Estepona, Casares y Manilva: la trilogía más occidental de la Costa del Sol

Lujosos puertos deportivos, espacios protegidos y, por supuesto, playas de gran calidad son algunos de los pilares básicos de la oferta de la Costa del Sol más occidental, la que aguarda entre Estepona, Casares y Manilva. Por esas características y otras, como su gastronomía o el tipismo de sus cascos antiguos, es un destinó idóneo para disfrutar cuando llega el verano.

Conocida por la calidad de sus playas y su clima benigno, la ciudad de Estepona alberga en su seno mucho más que un excelso litoral. Respaldada por la colorida Sierra Bermeja, esta villa atesora un importante legado histórico y arqueológico, como se puede ver en sus espacios temáticos sobre la Prehistoria. 

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El atractivo de su litoral, que incluye tanto las cuidadas playas como su paseo marítimo o el puerto deportivo, no puede eclipsar el importante bagaje arquitectónico con la que cuenta la villa tanto en su casco histórico como en su entorno.  

Su casco antiguo se ha puesto en valor en los últimos años gracias al proyecto hoy hecho realidad de ‘Jardín de la Costa del Sol’, gracias al cual se le ha dado color a su centro histórico con coloridas macetas y ornamentaciones tradicionales. A ello hay que unir la original Ruta de los Murales, una excusa más para pasear por sus calles.

Entre sus monumentos más notables están la Torre del Reloj, la iglesia de los Remedios, el castillo de San Luis o el antiguo Mercado de Abastos. 

Entre sus espacios temáticos de cultura y de ocio se encuentran, el Centro Dolménico de Corominas, el Museo Arqueológico, el Orquidario y Selwo Aventura.

A todo ello Estepona suma el valor ecológico que le proporciona la mencionada sierra Bermeja, que en su cúspide está protegida como paraje natural, gracias a una botánica llena de endemismos, entre los que sobresalen los apreciados pinsapos.

En sus más de veinte kilómetros de litoral, Estepona cuenta con más de una decena de amplias y cuidadas playas, como son las de Casasola, Saladillo, Velerín, la Rada o Bahía Dorada. Entre otros. Además de todas esas calas, en la costa esteponera sobresalen también otros atractivos turísticos, como son su paseo marítimo, el puerto deportivo y más de media docena de torres vigías.

Casares y Manilva 

Muy pocos municipios pueden disfrutar de los encantos paisajísticos que proporcionan elementos naturales como la montaña o el mar. En la provincia de Málaga, Casares es uno de estos privilegiados, ya que se localiza en las estribaciones de las sierras Bermeja y Crestellina, al sudeste del Valle del Genal, pero al mismo tiempo su territorio está bañado por el Mediterráneo. Esta peculiaridad convierte al pueblo en una de los mejores lugares para visitar en Andalucía.

Pero Casares cuenta también con otros atractivos, como el cultural. Así, el principal enclave del casco urbano es el conjunto que forman el castillo y su antigua parroquia de la Encarnación, así como la casa natal de Blas Infante, el padre de la patria andaluza. 

Conocido como el ‘pueblo colgante’ por la singular distribución de sus casas, Casares es ya de por sí un verdadero reclamo para quienes buscan el tipismo andaluz en los destinos rurales. Sin embargo, esta localidad, situada en el extremo occidental de la provincia de Málaga, ofrece mucho más: Espacios protegidos como el paraje natural de Sierra Crestellina, vestigios romanos como Lacipo, un castillo medieval o el legado de Blas Infante son sólo algunos de sus atractivos más conocidos. Entre ellos no deben faltar tampoco los Baños de la Hedionda, la Torre de la Sal o los quesos artesanales de Sierra Crestellina.

Por su parte, Manilva ha sabido sobrevivir al desarrollo urbanístico y turístico de la Costa del Sol, a pesar de que es el municipio más occidental del litoral malagueño. La localidad no ha perdido sus señas de identidad, gracias al arraigo de tradiciones como el cultivo de la vid. El pueblo está situado a dos kilómetros de la costa en una colina rodeada por extensas fincas de viñedos de uva moscatel. 

Su principal casco urbano se encuentra en una segunda línea de playa, en torno a la iglesia de Santa Ana. 

Ya en el litoral, se puede ver otro de los edificios históricos de la localidad, el Castillo de la Duquesa.Es una fortaleza muy bien conservada que se levantó durante el siglo XVIII para defender la zona de la piratería. Con esa larga vida, este recinto amurallado es uno de los principales atractivos culturales de la Costa del Sol Occidental. El bastión se encuentra situada junto a la playa que lleva el mismo nombre y muy próximo al Puerto de la Duquesa, otro de los atractivos del litoral de Manilva. 

Y, por supuesto, las playas también forman parte de la oferta turística de esta localidad. Así en la costa se pueden visitar cuidadas calas, entre las que destaca muy especialmente la de Chullera, con un gran valor ecológico y con vistas al Peñón de Gibraltar. 

CÓMO LLEGAR: A través de la N-340, la A-7 y la AP-7 se puede llegar directa (o indirectamente en el caso de Casares Pueblo) a esta franja occidental de la provincia de Málaga.

DÓNDE COMER: Entre Estepona y la barriada manilveña de La Duquesa, hay numerosos chiringiutos en primera línea de playa donde se pueden consumir en estos días, los típicos espetos de sardinas o el ‘pescaíto’ frito. El repertorio suele ser mucho más amplio e incluye pescados de gran tamaño, mariscos y moluscos. En el interior, sobre todo en Casares Pueblo, hay una cocina más serrana, con chivo lechal payoyo en algunos casos.

DÓNDE HOSPEDARSE: Además de lujosos hoteles, como los que se pueden encontrar sobre todo en Estepona, son especialmente recomendables otras opciones más económicas, como el camping que hay esa localidad (Parque Tropical) y el de Manilva (La Bella Vista). 

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