Fundada
por el navegante, explorador y caballero portugués João Gonçalves Zarco
en en la primera mitad del siglo XV, Funchal debe su nombre
precisamente a su localización, una bahía iluminada por el sol donde
crecía el hinojo (funcho en portugués). Con los años, la población fue
aumentando gracias al comercio internacional que atraía la atención de
toda Europa. Así, hoy en día Funchal es una ciudad moderna que cuenta
con alrededor de 112.000 habitantes. Como curiosidad, se trata de una de
las ciudades más seguras y limpias de Europa.
La capital de Madeira es el mayor centro urbano de la isla. Sus
dimensiones ocupan toda la visión panorámica, desde el puerto hasta las
montañas. Es una ciudad actual, pero que sigue conservando su identidad,
tradición y la cultura, además de las costumbres de sus casi seis
siglos de historia.
Funchal se descubre caminando. La avenida Arriaga es una de las zonas más dinámicas de la ciudad y ofrece acceso directo al jardín Municipal, al Teatro Municipal, a La Catedral, la Sé,
construida entre 1495 y 1521 en plena expansión hacia la India,
presenta una mezcla de estilos -flamenco, hispano-gótico y manuelino-, a
las Bodegas de San Francisco-Madeira Wine Lodges, además de a
cafeterías y terrazas.
Pero sin duda, uno de los barrios más especiales de Funchal es, sin duda, la Zona Vieja, en la que disfrutar del proyecto Arte de Puertas Abiertas,
que ha transformado la calle Santa María, entre otras, en una galería
de arte gracias a los artistas locales. En esta calle hay una gran
variedad de restaurantes que ofrecen comida típica de Madeira, como el
pez espada con plátano frito, pan de mantequilla de ajo, el bollo de
miel o la espetada de carne a la barbacoa, etc. Además, muchos de estos
establecimientos cuentan con música en directo.
Y para seguir abriendo boca, después de una más que recomendado Food and Wine Tour, en el que probar las bondades de la mesa madeirense, una visita imprescindible es el Mercado dos Lavradores,
un paraíso de sabor y también de color en el que encontrar productos
locales e internacionales como frutas tropicales, carne, pescado o
verduras, así como flores y plantas exóticas, que permiten al visitante
un acercamiento a la diversa y plural flora de la isla, entre las que
destacan las aves del paraíso, las orquídeas o las protas.
Nada mejor que el vino, todo un símbolo de identidad para la isla, para
maridar estas exquisiteces. Así, el visitante podrá conocer las Bodegas Blandy,
donde tendrá la oportunidad de conocer la historia y proceso de
elaboración tradicional de los vinos más prestigiosos de la isla.
Además, durante finales de agosto y principios de setiembre, se celebra
el Wine Festival,
una celebración dedicada especialmente a rendir homenaje a las
variedades de la uva de la isla y también a sus tradiciones más
antiguas.
También en el casco antiguo, el visitante no ha de perder la oportunidad de viajar en el teleférico que conecta Funchal a Monte.
Aquí podrá conocer jardines exuberantes y la emblemática iglesia de la
Virgen del Monte, donde se encuentra el túmulo de Carlos de
Habsburgo-Lorena, el último emperador de Austria, que vivió aquí.
Es imprescindible apreciar las vistas panorámicas del mar desde el Jardín Tropical Monte Palace,
un antiguo hotel del siglo XVIII restaurado y convertido en un jardín
de un total de siete hectáreas. En este espacio vegetal se pueden
apreciar cisnes y pavos reales entre flores y plantas tropicales de
diferentes lugares del mundo junto a templos, esculturas, lagos y
cerámicas que narran la historia entre portugueses y nipones. También
hay antiguos azulejos de Portugal y un museo de minerales y piedras
preciosas entre otras cosas.
Qué mejor forma que regresar bajando por las empinadas calles de la ciudad en un carro decesto de mimbre llevado por los Carreiros do Monte; hombres que antiguamente transportaban la comida a través de este mecanismo.
Ya en Funchal, en la avenida do Mar, el visitante podrá descubrir el antiguo muelle de la ciudad, la Praça CR7 -con la estatua y el museo del famosos futbolista madeirense Cristiano Ronaldo-, el puerto deportivo y la Pontinha (Muelle de Funchal), donde disfrutar del arte en Design Center dedicado a la creadora Nini Andrade Silva.
Funchal, una ciudad que aúna tradición, cultura y gastronomía
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