Por la ciudad de Málaga han pasado, a lo largo de su historia, numerosas civilizaciones que han dejado de una forma u otra su legado. Desde los primeros vestigios de los fenicios hasta el siglo XXI, se sugiere un recorrido por civilizaciones, que incluyen especialmente restos romanos y árabes, pero también las distintas tendencias artísticas que llegaron tras la Edad Media hasta nuestros días, como el renacimiento o el barroco, entre otras.
Un teatro romano, una ciudadela y un castillo árabes o una majestuosa, pero atípica catedral son algunos de los alicientes que aguardan en este recorrido por la ciudad de Málaga. Si bien es conocida por su clima y ser la capital de la Costa del Sol, esta población cosmopolita, que ha vivid durante siglos bajo distintas culturas e influencias, atesora en su casco urbano un rico patrimonio cultural que abarca desde la Historia Antigua hasta el siglo XIX fundamentalmente. Las distintas épocas de esplendor tienen su reflejo hoy en monumentos de gran valor histórico y artístico que proponen una mirada distinta a la ciudad que vio nacer a Picasso.
Este paseo por Málaga comienza por el castillo de Gibralfaro, ubicado en el monte del mismo nombre. Este recinto amurallado de rasgos andalusíes fue un emplazamiento de vigilancia costera usado tanto por fenicios como por romanos. La fortaleza fue ampliada y convertida en castillo por el rey nazarita Yusuf I. Posteriormente, el castillo fue tomado por los Reyes Católicos. Tras el asedio, el rey Fernando lo tomó como residencia, mientras que su esposa Isabel prefirió vivir en la ciudad. Actualmente, cuenta con un centro de interpretación en el que se explican sus vicisitudes a lo largo de la historia. Desde allí se tienen unas vistas únicas de la ciudad.
Erigida sobre una de las lomas del monte Gibralfaro, que se eleva en el mismo centro histórico, la Alcazaba de Málaga, es el segundo monumento más visitado de la ciudad, superado sólo por la Catedral. Se la considera como la construcción más emblemática heredada del pasado árabe. Pese a ello, esta fortaleza tiene cimientos anteriores de los fenicios, quienes fueron los primeros en apreciar que desde esta loma se avistaba perfectamente la Bahía de Málaga.
Teatro romano
La ciudadela amurallada -el vocablo ‘alcazaba’ viene del árabe ‘al kasbah’, que significa ciudadela- fue mandada a construir en el siglo XI. A los pies de la Alcazaba se encuentra el Teatro Romano, que fue construido en los primeros años del siglo I aprovechando precisamente la ladera que discurre desde las murallas árabes. Pese a ello, no fue descubierto hasta 1951. Según se desprende de los estudios realizados, el teatro se construyó en la época de Augusto y fue utilizado hasta el siglo III.
Sobre una mezquita se erigió la Catedral de Málaga, aunque su arranque como la obra arquitectónica que hoy se conoce ocurrió años más tarde y su construcción se alargó durante siglos. De hecho, todavía hoy no cuenta ni con la cubierta necesaria ni con una de sus dos torres, lo que justifica el apodo que le dan los malagueños: La ‘Manquita’. De su interior cabe destacar la obra escultórica del coro, con 42 tallas realizadas por Pedro de Mena, y los dos órganos.
La zona más conocida y transitada de la ciudad es la que conforman la calle Marqués de Larios y la plaza de la Constitución, dos espacios urbanos unidos peatonalmente, que invitan al paseo sosegado en cualquier época del año o en eventos tan especiales como la Semana Santa o la Feria de Agosto. La calle, que se inauguró en 1.891, aglutina a ambos ladas fachadas y edificios de finales del XIX y principios del XX. Más antigua es la plaza, que ya funcionaba como espacio de encuentro de la medina árabe, si bien no quedan restos de aquella época. Ere los edificios que rodean la plaza destacan el antiguo Colegio de los Jesuitas y la Casa del Consulado. Allí se encuentra la Fuente de Génova, una valiosa obra renacentista.
En paralelo a la costa, discurren por el centro histórico la Alameda Principal, que fueron hasta la apertura de calle Larios el eje de la vida social malagueña. Allí se ubicaron las murallas defensivas de la ciudad medieval, como se pueden ver todavía en la plaza de la Marina. El mar llegaba hasta esa zona hasta el XIX, como recuerda la presencia del Palacio de la Aduana situada junto al Parque de Málaga.
Donde hoy hay un recinto portuario orientado al ocio y al turismo antaño había un importante puerto comercial, que vivió sus mejores momentos entre los siglos XVIII y XIX. Como testigo de aquella época se puede ver La Farola -único faro con denominación femenina de España-, que se levantó en 1.811.
Pero, además de todo este patrimonio monumental, Málaga atesore muchos más atractivos. Por un lado, está su amplia red de museos, que la sitúan en uno de los destinos culturales europeos más importantes de Europa. Con la incorporación en los últimos años del Centro Pompidou y del Museo de Arte Ruso y la próxima apertura del de Bellas Artes, la ciudad roza la treintena de espacios de arte o temáticos. Así, Málaga cuenta con valiosas pinacotecas con obras de genios tan universales como la del Picasso, o pinturas decimonónicas, como las del Thyssen; museos temáticos que giran en torno a la tauromaquia, la Semana Santa, el arte sacro, el flamenco o el vino; museos relacionados con el arte del vidrio o con el mundo del automóvil. Y así un amplio abanico de museos que aumenta paulatinamente con el objetivo de consolidar a Málaga como un sólido destino cultural en el sur de Europa.
Además, no hay que olvidar los valiosos jardines históricos que tiene hoy Málaga tanto en el corazón de la ciudad como en las afueras. Entre ellos, destacan muy especialmente, el Parque de Málaga, el Jardín Botánico de la Concepción, los jardines de Puerta Oscura y Pedro Luis Alonso o el Cementerio Inglés. La mayoría de ellos fueron levantados entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, con especies botánicas muy singulares y, sobre un todo, un estilo romántico.
Donde dormir y comer
La ciudad está dotada hoy con una amplia hotelera, que ofrecen el máximo confort en el centro histórico. Es el caso del emblemático del Málaga Palacio, que celebra ya su medio siglo de vida, el Molina Lario, el Room Mate Larios Hotel o el NH Málaga, entre otros.
Málaga es una ciudad cosmopolita que ofrece la oportunidad de degustar cocinas muy diferentes en su centro histórico. Así, hay varios establecimientos donde se puede probar una gastronomía sofisticada, de fusión, con influencias foráneas. Por otro lado, están aquellos bares y restaurantes más tradicionales, donde no faltan ni los productos procedentes del mar ni el vino moscatel. Es el caso de la Campana, en calle Granada, la Casa de Guardia, en la Alameda, o el Pimpi.
Cómo llegar
Málaga es una de las ciudades del sur de Europa mejor comunicadas. Cuenta con uno de los aeropuertos más importantes del país, con numerosas conexiones internacionales. A su vez, el aeródromo malagueño está conectado directamente con la ciudad a través de la línea de Cercanías de Renfe. Además, en el centro neurálgico de la ciudad, se encuentra la estación María Zambrano, que conecta con AVE, Media Distancia y Cercanías.