La nueva exposición temporal del Museo Picasso de Málaga ‘Picasso: los cuadernos de Royan’ muestra reunidos por primera vez los ocho cuadernos de dibujo que el artista malagueño realizó durante su estancia en esta ciudad francesa de la costa atlántica, entre septiembre de 1939 y agosto de 1940. Los cuadernos se exhiben contextualizándolos junto a otros dibujos, gouaches, pinturas, una paleta del pintor y poemas ejecutado por el malagueño en este periodo, así como junto a un grupo de obras de su compañera, la artista y fotógrafa Dora Maar.
Esta exposición recoge “al Picasso más íntimo y menos conocido, un Picasso que optó por refugiarse en la localidad costera de Royan durante diez meses, al conocer la noticia que conmocionó al mundo: la invasión de Polonia por las tropas de Hitler y la posterior declaración de Guerra de Francia y Reino Unido contra la Alemania nazi”, ha señalado la consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, durante la inauguración de la muestra que podrá verse hasta finales de abril de 2025.
“Picasso abandonó París, pero no su creatividad, de tal modo que estos meses fueron una de sus etapas más prolíficas”, ha indicado del Pozo, quien ha resaltado, asimismo, que la muestra trae a Málaga obras fundamentales del artista, como el óleo de grandes dimensiones ‘Mujer peinándose’, prestado por el Museo de Modern Art de Nueva York, o el último óleo pintado por Picasso en la localidad atlántica ‘Café en Royan’, cedido por el Museo Picasso de París.
Organizada por el Museo Picasso Málaga en colaboración con la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso y la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, la muestra está comisariada por dos especialistas en la obra de Picasso, Marilyn McCully y Michael Raeburn. Junto a ellos, en la inauguración también han intervenido Bernard Ruiz-Picasso, presidente del Consejo Ejecutivo del Museo Picasso de Málaga y copresidente de la Fundación Almine y Bernard Ruiz- Picasso y Miguel López Remiro, director artístico del Museo Picasso Málaga.
En Royan
Picasso realizó ocho cuadernos de dibujos a lápiz y tinta mientras residía en la localidad francesa de Royan, donde se trasladó con Dora Maar y acompañado por Jaime Sabartés, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Marie-Thérèse Walter y Maya, la hija que había tenido con Picasso, ya estaban instaladas en la localidad desde hacía un par de meses. Lejos de la capital francesa, esta villa-balneario parecía ser un lugar seguro.
Durante estos meses, inquieto por la guerra, el artista realizó en varias ocasiones el trayecto de los 500 kilómetros que distan entre Royan y París para comprobar, como extranjero que era, que sus documentos estaban en regla, así como para controlar la seguridad y el almacenamiento de sus obras, e incluso para asistir a los preparativos de una exposición de sus dibujos.
Posiblemente debido a esa dificultad de encontrar materiales artísticos en Royan, Picasso compró en la librería local Hachette varios cuadernos de dibujo y cuadernos de notas de papel normal, ya fuese rayado o cuadriculado. Estos pequeños cuadernos le permitían llevarlos consigo a su habitación de hotel, a la villa o incluso a la mesa de un café al aire libre.
Otro factor que pudo influir en la preferencia por el dibujo que muestra en esta época, según señala la comisaria de esta muestra Marilyn McCully, es el espacio en el que Picasso tuvo que desarrollar su trabajo. Así, si bien inicialmente se instaló en una sala comedor de la Villa Gerbier de Jonc, en la que también se alojaban Marie-Thérèse Walter y Maya, a principios de 1940 alquiló en el edificio Les Voiliers una tercera planta con vistas al mar.
Los temas de los cuadernos de Royan van desde el bodegón, género que abordó en tiempos de guerra con especial dramatismo, hasta estudios formales de figuras femeninas que recuerdan a su compañera de entonces, Dora Maar, fuente de inspiración artística durante su estancia en esa localidad. Destaca la casi ausencia de retratos de Marie-Thérèse Walter y de su hija Maya, a las que veía a diario.
Uno de los cuadernos expuestos en el Museo Picasso de Málaga recoge también escritos poéticos del malagueño, forma de expresión con la que había experimentado por vez primera en 1935.
Aunque no hay certeza del número exacto de los lienzos que Picasso pintó durante su estancia en Royan, cuatro obras presentadas en esta exposición reflejan su actividad pictórica de este periodo: “Busto de mujer con los brazos cruzados detrás de la cabeza”, perteneciente a la Colección del Museo Picasso Málaga; “Tres cabezas de cordero” (1939), prestada por el Centro Nacional de Arte Reina Sofía; y las ya citadas “Mujer peinándose” y “Café en Royan”, ambas de 1940.
El 14 de junio de 1940 París fue ocupada por las tropas alemanas y el 24 de agosto de ese mismo año Picasso regresó definitivamente a la capital gala, recuperando el material que había dejado en Royan unos meses más tarde. En 1945, el edificio de Royan en el que instaló su segundo estudio fue destruido en un bombardeo.
Para la exposición Picasso: los cuadernos de Royan se han programado varias actividades didácticas y se creado un espacio educativo específico. Asimismo, se ha editado un catálogo con textos de ambos comisarios, documentos, postales y fotografías de la época.