Con la primavera llega la estación más florida de todas. Aunque en la provincia de Málaga se puede disfrutar en invierno del colorido de los almendros, la realidad es que es entre marzo y junio cuando más se puede disfrutar de este fenómeno natural.
Para ver las flores en su mejor momento en la provincia de Málaga hay muchas opciones. Entre las más recomendables, la de irse directamente al campo a hacer rutas de senderismo. Hay muchas praderas que disfrutar, algunas incluso con amapolas, a lo largo y ancho del territorio.
Pero si lo que se quiere es disfrutar de árboles en flor, también hay algunas opciones interesantes. Entre ellas, las de los cerezos, que en el mes de abril llenan de color el entorno de Alfarnate, el pueblo malagueño que mayor producción tiene de este frutal. Entre los itinerarios más recomendados, está la ruta de Las Pilas, que es circular y parte del propio casco urbano, aunque también se pueden hacer otros complementarios, como el bonito sendero que aguarda en el conocido como Bosque de las Morillas.
Tampoco hay que olvidar que hay pueblos del interior, con cierta elevación sobre el nivel del mar, donde también hay cerezos. Genalguacil o Yunquera pueden ser dos buenos ejemplos. Pero, más allá de estos frutales y del propio campo, no se puede obviar el colorido que en esta estación del año ofrecen muchos pueblos del interior en la provincia de Málaga. Manteniendo la tradición, hay muchos vecinos que adornan el entorno de sus casas con coloridas macetas que en estos días ofrecen su mejor cara con flores muy variadas.
Así, habría que hacer una obligada inmersión por la Axarquía. Allí, el más conocido en este sentido es el pueblo de Frigiliana, que en su ‘Barribarto’ o Barrio Alto ofrece un trepidante -y empinado- recorrido cromático no sólo gracias a las flores sino también a puertas y ventanas, que suelen lucir colores muy vistosos que contrastan con el blanco de la cal.
Pero, además de Frigiliana, habría que pasear por otros pueblos de esta misma comarca, como Canillas de Albaida, Cómpeta, Canillas de Aceituno, Torrox Pueblo, Sayalonga, Alfarmate. Algarrobo Pueblo, Benagalbón o Alcaucín, por poner sólo algunos ejemplos.
En la Costa del Sol Occidental y la cara sur de la Sierra de las Nieves, hay también muy buenas opciones para hacer paseos por cascos antiguos entre flores. En una segunda línea de playa, en muchos casos complementados con vistas al Mediterráneo, entre los más pintorescos están Mijas Pueblo, Ojén, Benalmádena Pueblo, Casares, Benahavís o Istán. Tampoco hay que olvidar que a un paso del mar aguarda un bonito recorrido por los cascos antiguos de Marbella y Estepona. No en vano, este último ha sido rebautizado en los últimos años como el ‘Jardín de la Costa del Sol’.
Otra de las comarcas donde no hay que perderse estos recorridos urbanos primaverales es la Serranía de Ronda. Y, dentro de ésta, hay que irse sobre todo hacia el Valle del Genal, donde hay propuestas llenas de color y de naturaleza, gracias al entorno de sus pueblos. Benarrabá, Algatocín, Benalauría, Jubrique Benadalid o Gaucín son algunas de las opciones. A ellas hay que unir la que, sin duda, es la más original, Genalguacil. Este pueblo suma al encanto de la flores la originalidad de ser un verdadero museo al aire libre con decenas de obras de arte expuestas en los lugares más inverosímiles.