La propuesta gastronómica más sostenible de Marbella está en El Lago

El restaurante El Lago de Marbella, reconocido con una estrella Michelin y con Fernando Villasclaras al frente de su cocina, es una de las piezas fundamentales del desarrollo de la alta gastronomía en Málaga en los últimos veinte años y, consecuentemente, del resto de Andalucía. Ubicado en Greenlife Golf, en el corazón de Elviria Hills, El Lago ofrece una experiencia culinaria auténtica, íntima y de temporada, en el que el principal objetivo es establecer un estrecho vínculo con un gran equipo formado por productores de su entorno.

La historia de El Lago comienza en 2000, cuando la familia Filippa decide crear en este idílico espacio el restaurante del Club House de Greenlife Golf, un lugar que con el paso del tiempo se ha convertido en actual referente de la alta cocina andaluza y malagueña,  que ha sido capaz de mantener durante más de 17 años la estrella Michelin otorgada en 2005.

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Unos de los pilares de la cuidada oferta gastronómica de El Lago es la búsqueda la sostenibilidad y de los mejores productos de la tierra, a los que aplicando las técnicas de elaboración más adecuada los convierten en deliciosos bocados con texturas y sabores muy diferentes consiguiendo con ellos transmitir lo mejor de sus raíces. Así, el menú Sazón que ofrece El Lago se basa en la creatividad del equipo de cocina con el KM0 como inspiración. 

De hecho, el nombre de este menú y las dos acepciones de la propia palabra son una clara declaración de intenciones: punto de madurez o de perfección al que llega una cosa en su desarrollo o evolución; y estado adecuado de la tierra para plantar y cultivar.

El restaurante cuenta con dos menús degustación, una versión corta y una larga, con la que ofrece en 11 o 15 bocados la esencia del restaurante a través de este menú de temporada. Platos que permiten reconocer una materia prima de alta calidad, productos de cercanía y sostenibles con el toque justo de creatividad. Además, el menú está compuesto principalmente de verduras y resulta ligero y fresco para disfrutar en horario de cena.  

Este menú comienza con un consomé vegetal sostenible que el chef elabora con las verduras menos vistosas o piezas sobrantes que surgen de la elaboración de otros platos del restaurante. Además, este consomé se termina en mesa con un toque de Palo Cortado, una forma perfecta de abrir boca y poner en antecedentes al comensal de los platos que va a disfrutar.

Tras el caldo ofrecen la no mantequilla de aceituna aloreña con su mollete de AOVE al vapor, un guiño al terreno que sorprende por su puro sabor a aceituna y su textura untuosa y estable. Por otro lado, entre los platos más icónicos del restaurante Villasclaras destaca la Porra de remolacha y fresas, su tartar a la mostaza verde, un plato vistoso y rico en sabor, aunque ligero o el Salmonete con emulsión de sus higaditos y majao andaluz.

Sus postres son también muy especiales, y es que no resultan pesados ni difíciles de digerir, así Fernando ofrece Chirivía asada con sorbete de laurel, pera 

y nueces pecanas o La Axarquía: boniatos con miel de caña, lichi y canela dos bocados semidulces y ligeros perfectos para acabar esta cena degustación. 

Este menú sería imposible sin los proveedores de confianza con los que trabajan. La Familia Hevilla, son los encargados de llevarles las mejores verduras, Cárnicas Franisa se encargan de hacerles llegar la Retinta en Cádiz y el pescado de la zona de Morales y Godoy.

Por el día el restaurante El Lago se transforma en Midi, una propuesta gastronómica que surgió en 2020 para ofrecer al público local una opción más casual sin perder la esencia del restaurante. Así, Midi traslada al cliente, al igual que Lago, una actitud consciente a través de su propuesta informal y creativa dentro del mismo espacio. 

Su cocina también se basa en la estrecha relación con el producto local y de temporada, trabaja como base sus raíces culinarias que se junto a la creatividad del chef Fernando Villasclaras que propone elaboraciones que desprenden autenticidad, calidad y creatividad. 

Su carta se compone de snack, tapas, platos a compartir y versiones de clásicos del restaurante del campo del golf perfectamente ejecutado. El equipo de sala por su parte acoge a los clientes con profesionalidad, al mismo tiempo que se encarga de dar a conocer la especificidades e historia detrás de cada plato, haciéndoles partícipes de la experiencia.

Sobre Fernando Villasclaras

Nacido en Nerja (Málaga), Fernando Villasclaras creció entre los aromas de los sabrosos guisos de sus abuelas, desarrollando una pasión por la cocina que luego amplió estudiando en la Escuela de Hostelería de Benahavís. 

“Nunca pensé que iba a acabar siendo cocinero, pero siempre tuve unas abuelas que eran grandes cocineras. Mi abuela por parte de padre, malagueña, me influyó con su recetario popular de aquí, de marengo y de guisos, sopas o frituras. Por parte de mi madre, que era catalana, en concreto, de Barcelona, me influyó con un recetario catalán, de canelons, mar y montaña o incluso con una cocina más clásica y fina. Al final, en mi memoria cultural gastronómica está presente lo que me ha transmitido mi familia en cuanto al disfrute de la buena mesa.”, explica el chef.

Su carrera profesional se ha forjado en restaurantes dirigidos por chefs donde el ingrediente natural es la base fundamental de la cocina. Trabajó en Sollum en Nerja, con Juan Quintanilla como su primer mentor y con Aitor Perurena. Su mirada y su enfoque se ampliaron y reforzaron al trabajar en Mugaritz, tras lo cual regresó, de nuevo, a la Costa del Sol para seguir desarrollando su trayectoria. 

Su actitud, curiosidad y conocimiento se traslada en cada una de sus creaciones. Además de los chefs con los que ha trabajado Fernando Villasclaras, también tiene como grandes referentes a Benito Gómez de Bardal, Jordi Vilá en Alkimia y, por supuesto, sus abuelas.

Fernando Villasclaras revela el ADN de El Lago: la autenticidad y el sabor de nuestro territorio y sus ingredientes naturales.

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