50 años de investigación en el campo de la hortofruticultura y de innovación en alimentos que son ya frecuentes tanto en nuestras mesas como en la despensa de (toda) Europa. El Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Meditaránea ‘La Mayora’ afronta el futuro más inmediato ‘cocinando’ en sus terrenos y laboratorios mejores mangos, aguacates, chirimoyas… y ese añorado “tomate con sabor a tomate”.
¿Quién no ha comentado alguna vez entre amigos, y delante de una gran ensalada, lo que desearía poder degustar esos tomates “con sabor a tomate” que le recuerdan a su infancia? Seguramente una gran mayoría de los lectores de AGRO estará asintiendo con la cabeza y desearía poder rescatar de ese baúl de recuerdos gustativos la sensación… Pues bien, ese anhelo está en proceso de convertirse en realidad gracias al Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (IHSM) que desde hace medio siglo investiga para mejorar las propiedades, los sabores, aromas y colores de frutas y hortalizas que son fundamentales en nuestra alimentación. 50 años de innovación en agricultura que demuestran, como nos ha explicado su director, Enrique Moriones, “la importancia de estudiar en este sector tan tradicional como competitivo para poner en el mercado productos de mucha más calidad, alimentos con un valor añadido que destaquen del resto”.
De departamentos como el de mejora genética y biotecnología, fruticultura subtropical y protección vegetal y del trabajo de campo realizado en las alrededor de 50 hectáreas de terreno con los que cuenta el IHSM han salido variedades tan preciadas en España y en el extranjero como los fresones de Huelva, las chirimoyas –“mi favorita”, confiesa Moriones– o los aguacates y mangos que consume (prácticamente) toda Europa. Algarrobo, en el corazón de la Axarquía, cede las magníficas cualidades de sus tierras y un excelente clima mediterráneo para esta suerte de invernadero natural. Estos son los ingredientes clave para que desde aquí se hayan podido estudiar –y mejorar– “más de 350 variedades de chirimoyos, 80 de aguacates y 50 de mango. En el caso del primero, es la colección más completa a nivel mundial”, apunta Iñaki Hornaza, de la sección de Fruticultura Subtropical de La Mayora.
Vocación investigadora
Iñaki forma parte del grupo que encabeza Enrique, todos con dos denominadores comunes: la vocación investigadora para una mejora constante y la pasión por la actividad agroalimentaria. En total 70 personas forman la plantilla de este instituto que, pese a lo que pueda parecer por los muchos logros que están alcanzando, necesita de un mayor apoyo materializado en inversión por parte de las Administraciones. “Para avanzar y poder competir en un mercado global hay que generar innovación en el producto y esto solo es posible con la investigación. Nichos de mercado más exigentes buscan un plus que mejore lo ya existente”, señala el director del IHSM.
Sin prisa pero sin pausa, sacando todo el jugo a los recursos (“insuficientes”) con los que cuentan, siguen indagando día tras día por un sector hortofrutícola malagueño –por ende, andaluz y español– muy cualificado. Entre las líneas de investigación actuales destacan esa búsqueda constante por “obtener productos agrícolas con alto valor añadido, optimizando tanto la calidad visual como la organoléptica (color, sabor, aportes nutricionales)”. Otro de los frentes que tienen abiertos es el relacionado con el cambio climático y “cómo este repercute en la vida del hombre y de las plantas, por las marcadas consecuencias que puede tener en la agricultura”. Y, en el horizonte, recoger la cosecha de todo este trabajo que están plantando, cultivando con mimo, y que no es otro que convertirse en “referencia mundial en los estudios en hortofruticultura subtropical y mediterránea. Y creemos que podemos hacerlo”, sentencia Moriones. Y en AGRO también.