Málaga, oleoturismo virgen extra

oleo

Pese a que España es el principal productor, comercializador y exportador de aceite de oliva en el mundo, el grado de conocimiento de la cultura de este alimento en nuestro país es ínfimo. La situación actual del sector agrícola, con numerosas amenazas derivadas de un mercado global, debe llevar a un replanteo de las propias actividades agro-ganaderas. Entre las posibles líneas de cooperación que pudiera recibir este sector consideramos que el turismo debiera ser considerado. Las actividades turísticas vinculadas con el conocimiento del mundo agro-ganadero están en auge, y Málaga debe saber aprovechar la coyuntura. Nuestra provincia ya cuenta con fama internacional y un reconocido prestigio por el turismo de sol y playa. Ahora empieza a ser conocida por otras formas diversas de turismo, una de ellas debe ser el Oleoturismo, el turismo ligado al aceite de oliva virgen extra.

La provincia de Málaga atesora un amplio y rico patrimonio vinculado a la ancestral cultura del olivo y del aceite de oliva virgen extra. Los principales actores e interesados, las almazaras, pueden convertirse en referentes de productos turísticos, gestionando y canalizando la oferta de actividades, tales como rutas guiadas, degustaciones, artesanía, participación en las labores de cultivo, primera transformación en almazaras, entre otras.

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Es por eso que, aprovechando la estructura organizativa existente y para prestar mayores y mejores servicios a la ciudadanía, sus futuros clientes, las almazaras pueden y deben convertirse en escuelas y profesores de los consumidores. Ellas deben ser embajadoras de este alimento mágico y milenario.

Expertos

Los expertos en turismo Melián, Millán y López, afirmaban no hace mucho tiempo:  «existe un número creciente de personas que quieren dedicar parte de su dinero y de su tiempo libre a conocer el mundo del vino y del aceite de oliva, sus historias, sus paisajes, su elaboración y a la gente que los hacen posibles». En la provincia ya existen varias almazaras y bodegas que han comenzado a “abrir sus puertas a los turistas”, combinando un posicionamiento turístico con su interés comercial y divulgador de esta nuestra cultura y que requieren una mayor difusión de sus actividades. El Molino de Nacho Pérez (Benagalbón), el Molino del Hortelano (Casabermeja), el Molino Mudéjar (Monda) o Finca la Torre (Bobadilla), son claros ejemplos.

La provincia de Málaga atesora un magnífico legado patrimonial vinculado al aceite. Son varias las localidades que tienen abiertos museos del aceite. Se pueden admirar portentosos olivos milenarios, entre ellos, el Olivo de Arroyo Carnicero en Casabermeja, mejor Olivo Monumental de España por la Asociación de Española de Municipios del Olivo en 2013. La rica gastronomía basada en el oro líquido está presente en numerosos establecimientos de hostelería en los que rezuma la cultura del olivo, de las aceitunas y del aceite de oliva virgen extra con Sabor a Málaga.

Apostar por un “Oleoturismo Sostenible” en nuestra provincia posibilitará aprobar nuestra asignatura pendiente, la de la Cultura del Aceite.

Eso sí, la experiencia nos indica que la formación es el único camino para que agricultores, almazareros, envasadores y demás empresas vinculadas a este sector, se conviertan en los mejores prescriptores de esta nuestra cultura, la Cultura del Olivo, del Aceite y de todo lo que rodea a este saludable y milenario alimento vertebrador de la Dieta Mediterránea, el Oro Líquido, la fuente por donde vuelve al corazón el alma de la tierra.

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