El Restaurante de Mangoa abre hoy sus puertas en Vélez Málaga

El inicio de una aventura en el mundo de la restauración siempre es apasionante. Y lo es más en el caso del Restaurante de Mangoa, que hoy abre sus puertas en Vélez-Málaga y lo hace en un reformado mercado de San Francisco que se inaugura con toda su oferta gastronómica, de artesanía y cultural; un espacio que dinamizará este céntrico barrio de la capital axárquica. Para Mangoa, la apuesta es decidida: cocina elegante y de vanguardia, con recetas y productos autóctonos de la tierra.

Para Eduardo Huelin y Antonio Sebastián Pastor, dos de los cuatro socios y propietarios con los que cuenta este restaurante, un reto cargado de ilusión donde las miras son altas “y de hecho en este entorno, muchos vecinos vienen y observan lo que va a ser el nuevo mercado por dentro, y la gente del barrio está muy emocionada, no pensamos que íbamos a tener toda esa expectación”, comenta Huelin.

Publicidad

La fórmula que nos ofrece Mangoa son dos pilares que guían su oferta culinaria “uno de ellos son las recetas tradicionales de la Axarquía y el otro los productos autóctonos. Con ambos elementos elaboramos nuevas recetas, o bien reelaboramos recetas tradicionales o bien hacemos nuevas con productos de la zona y de temporada que tengan influencias de cocinas del mundo. Cocina de mercado y tradicional, reinventada”.

Pastor y Huelin, en el exterior del nuevo restaurante, ubicado en el centro de Vélez Málaga.

Un concepto que marca la base del nacimiento del Catering Mangoa “que era de un libro de recetas de mi bisabuelo del año 1915 y por eso en nuestro logo ponemos desde ese año, porque recuperamos ese concepto de cocina, que era más local y con productos de temporada; lo mejor de cada momento era lo que se ponía en la mesa”.

El paso que ahora da Mangoa, que ofertaba catering y ahora se lanza a la restauración “nos permite ser audaces en la cocina, el catering satisface a paladares muy diversos en un evento, desde el que le gustan los platos sencillos hasta los que le gustan más evolucionados, persigue el equilibrio. El restaurante nos permite ser más arriesgados, apuestas más decididas por cosas que nos gustan”, y de ahí el fichaje de Juan Quintanilla como chef ejecutivo, con varias Estrellas Michelin en su haber “para dar forma a esas ideas que tenemos”. Todo ello complementado con una amplía gama de vinos “que apuesta por lo local, por Málaga, con una carta de vinos secos, tintos, blancos, dulces, espumosos”, nos señala Pastor.

Para empezar a abrir boca, nos desvelan algunos de esos platos que nos harán las delicias y que cautivarán a nuestros sentidos, como el gazpachuelo tradicional de mahonesa de aceite de oliva y huevo servido con gyoza de gambas e infusionado con lemon grass, tiraditos peruanos elaborados con jureles del puerto de Caleta de Vélez y mango de la Axarquía, samosas con retinto (ternera con denominación de origen de Andalucía) o albondigas con chivo de Canillas y cuscús; sabores y sencaciones que buscan esos extremos y que se tocan en perfecta armonía.

Con una carta ambiciosa y sencilla que está abierta a todo tipo de cliente y una excelente relación calidad/precio la idea de ubicarse en pleno centro de Vélez-Málaga se antoja clave. “Un pueblo que está creciendo en materia de turismo tanto en verano como en invierno, y por ello esa apuesta por productos locales, como los vinos, ya que incluso contaremos con un ‘cheese bar’, con tablas de quesos andaluces y malagueños; un concepto destinado tanto al público local que sabe lo que producimos, como el extranjero que lo busca”.

Una forma de enganchar a ese tipo de turismo, como apunta Huelin, “que es el que se hace en California, en la zona de Napa, o en La Toscana de Italia, y que ahora los productores de mango y aguacate se han dado cuenta y van a explotar: el turismo agrícola. Se trata del visitante que quiere ver las plantaciones, ver de donde salen los productos y como se elaboran, que demanda esa oferta gastronómica”.

Suma además su implantación en el edificio del barrio de San Francisco, que albergaba el mercado tradicional de la ciudad y que ahora se convierte en escaparate de la oferta de restauración y cultural de la zona, con actividades para catas y cursos de cocina “que en breve nos servirá para hacer un programa de demostraciones, en un concepto de hostelería que no abunda,  que únicamente está en las grandes ciudades”, resalta Pastor

Publicidad