Es una receta que abunda en diversas regiones de nuestro país, cada una con su forma de preparación particular y con ingredientes que también dependen de la zona, pero que sin lugar a dudas atrae a nuestro paladar por su dulzura. Si nos remontamos a su pasado, nos encontraremos con su procedencia árabe, una receta gastronómica que fue adoptada por los campesinos de Málaga especialmente para aprovechar los excedentes de las higueras y darle salida. Debido a su alto aporte energético era un producto muy consumido por los trabajadores del campo, ya que les permitía hacer frente a las largas jornadas que tenían por delante, por ello en Málaga era muy demandado y sigue siendo una de las estrellas, especialmente en fechas navideñas, sobre todo, en los pueblos del interior, de hecho, es muy reconocido en el municipio de Coín como un dulce que siempre tiene un hueco en la despensa.
Para su preparación se usan higos secos troceados en pequeñas partes con los que se crea una masa compacta en la que también se incluyen almendras peladas, clavo, canela y matalahúva. Con los ingredientes bien mezclados se forma una torta que se coloca debajo de una tabla y encima de ésta un peso para prensar bien la mezcla. Por supuesto, acepta y casa muy bien con otros frutos secos como nueces o avellanas, y además se le puede acompañar de chocolate o fruta escarchada.
El pan de higo tiene un gran aporte energético y un gran aporte en fibras que nos permite mantener el equilibrio en nuestro organismo, así como vitaminas A y C e hidratos de carbono, que lo convierten en un sustituto ideal a las barritas energéticas. Por tanto, es ideal para deportistas, para tomarlo tras realizar alguna actividad física importante o incluso si queremos afrontar una ruta senderista en la que vayamos a quemar bastantes calorías.
En cuanto a la producción de higos, además de los secos que se han expuesto a las altas temperaturas tras caer del árbol o que bien son recolectados para después dejarlos que se deshidraten, también nos encontramos con los de la variedad pajero, que están muy implantados en nuestra tierra y que son muy similares al higo seco, pero que tienen la piel mucho más suave, son más pequeños y su sabor es mucho más dulce. Es por ello que para la fabricación del pan son ideales, debido a sus cualidades.
Y además de ser uno de los reyes en nuestros postres, el pan de higo también puede formar parte de otros momentos de la mesa, como puede ser en forma de aperitivo cuando tengamos invitados en casa si lo usamos como un exquisito canapé o acompañándolo de queso, o bien formar parte de nuestro desayuno, así como tomarlo directamente como un snack para matar el hambre entre horas.
Preparación
Trocea los higos secos, pica las almendras finamente y mezcla todo con la harina en un bol.
Trocea las nueces y añádelas al bol. Agrega el anís y la leche. Mezcla todo bien.
Unta un molde con margarina y añade la mezcla anterior. Tapa con papel de aluminio y hornea a 160ºC durante 30 minutos.
Cuando esté hecho el pan de higos, déjalo templar y desmolda.
Ingredientes
500 gr de higos secos
50 gr de nueces
100 gr de almendras
100 gr de harina
5 cucharadas de leche
1 copita de anís
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Dificultad: media; tiempo: 40 minutos; precio: 5 euros