El Valle del Guadalhorce, salpicado de cítricos, otros árboles frutales y olivos, está considerada como la comarca más fértil de la provincia de Málaga. Atravesada por el río que lleva su nombre y situada entre la Vega de Antequera y la sierra de las Nieves, se puede decir que esta zona es uno de los mejores exponentes de paisaje agrícola de la provincia de Málaga.
De los ocho pueblos que integran esta comarca, Cártama, Pizarra, Álora y Coín, son conocidos precisamente por su elevada producción de naranjas y limones, aunque también se pueden ver más cítricos en el resto de las localidades que integran el Valle del Guadalhorce, es decir, Alhaurín de la Torre, Alhaurín El Grande, Almogía y Valle de Abdalajís. Pero, además de su marcado carácter agrícola, esta comarca malagueña cuenta con otros atractivos turísticos que pasan por su interesante patrimonio histórico.
- Álora. Es un buen ejemplo de mantener vestigios de su pasado. No en vano está coronada por uno de los castillos andalusíes mejor conservados de la provincia de Málaga. La fortaleza se erige en un excelente mirador natural, el cerro de las Torres, desde donde se divisa buena parte del Valle del Guadalhorce. Pero, además de este recinto amurallado, en Álora se puede visitar la famosa parroquia de la Encarnación, uno de los templos de mayor tamaño de la provincia de Málaga. El convento de las Flores y la iglesia de la Veracruz son otros edificios religiosos que se conservan como parte de su patrimonio.
- Valle de Abdalajís. En esta coqueta villa se encontraron en su día vestigios de lo que fue la Nescania romana. Junto a la plaza principal se puede ver la peana que en su momento sostuvo una estatua de Trajano. El patrimonio de los vallesteros se completa con la ermita del Santo Cristo, el palacio de los Condes de Corbo o la parroquia de San Lorenzo, entre otros edificios.
- Pizarra. De todos los que hay en la Algarbía es el de fundación más reciente, al menos como villa. Su casco urbano ha ido creciendo en torno al Palacio de los Condes de Puerto Hermoso desde entonces. La población, que tiene su origen tras la Reconquista, conserva una de las capillas más emblemáticas del Valle del Guadalhorce, la ermita de la Fuensanta, excavada en parte sobre la roca en el siglo X. La imagen del Sagrado Corazón, situada en la sierra de Gibralmora, y un antiguo convento son otras construcciones de interés. A estas visitas habría que unir la del Museo Municipal, donde se pueden encontrar piezas etnográficas y arqueológicas de gran interés.
- Cártama. Este pueblo no sólo conserva algunos restos de su antiguo castillo árabe sino que también alberga a una de las ermitas más emblemáticas de la comarca, la de la Virgen de los Remedios, situada en la zona alta del casco urbano. Esta capilla, declarada como Bien de Interés Cultural, se encuentra justo debajo de los restos de lo que antes fue la mencionada fortaleza. Desde esa zona se atisba buena parte del territorio cartameño, que se caracteriza por contar numerosas aldeas y diseminados. Entre ellas, se encuentran las de Gibralgalia, Estación de Cártama o El Sexmo.
- Coín. Por su desarrollo urbanístico y por su población, ésta es la cabecera de esta comarca. En su casco urbano aglutina algunos de los edificios y enclaves más representativos del Valle del Guadalhorce, como son las iglesias de San Andrés y de Juan Bautista, la Torre de los Trinitarios o el Parque de San Agustín.
- Almogía. Situada prácticamente en las estribaciones de Los Montes de Málaga, en esta villa también se pueden ver algunos restos de fortalezas, como son la torre de la Vela, situada en la zona alta del casco urbano, o los vestigios del castillo de Santi Petri, uno de los principales bastiones de la antigua Bobastro. Como edificios religiosos sobresalen la iglesia de la Asunción y la ermita del Sagrado Corazón, que fueron levantados originalmente durante el siglo XVI. Pero, además de estas muestras de arquitectura, lo que más llama la atención en Almogía es el trazado del casco urbano de pasado andalusí.
- Alhaurín El Grande. En este municipio hoy se pueden ver varios vestigios de su pasado romano y árabe, entre los que sobresalen la columna romana del Cobertizo o la torre de Hurique. Sin embargo, lo que más destaca de su casco urbano es la existencia de varios edificios religiosos. Así, en un paseo por sus calles el visitante se encuentra con la iglesia de la Encarnación y las ermitas de la Vera Cruz, de San Sebastián y del Cristo de las Agonías.
- Alhaurín de la Torre. En esta localidad, que también está incluida en el área metropolitana de Málaga, destacan edificios singulares como la iglesia de San Sebastián, la Casa Refugio de Torrijos o los arcos del Acueducto de Zapata. También tienen especial importancia sus jardines históricos o la ermita del Alamillo.