El sector agrario en Andalucía se marca el presente año 2018 condicionado por la disponibilidad de agua. Tras tres años en los que las precipitaciones han estado por debajo de la media y de temperaturas bastante elevadas, se ha generado un aumento de la evaporación que ha perjudicado a numerosos cultivos en el territorio, así como a los pastos para los ganaderos.
Concretamente en la provincia de Málaga esta disponibilidad va a condicionar la viabilidad de los proyectos en marcha para aumentar los cultivos de los subtropicales, uno de sus mayores exponentes, y más concretamente el aguacate y el mango. De hecho, según los datos proporcionados por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta, las exportaciones de aguacate han crecido un 25,6 por ciento durante los diez primeros meses de 2017 con respecto al período anterior en toda la comunidad. Su valor en ventas ha superado los 226 millones de euros en toda Andalucía (198,32 millones de euros en Málaga), y se espera que pueda incrementarse durante esta anualidad.
Otro de los cultivos importantes en Málaga son los cítricos, con una previsión de crecimiento del 22,1 por ciento hasta llegar a las 179.302 toneladas, siendo la primera provincia productora del limón en Andalucía y aglutinando el 58 por ciento del total. Se estima una cosecha de limón similar a 2017, con una subida del 1,8 por ciento, mientras que en naranjas y mandarinas será de un 46,2 por ciento y 26,8 por ciento, respectivamente. Y es que se prevé que la naranja dulce desplace al limón como principal producto cítrico, con 78.547 toneladas para la naranja frente a 74.285 del limón.
En lo que se refiere al olivar, tras un año afectado por la sequía, se estima un aumento de producción en torno al 23,2 por ciento según datos de la Junta, con 296.000 toneladas de aceituna para almazara que generarán 58.000 toneladas de aceite. En aceituna de mesa el crecimiento sería del 13 por ciento, llegando a 55.300 toneladas. A ello se suma que en 2018 se hará entrega del reconocimiento como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) al contexto de la uva pasa moscatel de Málaga y que supondrá un importante respaldo a cerca de 2.000 familias que viven de este producto y que preservará esta tradicional elaboración.
El delegado territorial malagueño de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Javier Salas, ha destacado que, si este año “es aceptable en cuanto a lluvias, esta será muy importante para las previsiones positivas que se tiene en el campo malagueño. Tanto los cítricos como los subtropicales y el aceite se verán beneficiados de un buen 2018”.
En exportaciones, Málaga ha alcanzado los 960,5 millones de euros durante los primeros diez meses de 2017, un incremento del 15 por ciento con respecto al período anterior. Destacan el aceite de oliva rozando los 350 millones de euros con un incremento del 23 por ciento, seguido de frutas frescas y congeladas por 287 millones de euros (un 16,2 por ciento más que en 2016). En cuanto a los vinos de Málaga, dejamos un año muy positivo, ya que se ha generado una venta al exterior por valor de 17,5 millones de euros, un crecimiento del 8,5 por ciento.
“Creemos también que la industria agroalimentaria seguirá exportando hasta lograr unas cifras récord, debido a la gran calidad de los productos y las ayudas que se aportan desde la Consejería de Agricultura y Pesca, que supondrán un importante espaldarazo. Si el tiempo lo permite, será un año excelente para el campo malagueño, que seguirá creciendo y posicionándose como el segundo pilar de la economía malagueña, tras el turismo”, ha resaltado Salas.
Los principales países destino de toda esta producción son Italia, Francia, Estados Unidos, Portugal, Alemania, China, Reino Unido, Países Bajos, Japón y Bélgica. Precisamente el mercado italiano se ha posicionado en primer lugar, con 207 millones de euros, frente a Francia, con 183 millones de euros, que había liderado este ránking desde hace años. Como curiosidad, el país que más ha crecido en la demanda de productos malagueños ha sido la República Checa, con un incremento del 183,7 por ciento, lo que abre grandes expectativas en este país centroeuropeo para nuestra agroindustria.