La directora general de Museos y Conjuntos, Aurora Villalobos, ha presentado esta mañana en el Museo de Málaga ‘Antonio Muñoz Degrain. Ciudad del Paraíso’, una muestra que coincide con el centenario del fallecimiento del pintor valenciano en Málaga, y con la que se pretende profundizar en su trayectoria artística, así como en su protagonismo en la fundación del Museo de Bellas Artes de Málaga, donando una importante colección de obras, tanto de autoría propia como de su colección privada, entre las que se incluyen cuadros del joven Picasso, Sorolla, Ramón Casas, Rosales o Martínez Cubell.
Así lo ha explicado Villalobos en su intervención, en la que ha destacado el protagonismo del pintor en la creación del Bellas Artes de Málaga en 1916, y la fecunda relación creativa y personal de Muñoz Degrain con la ciudad de Málaga, dos de los ejes fundamentales en torno al cual gira esta nueva propuesta expositiva, con la que la institución museística apuesta por relanzar la figura del pintor.
La exposición temporal, que podrá visitarse hasta el próximo 3 de diciembre, propone, a través de una treintena de obras, un recorrido por la producción del pintor desde sus primeros años de formación y profesionalización en las artes plásticas, pasando por su extensa residencia malagueña, sus numerosos viajes, su estancia en Madrid, hasta su regreso a Málaga tras su jubilación. Al mismo tiempo, da a conocer la personalidad artística de uno de los pintores más prolíficos e inclasificables de la segunda mitad del siglo XIX, permitiendo lecturas trasversales en torno a su evolución plástica, su aproximación a distintos géneros y su siempre personal papel de maestro.
Comisariada por José Ángel Palomares, la muestra se estructura en cuatro bloques temáticos: La formación del maestro, donde se incluyen obras como ‘El modelo Salomón’ o ‘Retrato de la Señorita Abella’; Málaga, ciudad del Paraíso, donde se podrán ver la obra ‘Dama en Sierra Nevada’ o ‘El lavadero’ -procedente del Museo Carmen Thyssen Málaga; Magisterio Nacional, con obras como ‘Sierra de Guadarrama’ o ‘Árbol centenario’; y Un Importante legado para Málaga, unidad en la que se exhiben la acuarela ‘El viejo de la manta’, que un Pablo Picasso le envío al maestro como regalo de pascua, varios bocetos del pintor para la disposición de las Sala Muñoz Degrain para el Bellas Artes de Málaga o una talla de las puertas de San Pedro y San Pablo, procedentes del estudio del artista.
Para esta exposición conmemorativa, el Museo de Málaga, dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, ha contado con préstamos de siete obras del Museo de Bellas Artes de Valencia, vinculado estrechamente con Muñoz Degrain (Valencia, 1840-Málaga, 1924). Esta institución museística ha organizado a su vez, en colaboración con el Bellas Artes de Málaga, una exposición por el centenario de la muerte del pintor, con un importante préstamo de obras de la pinacoteca malagueña. ‘Antonio Muñoz Degrain. Ciudad del Paraíso’ cuenta también con obras procedentes del Museo de Bellas Artes de Granada y del Museo Carmen Thyssen de Málaga.
Paralelamente a esta exposición, se han programado en el Museo de Málaga visitas guiada compartidas entre la exposición temporal y la colección de Muñoz Degrain en la colección permanente, en la primera planta de la pinacoteca. Además, habrá dos conferencias y una mesa redonda con expertos del Museo y la Universidad de Málaga. Actividades que permitirán a los participantes profundizar en la obra de este destacado pintor en la producción plástica española de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Una vida vinculada a Málaga
La vinculación de Muñoz Degrain con Málaga se inició en 1870, cuando Bernardo Ferrándiz Badenes lo reclama para participar conjuntamente en el concurso que la Sociedad Cooperativa para la gestión del Teatro Cervantes convocó para la decoración del techo del patio de butacas del recién construido liceo teatral. Ganadores del concurso la obra ‘Alegoría de la ciudad de Málaga’ de Antonio Muñoz Degrain y Bernardo Ferrándiz, emblemática de ambos autores y referente del contexto sociocultural de la ciudad a comienzos del siglo XX, constituyó el inicio de la relación de Muñoz Degrain con la ciudad. Esta obra, expuesta también en la permanente del Museo de Málaga se incorpora a la visita guiada como complemento de la exposición.
El éxito de ‘la Alegoría de Málaga’ le abrió puertas para incorporarse al cuerpo docente de la entonces Escuela de Bellas Artes de San Telmo como profesor en 1879, de la que era director Bernardo Ferrandiz. A partir de aquí Antonio Muñoz Degrain tuvo una importante presencia en la ciudad, relación reforzada con su matrimonio en 1872 con la malagueña Dolores Sánchez y el nacimiento de su único hijo en la ciudad, entablando un estrecho vínculo emocional y familiar con Málaga.
A su fallecimiento en octubre de 1924, fue enterrado en el histórico Cementerio local de San Miguel, formando hoy su monumento parte de los bienes patrimoniales que tras el desmantelamiento de la necrópolis han sido conservados y protegidos como Bien de Interés Cultural. Un mausoleo, inaugurado en 1934, con un relieve realizado por el escultor malagueño Adrián Risueño inspirado en el bajorrelieve de Miguel Blay, regalado al pintor como muestra de amistad por el autor en torno a 1912 y donado al Museo de Málaga en 1916 (que se expone en esta muestra).
Su reconocimiento nacional le resaltó ante todo como un pintor de paisajes, con un singular estilo en el uso del color y tratamiento de la luz, pincelada simbolista y suelta de tonos atrevidos que le valieron el epíteto de vanguardista.