Islas europeas de ensueño para escaparte el próximo verano

Cuando pensamos en vacaciones de verano, muchas veces imaginamos playas paradisíacas del Caribe o el sudeste asiático. Pero Europa, sin ir más lejos, guarda entre sus costas verdaderos tesoros insulares que combinan historia, cultura, gastronomía y paisajes de película. Desde el Atlántico hasta el mar Egeo, estas islas ofrecen experiencias únicas para quienes buscan algo más que sol y arena. A continuación, un recorrido por algunas de las islas europeas más encantadoras para disfrutar el próximo verano.

Hvar, Croacia: sol, lavanda y vida nocturna

La isla de Hvar, en el Adriático croata, ha pasado de ser un secreto bien guardado a convertirse en uno de los destinos más codiciados de Europa. Su capital, Hvar ciudad, vibra con un ambiente cosmopolita: yates de lujo, terrazas con DJs al atardecer y restaurantes donde el marisco fresco es rey. Pero más allá del glamour, Hvar es también una isla de viñedos, campos de lavanda en flor y calas escondidas de aguas turquesa. Ideal para quienes buscan combinar descanso, naturaleza y algo de fiesta.

São Miguel, Azores: el edén atlántico

Parte del archipiélago portugués de las Azores, São Miguel es una isla que parece esculpida por dioses caprichosos. Aquí se puede nadar en lagos dentro de antiguos cráteres, relajarse en termas naturales al aire libre y contemplar el verde más verde que uno pueda imaginar. No faltan pueblos encantadores como Furnas o Ribeira Grande, donde aún se cocinan guisos bajo tierra aprovechando el calor geotérmico. São Miguel es perfecta para aventureros, amantes de la naturaleza y viajeros en busca de tranquilidad con alma volcánica.

Formentera, España: minimalismo mediterráneo

A solo media hora en ferry desde Ibiza, Formentera es la hermana tranquila y bohemia del archipiélago balear. Sus playas de arena blanca y aguas que parecen sacadas del Caribe —como Ses Illetes o Cala Saona— han enamorado a generaciones de viajeros. Aquí se respira un ambiente relajado, sin grandes edificaciones ni turismo masivo. Moverse en bicicleta, comer pescado fresco en chiringuitos junto al mar y ver la puesta de sol desde el faro de Cap de Barbaria son algunos de sus lujos simples, pero inolvidables.

Gozo, Malta: historia milenaria en un rincón azul

A pocos kilómetros de la isla principal de Malta, Gozo es una joya para quienes buscan combinar historia con paisajes de ensueño. Su ciudadela medieval en Victoria, sus templos megalíticos de Ggantija (más antiguos que las pirámides de Egipto) y su costa recortada con acantilados y cuevas hacen de esta isla un lugar lleno de contrastes. Menos urbanizada y más rural que Malta, Gozo permite descubrir una versión más auténtica y pausada del Mediterráneo.

Skye, Escocia: la isla de las hadas

Para quienes huyen del calor y buscan una belleza más salvaje, la isla de Skye, en la costa oeste de Escocia, ofrece un espectáculo natural inolvidable. Montañas escarpadas, valles brumosos, cascadas escondidas y formaciones rocosas como el Old Man of Storr hacen que cada excursión parezca sacada de un cuento celta. Además, su ambiente místico y su conexión con leyendas locales le han valido el apodo de «la isla de las hadas». Ideal para senderistas, fotógrafos y almas poéticas.

Un verano con alma isleña

Estas islas europeas demuestran que no hace falta cruzar medio mundo para encontrar lugares que enamoran. Cada una, con su carácter propio, ofrece una experiencia distinta: desde el hedonismo mediterráneo hasta la introspección celta, pasando por la exuberancia volcánica del Atlántico. Viajar a una isla es siempre una promesa de desconexión, de aventura y de descubrimiento. Este verano, quizás la mejor brújula sea aquella que nos guíe hacia uno de estos pequeños paraísos flotantes.

Publicidad