Diez pueblos de la península ibérica para surfear este verano

Cuando el calor aprieta y la rutina se disuelve como la espuma en la arena, hay un lugar donde el verano alcanza su forma más libre: sobre una tabla, flotando entre olas. La península ibérica, con sus miles de kilómetros de costa, guarda rincones ideales para surfistas de todos los niveles. Aquí no sólo hay buenas olas, sino también pueblos con alma, sabor, y ese ambiente despreocupado que convierte unas vacaciones en un recuerdo inolvidable. Te presentamos diez pueblos donde este verano el mar será tu hogar.

San Vicente de la Barquera, Cantabria
Entre marismas y montañas, este pueblo pesquero regala vistas verdes y playas amplias como la de Merón, perfecta para aprender a surfear o dejarse llevar por olas suaves. Y después del baño, nada como un sorbo de sidra con rabas mirando al infinito.

Peniche, Portugal
Peniche es a Portugal lo que San Sebastián al pincho: imprescindible. Su famosa ola tubular de Supertubos atrae a surfistas de todo el mundo, pero el encanto del lugar está también en su puerto, sus barcas, su olor a mar y en el pulpo a la brasa

Tarifa, Cádiz
Es un clásico del viento y las olas. Aunque reina el kitesurf, también ofrece días ideales para surf clásico, sobre todo con poniente suave. Su ambiente multicultural y su casco histórico hacen que el mar no sea su único atractivo.

Ericeira, Portugal
Nombrada como Reserva Mundial del Surf, este pequeño pueblo al norte de Lisboa mezcla tradición pesquera, arquitectura blanca y azul, y un aire internacional. Las playas como Ribeira d’Ilhas o Coxos ofrecen olas constantes y carácter atlántico.

Sopela, Bizkaia
A solo 20 minutos del centro de Bilbao, Sopela es la joya costera para los surfistas del norte. Aguas frías, sí, pero también constantes y vibrantes. El ambiente joven y surfero invade las terrazas al anochecer, donde nadie se quita la sal de la piel.

Sagres, Algarve
En el extremo suroeste de Europa, Sagres parece detenido en el tiempo. Antiguo refugio de navegantes, hoy es paraíso de surfistas. Desde Tonel hasta Mareta, el viento y las corrientes atlánticas ofrecen olas para todos los gustos y niveles. Y las puestas de sol son de otro mundo.

Carnota, Galicia
En la Costa da Morte, Carnota presume de tener una de las playas más largas de Galicia y de las más salvajes. Aquí el surf se mezcla con la niebla, los hórreos centenarios y ese aire melancólico que sólo Galicia sabe dar. Ideal para los que buscan algo más que olas.

El Palmar, Cádiz
Más que un pueblo, una comunidad de almas saladas. Aquí la vida transcurre descalza: tabla, bici, cañas y música. Las escuelas abundan, las olas son nobles y el ambiente hippy-chic lo convierte en uno de los lugares más amados del surf andaluz.

Arrifana, Portugal
En el corazón del Alentejo, este rincón escondido entre acantilados ofrece olas perfectas y un pueblo diminuto de casas blancas. Tranquilo pero no aburrido, Arrifana es ideal para los que buscan desconexión total sin renunciar al surf diario

Razo, A Coruña
En plena Costa da Morte, Razo es un secreto a voces. Playa larga, dunas, olas consistentes y un ambiente que alterna lo rural y lo surfero. Con sus campamentos de surf, sus hostales frente al mar y su calma, es ideal para pasar semanas dejándose llevar.

Una ola, una historia
En cada uno de estos pueblos, el surf no es solo deporte: es lenguaje, es tribu, es manera de estar en el mundo. Este verano, la península ibérica te espera con sal en la piel, viento en el pelo y una ola a punto de romper. ¿Te atreves?

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