. Además, el altramuz es uno de los catorce alérgenos incluidos en su regulación por la Unión Europea, que establece que cualquier alimento que los contenga debe etiquetarse y declararse al consumidor. De esta manera, el desarrollo tecnológico de la EEZ-CSIC proporcionará una herramienta molecular que ayudará a una gestión más eficaz de los alérgenos por parte de la industria alimentaria, de las agencias reguladoras y de los profesionales biosanitarios