El Centre Pompidou Málaga acoge hasta el próximo 17 de septiembre una colección inédita compuesta por 4.000 diseños de Philippe Starck que invitan a entrar en la imaginación del diseñador francés.
Al acto de inauguración de ‘Starck, dibujos secretos. 4.000 croquis desvelados’ han acudido además del artista el alcalde, Francisco de la Torre; la directora del Centre Pompidou París, Julie Narbey; la comisaria de la muestra, Marie-Ange Brayer; la edil de Cultura, Gemma del Corral, y el director del Centre Pompidou, José María Luna.
Philippe Starck es uno de los pocos diseñadores de los que se puede decir que sus obras se encuentran en todas partes, tanto en objetos del día a día como en la imaginación. Tras la creación de su estudio Ubik, Starck ha concebido más de 10.000 proyectos que atraviesan los ámbitos de la creación con una misma obsesión: crear objetos al servicio de la gente.
La historia de la exposición, según el diseñador francés, «es demostrar, para explicar, la creatividad y mostrar que todo el mundo puede hacerlo».
Para Starck, el objeto debe ser «justo», «prestar servicio», ser útil funcional y emocionalmente. Desde los años 80, Starck ha creado numerosas obras icónicas, tanto en el diseño como en la arquitectura de interiores, entre los que se encuentran las sillas Richard III (1982) y Costes (1983), el taburete Mister Bliss (1980) o la lámpara Ara (1986), atribuyendo a su piezas nombres originales, intrigantes y divertidos con los que pretende crear un vínculo afectivo.
Starck recurre a tubos de acero, a patas en forma de trípode en objetos oscuros, a formas arquitecturadas y gráficas. Renueva el lenguaje del diseño a través de objetos transgresores y abre nuevas formas de percepción donde el objeto está dotado de un comportamiento simbólico y expresivo.
Así, frente a los ensamblajes y adhesivos posmodernos de los años 80, Starck recurre a formas monolíticas primitivas, a formas zoomórficas, presentes en sus primeros proyectos arquitectónicos en Japón: el proyecto para el concurso de la Ópera de Tokio, que nunca llegó a ver la luz (1986) con Jean Nouvel; el edificio Nani Nani (1989) de Tokio, realizado en cobre oxidado; el Baron Vert (1992) en Osaka con una fachada hermética e incisiones orgánicas; el Asahi Beer Hall (1990) y su llama dorada que surca el cielo nipón.
Después llegarían la Alhóndiga (2010) en Bilbao, el Port Adriano (2012) en Mallorca o el complejo deportivo Le Nuage (2014) en Montpellier, ejemplos todos ellos de una arquitectura orgánica y demostrativa, concebidos como ágoras, al estilo de las «plazas de pueblo» accesibles para todos. En todos sus diseños, Starck sugiere escenarios, situaciones de la vida cotidiana de las que cada uno se puede apropiar.
En rueda de prensa Philippe Starck ha recordado que las muestras «para mí parecen siempre ser como un homenaje a algo, están hechas para que se admire a alguien», y «no me gusta que se admire a alguien o algo, hay que mirarse a uno mismo», ha resaltado.
«Todos somos genios, el único defecto es que hay mucha gente que no saben son genios», ha asegurado el diseñador francés. También, durante su intervención, ha relatado cómo le propusieron la exposición, asegurando que «el mundo entero es un museo para mí, porque mis diseños están presentes en los salones, en los cuartos de baño, en las cocinas…».
Ha contado, de igual modo, que hay que comprender «que todo es posible» que «no hay una vocación divina que nos llega y nos convierte en genios creadores», sino «el servir a la comunidad y el trabajo». Por ello, ha incidido en que para crear «hay que evadirse de todo», y «por las mañanas, en su mesa, cogen un papel en blanco y un lápiz, nunca un ordenador, y se intenta merecer nuestra existencia».
«El diseñador nunca ha tenido la pretensión de sobrevivir, hay que ser lo más honesto posible, se puede intentar crear una vida mejor, y hoy es más salvar vidas que crear una vida mejor», ha explicado, por lo que «cada mañana intento ayudar», y «lo que se verá en los diseños no es complicado, no es ni siquiera aburrido, van a reconocer algunos productos que tienen en casa, que han sido creados y concebidos en una sola página, en un folio, porque no se necesita más».
Para Philippe Starck, «lo importante en la vida es saber que nadie necesita ser un genio, pero que todo el mundo está obligado a trabajar a su manera, con los materiales con los que disponga, y trabajar en el progreso y en la extraordinaria historia de la evolución».
De la exposición, ha comentado que «van a entrar en el cerebro, que podía ser el mío, que podría ser el suyo, de alguien que trabaja y que busca soluciones», a veces soluciones útiles, inútiles o interesantes, pero soluciones «que han marcado y han dejado su marca en nuestras vidas».
Ha pedido que los niños vean la exposición, para que comprendan que «con un papel y un lápiz y mucho trabajo y obstinación, se puede hacer un prototipo con un trozo de papel, de madera de plástico y al final ocurre la magia, y, al final, el sueño que se propone se acerca».
Por su parte, la comisaria de la muestra ha detallado que la exposición «ha sido una verdadera aventura», al tiempo que ha valorado el trabajo y la colaboración entre los equipos del Pompidou francés y de Málaga.
Asimismo, ha comentado que la idea principal de la exposición es «intentar crear y entender el proceso de creación», al tiempo que ha dicho que se muestra una parte de sus diseños, que «no tiene lógica aparente pero que se encuentra todos en la lógica de la creación». «Es una exposición única, no es diseño es mucho más, reúne muchas cosas», ha concluido.
Por su parte, el alcalde, Francisco de la Torre, ha valorado la presencia de Philippe Starck en el Centre Pompidou Málaga, asegurando que «es un honor acoger su obra».
Por su parte, la directora del Centre Pompidou París ha destacado la colaboración entre el centro malagueño y el francés, esperando que sea «duradera». De igual modo, ha incidido en que la exposición del artista francés «es rara» y «estamos encantando de acoger y mostrar el trabajo de Philippe y entrar en su cerebro».
«Creo que la exposición ha sido concebida así», ha remarcado, al tiempo que ha incidido en que los malagueños «van a descubrir con mucho placer esta exposición», ha concluido.
Almazara en Ronda
Por otro lado, Philippe Starck ha dicho que está trabajando en un proyecto de almazara en el municipio malagueño de Ronda, «uno de los lugares más poderosos del mundo», y ha explicado que el visitante a la muestra lo puede descubrir, ya que «está escondido», porque «está entre los diseños y les corresponde descubrirlo, porque no está marcado».
Ha dicho, sobre el proyecto, que es «el objeto más increíble de mi vida», ya que «me gustaría sintetizar todas las fuerzas de Andalucía en un bloque increíble, que muestre la fuerza de Andalucía y España».
Por último, sobre este proyecto de almazara, que no habla sobre el aceite de oliva, ha relatado que se sentirá «una gran lección de humanidad, y habla de nosotros, de vosotros los andaluces».