La cantante malagueña María del Mar Rodríguez, Lamari, pregonera de la Feria, ha ensalzado a Málaga, «bonita, duende del sur de Andalucía», y ha revivido sus recuerdos y los olores, como las biznagas o los espetos, de la Feria: «Tengo la suerte de conocer otros lugares y sus fiestas, pero como nuestra Feria ninguna».
Al filo de la medianoche, la cantante, visiblemente emocionada, y ante miles de personas que esperaban en la playa de La Malagueta, ha tenido unas primeras palabras para agradecer «pregonar» a Málaga, asegurando que cuando se lo propuso el alcalde, Francisco de la Torre, «dije sí del tirón», aunque luego, ha reconocido, pensó «¿Dónde vas Mari? Si tú no sabes contar algo sin enrollarte, qué atrevida».
Eso sí, ha asegurado que «también pensé que debía ser valiente y hacer de esta noche una noche inolvidable, única, sobre todo para mí». Tras recordar a anteriores pregoneros, como Diana Navarro, Manolo Sarriá, Estrella Morente, Chiquito de la Calzada o Dani Rovira, ha dicho estar feliz por «poder estar aquí ahora mismo».
Así, ha dado «las gracias infinitas» a sus padres, «dos pilares y dos maestros», «por traerme al mundo y enseñarme tantos valores humanos», esa gran tarea «de ser unos buenos padres que me han criado libre y salvaje en mi esencia, permitiéndome ser yo en todas mis edades, ayudándome día y noche, codo con codo en los mejores y peores momentos de mi vida» y también «me enseñaron todas nuestras buenas tradiciones de la Feria».
Ha relatado sus andanzas por Málaga, sus primeros pasos, sus juegos de la infancia, su colegio, los amores y desamores y cuando «mis hermanos me llevaban a ver las carreras de motos, en donde más tarde comprendí poquito a poco que no vale la pena andar por andar que es mejor caminar para ir creciendo».
También ha explicado que de pequeña a la Feria quería ir vestida de gitana, «pero como no teníamos mucho dinero, mi madre me hacía una falda larga de volantes y lunares y en las mangas del ‘body’ cosía los volantes a juego», y tras peinarse y colocarse los accesorios, se ponía «un lunar negro pintado encima de la boca y dos rabillos alargados en los ojos». «Ya estaba lista la niña para ir a la Feria», ha destacado.
No obstante, ha reconocido que siempre llevaba en el bolso de su madre unos tenis o unas alpargatas de esparto con lazos, «para cuando los pies no me aguantaban más con los tacones». «Desde muy chiquitilla hasta los 15 años más o menos este era el ritual para ir al Real, que hace unos años estaba en Teatinos y corría para montarme en los carricoches, en el látigo, la olla y el pulpo», además de comer algodón rosa o manzanas caramelizadas. Por otro lado, para ir a la Feria del centro «siempre pasábamos por calle Nueva», donde «comprábamos unas almendritas al señor que las pregonaba».
«Mis recuerdos de esos años son únicos. Tengo la suerte de conocer otros lugares y sus fiestas, pero como nuestra Feria, ninguna», ha dicho en su pregón.
OLORES DE FERIA
Ha aludido también al trabajo del biznaguero, «que comienza meses antes del verano y nos deja ese olor inconfundible de nuestra feria». Asimismo, ha dado la enhorabuena a Pablo Ruiz Vergara «por tan precioso cartel».
También ha hecho mención a «otro olor» inolvidable de la Feria de Málaga, el del espeto, homenajeando «a los señores espeteros que bajo un chambao al cobijo del sol pasan muchas horas espetando el pescado». En este punto, ha recordado la visita del rey Alfonso XII a Málaga tras el terremoto de 1884, y como le enseñaron a comer con las manos espetos de sardina en el El Palo. «Hoy tomo prestado este consejo para los turistas de todo el mundo: los espetos de sardinas se comen con los dedos».
Los Baños del Carmen, Pedregalejo, El Palo, El Cabra, Mafalda, los Espigones y el Tintero se han colado en el pregón de Lamari, que, por otro lado, ha tenido especial recuerdo para Tabletom, «el grupo que más he visto en la feria», recordado a ‘Rockberto’ González, del que ha dicho «nadie cantaba con más cariño a Málaga», momento en el que ha arrancado cantando por ‘Málaga’: «yo te doy, yo te doy, yo te doy, tú me das, yo te doy mi calor, tú me das tu humedad; Málaga bonita; Ay quien te pudiera cantar en el Café de Chinitas; Málaga te quiero y nunca te podré olvidar aunque me vaya a Hollywood conmigo siempre estarás».
Asimismo, ha tenido palabras especiales para «otro pilar en mi vida: Emilio Alba», oncólogo y, entre otras muchas más titulaciones, ha explicado, presidente de honor de la asociación AIOM, a la que ella pertenece. «Infinitas gracias tito Emilio por salvarme de un cáncer de mama en 2005», le ha dicho.
«Málaga es sanidad, es cultura, es arte por los cuatro costados», ha defendido, aludiendo a El Chino, La Lupi, Carrete y La Cañeta de Málaga, al gazpachuelo, migas y borrachuelos», al tiempo que ha asegurado que también «Málaga tiene el secreto del sabor de las castañas asadas en los puestecillos de invierno y los mejores tejeringos, tiene las mejores pasas que secan los paseros al sol con mucha paciencia, tiene el tesoro de los vinos dulces y del oro verde virgen extra mojado en un buen pan cateto».
Además, ha continuado, «Málaga es libertad, esfuerzo, es solidaria, es protectora de sus animales y plantas. Málaga es casa, es cobijo, es el duende del sur de Andalucía».
«Viva Málaga. Vivan las malagueñas bonitas y los malagueños guapos. Viva la Feria de Málaga», ha concluido, visiblemente emocionada, Lamari. Tras el pregón, ha tenido lugar el espectáculo piromusical y su concierto, que dan inicio a ocho intensos días de fiesta.