Entre los muros de varios siglos de dos edificios históricos de la céntrica calle Beatas de Málaga, Los Patios de Beatas guarda una de las mejores bodegas de la capital de la Costa del Sol. Julián Sanjuán regenta desde hace una década el establecimiento, que ocupa dos casas históricas, de los siglos XVIII y XIX, cuidadosamente rehabilitadas, y lo ha convertido en una vinoteca insustituible en Málaga, por la variedad de su propuesta, con más de 600 referencias que incluyen las principales denominaciones de origen de todo el mundo, y por el acierto de su selección. Además, ha sabido desarrollar una cocina, dirigida por Camilo Rojas y Antonio Noriega, a la altura de las exigencias de un proyecto que aspira siempre a la excelencia, con productos de primera categoría y elaboraciones propias, que consigue sorprender sin perder el respeto a la tradición.
El equipo de sumilleres de Los Patios de Beatas, que completan José Urdiales y Paula Orejas con el propio Julián, ha elaborado un menú completo de primavera, maridando cuatro vinos con cuatro propuestas de su carta, que cambia como cada año en el mes de mayo y en esta temporada introduce 14 platos nuevos, como el dumpling de corvina con gazpachuelo malagueño con placton marino. Han escogido caldos malagueños y materias primas muy ligadas a la provincia como las sardinas o el chivo malagueño, con aportaciones algo exóticas, como el punto picante del chipotle o el sabor tropical de la guanábana.
▪ Aperitivo con mucho sabor
Para abrir boca el equipo de Los Patios de Beatas proponen un Málaga Seco Trasañejo de Dimobe. Un vino elaborado con Pedro Ximénez de los Montes de Málaga con un envejecimiento medio de 20 años, fresco pero de sabor potente y persistente, con toques salinos. El acompañamiento que recomienda es un plato atrevido, con mucha personalidad: unas sardinas ahumadas en pan brioche y salseado de Bloody Mary.
▪ El pescado, con moscatel
Para acompañar el pescado la apuesta es un vino moscatel cien por cien. Concretamente un blanco seco Dominio de Arenas fermentado en barrica 14 meses, también de la Axarquía. El plato escogido para complementar este vino es un tartar de atún rojo de almadraba con guanábana, una propuesta en apariencia poco tradicional que incorpora el sabor de las frutas tropicales que se han convertido en seña de identidad de la comarca, donde se cultivan en abundancia.
▪ Combinación muy malagueña
Con variedades de Cabernet Sauvignon, Syrah y Tempranillo de los Montes de Málaga se elabora el tinto Camarolos 2020 de la bodega Victoria Ordóñez e Hijos. Un vino fresco y agradable que realza el sabor de un timbal de chivo malagueño, destacando uno de los productos que mejor representan la ganadería malagueña.
▪ Dulzor sin exceso
El postre guarda una de esas combinaciones originales que destacan en la carta de Los Patios de Beatas. La recomendación para finalizar la comida es una milhoja con crema y salsa de chipotle y coco junto a un vino moscatel Noctiluca Naturalmente Dulce, de Viñedos Verticales. Se trata de un vino blanco elaborado al cien por cien a partir de uva moscatel de Alejandría, también conocida como Moscatel de Málaga, en el corazón de la Axarquía, intenso y con un punto perfecto de acidez y dulzor. Un equilibrio necesario para animar la conversación y alargar la sobremesa.