La vuelta a la provincia de Málaga en cinco vinos

Muy pocas denominaciones pueden presumir de tal crisol de climas y paisajes heterogéneos. Una riqueza impagable que vierte dicha sabiduría sobre unos vinos de hondura internacional. ¿Por qué los vinos de Málaga son tan diferentes y peculiares?. Queremos saber más. Queremos conocer las distintas zonas que componen las denominaciones de origen Málaga y Sierras de Málaga. Dos realidades que comparten muchas similitudes pero también notables diferencias. Para iniciar esta fascinante exploración buscamos como compañero de viaje a Jesús María Claros, sumiller y experto vitivinícola. Recientemente, nuestro asesor de Agro Periódico Magazine recibía el Premio Puerta Nueva que distingue a personas y establecimientos que realizan una labor en pro del sector vitivinícola de la provincia.

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Arrancamos nuestro periplo en la Axarquía. Es una de las zonas más ligadas a la tradición; a la forma de hacer los vinos, prácticamente, extinta donde apenas interviene maquinaria. Y en la que el propio hombre, ayudado tan solo de animales de carga, asume todas las tareas. Una visión de la viticultura que responde necesariamente a una naturaleza feraz y accidentada.  “Hablamos casi de una vendimia heroica”, asegura nuestro experto. “La Axarquía es una comarca flanqueada por las sierras de Almijara y Tejada, de suelos poco profundos, pizarrosos y clima mediterráneo”. Las uvas más representativas son la Moscatel de Alejandría y, en menor medida, la Romé. Aunque, en teoría, deberíamos mostrar un dulce tradicional, hemos preferido escoger algunos de los nuevos productos que se elaboran en la zona. La cooperativa Ucopaxa comercializa el Vermut Monte Faco a partir de uva Moscatel y de una selección de sus mejores vinos dulces a los que se añaden esencias de plantas aromáticas.

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Casi limítrofe a la Axarquía, nos topamos con la zona de Montes, que incluye los Montes de Málaga y buena parte del Valle del Guadalhorce. Posee una orografía muy complicada y, amplias pendientes. “El suelo es pizarroso y poco erosionado. Por otro lado, disfruta de más lluvias que el resto de zonas y las uvas emblemáticas son la Pedro Ximén y la Moscatel”, describe Claros. Hay mucho donde elegir y de tanta calidad que… surgen las primeras dudas. Como quiera que, nos inclinamos por Quitapenas, una de las históricas de la denominación y por su Moscatel Dorado.  Se trata de un vino de licor, pálido elaborado con moscatel asoleada. Todo un regalo para la vista y el paladar.

Manilva

Seguimos la línea de costa hasta alcanzar la margen más occidental de la Costa del Sol. Allí, se encuentra la siguiente subzona con Manilva como epicentro, bien secundada por Casares y Manilva. En este territorio, “de colinas suaves, se configura un viñedo singular que bebe del Atlántico y el Mediterráneo”, recuerda. Posee suelos albarizos de tonalidades blancas y grisáceas, más propios de Jerez y Sanlúcar. La reina indiscutible es la Moscatel. Nuestro voto es para Nilva, un blanco seco de Moscatel y producción muy limitada. Sus responsables han pasado de los dulces tradicionales a blancos marinos mejor más adaptados al consumidor joven.

Desde allí, tomamos la carretera que une Marbella con Ronda. Hay que subir mucho hasta culminar en la villa con más duende de la provincia. Es la más juvenil y traviesa de las zonas. Algunos califican a esta parte como una ‘pequeña Francia’. A finales del pasado siglo, aterrizaron toda una suerte de enólogos para ensayar y elaborar vinos personalísimos. De estos experimentos surgió una variedad de uvas que no tiene comparación con ninguna otra denominación: Chardonnay, Macabeo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Syrah, Cabernet Franc, Tempranillo, Garnacha, Romé, Tintilla de Rota… ¡y no hemos acabado!. Los viñedos se encuentran a gran altura, entre 750 y 800 metros. “El clima es muy frío en invierno con algunas heladas y muy cálido en verano. La amplitud térmica es tan aguda que resulta ideal para las uvas tintas”. Para ser justos, vamos a escoger un rosado tan único que se elabora en contadas ocasiones. Y esta añada 2018 es una de ellas. Perezoso Rosado está elaborado por Bodegas Gonzalo Beltrán, utiliza uva Syrah. Solo producen 650 botellas que exprimen al máximo su exigua hectárea.

El Norte de Málaga guarda algunas semejanzas. Por ejemplo, “la amplitud térmica entre invierno y verano”. Sin embargo, presenta un carácter continental y unos suelos calizos algo pobres.  Destacan la Vega de Antequera, Mollina, Fuente de Piedra y Alameda. Nos decantamos por Capuchina Vieja Tinto Crianza de la bodega homónima. Esta elaborado con un coupage de Syrah y Cabernet Franc.

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