Uno de los principales beneficios de esta fruta es su alto contenido de fibra, que es fundamental para una digestión saludable, promoviendo el tránsito regular del intestino y previniendo el estreñimiento. Además, ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, que resulta especialmente beneficioso para personas con diabetes o aquellos que desean mantener niveles de energía estables a lo largo del día.
La nectarina también es una excelente fuente de antioxidantes. Estos compuestos combaten los radicales libres en el cuerpo, moléculas inestables que pueden dañar las células y contribuir al envejecimiento y desarrollo de enfermedades crónicas. Los antioxidantes presentes en esta fruta, como la vitamina C y los betacarotenos, protegen las células del daño oxidativo y fortalecen nuestro sistema inmunológico.
Además de ser baja en calorías y grasas, posee una cantidad considerable de vitamina A, esencial para una visión saludable y una piel radiante. Además, la vitamina A desempeña un papel crucial en el crecimiento y desarrollo adecuados, especialmente en niños y adolescentes.
Otros beneficios
Otro beneficio destacado de la nectarina es su contenido de potasio. Este mineral esencial desempeña un papel crucial en la función muscular y nerviosa. Además, contribuye al equilibrio adecuado de líquidos en nuestro organismo y promueve la salud cardiovascular. Incorporar nectarinas regularmente en nuestra dieta puede ayudarnos a mantener niveles saludables de potasio y contribuir a la salud general de nuestro corazón. Para disfrutar de todos estos aportes saludables, es importante seleccionar frutas maduras y de calidad. Al elegir la nectarina, debemos buscar aquellas que estén firmes pero ligeramente suaves al tacto, con una piel lisa y vibrante. Hay que evitar las que presenten cortes, magulladuras o signos de descomposición. Para conservar su frescura, podemos guardarlas a temperatura ambiente hasta que estén completamente maduras y luego refrigerarlas para prolongar su vida útil.