Pasan los años y la marisquería El Radar sigue siendo uno de los establecimientos de visita obligada en la Axarquía para los amantes de las delicias del mar. El restaurante lleva más de cuatro décadas instalado junto al paseo marítimo de Torre del Mar y renueva su prestigio en cada servicio, con platos basados en el producto local.
Carmelo Martín, propietario de El Radar y responsable de la cocina, sigue la máxima de que lo que está bien no hay que alterarlo. Por eso ha mantenido la carta casi intacta desde sus comienzos, hace 44 años. “Llevamos tanto tiempo siendo un referente en el mismo sitio que me da miedo cambiar algo. Nos vamos adaptando pero no me atrevo a dar un cambio radical, ni creo que lo haga nunca”, reconoce.
El pescado fresco, las frituras y el marisco son sus especialidades. En la Caleta de Vélez encuentra una despensa excepcional, con un pescado de una calidad inigualable que en El Radar tratan con el mayor respeto, potenciando su sabor y sus propiedades con preparaciones tradicionales. Si el ‘pescaíto frito’ es reconocido como una delicia de la gastronomía malagueña es gracias a hosteleros como él, maestros de una técnica nada fácil de poner en práctica. “Como en Málaga no se fríe en ningún sitio”, afirma convencido.

Sin perder su esencia han sabido adecuarse a las necesidades y demandas de su clientela. Hace una década le insistieron en que incluyera la paella en su carta y desde entonces la preparan todos los sábados con gran éxito. Los jueves es el día de otro plato especial, la fideuá, que se ha convertido en un reclamo para sentarse a su mesa.
Ante el aumento de la sensibilidad ante las intolerancias alimentarias decidieron aprender a preparar platos aptos para celíacos. Carmelo insiste en que El Radar no es un restaurante libre de gluten, no se lo puede permitir porque su cocina es pequeña, pero se formó y reconoce que se toman muy en serio la trazabilidad y la contaminación cruzada. Incluso implantaron un sistema propio. “Cuando llega un cliente con alguna intolerancia salta una alarma en cocina y activamos un protocolo que incluye usar guantes, emplear otra harina y cocinar en una freidora distinta”, detalla Carmelo.
Recientemente han incorporado una salsa nueva, muy marinera, para acompañar los pescados que cocinan a la plancha. “En lugar de aliñarlos con ajo, perejil y aceite, le incorporamos una salsita con langostinos y mejillones que hemos bautizado ‘al estilo Radar’”, explica Carmelo.

Cuando avance un poco la primavera y suban las temperaturs empezarán a abrir por las noches todos los días. Pero la carta no se toca, ni se ponen ni se quitan platos, aunque servirán más ensaladas, pipirrana o gazpacho. También servirán más pedidos para llevar a la playa. Y, sobre todo, facilitarán a sus clientes que puedan cumplir el lema que Carmelo tiene siempre presente: “Come y bebe que la vida es breve”.