La noche del 23 al 24 del año sigue siendo muy especial en todo el litoral de Málaga. Junto con festejos más tradicionales como son las comilonas vecinales y las moragas con amigos y familiares han empezado a proliferar fiestas más ‘sofisticadas’, con actuaciones musicales, barra de bebidas y comidas… Optemos por crear nuestra propia fogata y quemar un ‘júa’ hecho por nosotros mismos o nos decidamos por acudir a una de las macrofiestas de San Juan de la capital, lo cierto es que esa medianoche la mayoría de los malagueños están en la calle.
Era una noche especial, mágica. Nuestros padres ese día nos dejaban trasnochar y eso para unos críos de no más de 13 o 14 años era LO MÁS –así, con mayúsculas. Se preparaba una comilona en el portal. Los vecinos bajaban mesas y sillas para pasar un buen rato en compañía de amigos y familiares. A las 12 la medianoche cobraba más que nunca ese aura de misterio: ¡Se encendían los Júas! Durante semanas habíamos estado buscando ropa vieja, maderas, serrín… ¡Todo para hacer una especie de Frankenstein que ardería en el paso del día 23 al 24 de junio.
¡Silencio! Tocaba prenderlo y todos, mayores y pequeños, esperábamos con emoción que aquello empezara a arder… ¡Listo!!! Tocaba ahora recorrer todo el barrio, de vecindad en vecindad, para ver cómo eran los fuegos ‘vecinos’ y así comprobar si el nuestro era el más grande, al menos a nosotros siempre nos lo parecía, ¿verdad?
Esta imagen con la que más de un lector se sentirá identificado era propia de uno de los distritos y municipios del interior. En las barriadas y localidades costeras lo que la tradición mandaba –y sigue haciéndolo– era meter los pies en el mar. Se supone que ese iba a ser el primer baño del verano, para muchos significaba –y significa– el comienzo de unas merecidas vacaciones. El agua se tornaba, aunque fuera solo en nuestra imaginación, en una especie de purificadora para dejar atrás lo malo y darle la bienvenida a lo bueno. Lo primero ya se había quemado en la hoguera, con papelitos en los que unos poníamos que la pareja nos había dejado, otros los suspensos que traía en las notas, o la enfermedad que había superado un familiar cercano…
Con el paso de los años sigue habiendo muchísima gente que esa tarde acude a una de las playas de la provincia con comidas y bebidas, mágica e incluso llegan a amontonar palos y matojos para encender la fogata tan propia de esta tradición. Hasta 2.000 personas llegan a congregarse, por ejemplo, en la playa de la plaza del Remo, en Torremolinos, respondiendo a la convocatoria de la Hermandad de Marineros Virgen del Carmen de la Carihuela. “Es una moraga a la que puede venir quien quiera, abierta a todo el público. Montamos una barra con sardinas, con carne, tapas y un magnífico ambiente, con misica en directo” –nos explica Francis Ramos, hermano de la misma. Por supuesto, no puede faltar la hoguera “y el meter los pies en el agua. En nuestro caso esto es imprescindible, por la vinculación que tenemos con el mar”, añade.
Entre los asistentes tanto residentes de la zona como turistas. ¿Imagináis la cara de británicos, alemanes y/o suecos al ver arder el ‘júa’ en la arena y lo que pensarán al ver como alguno se arranca a saltar el fuego? La celebración se prolonga hasta las 2 y las 3 de la mañana y “todos quedáis invitados”, nos dice Francis.
NOCHE DE ‘JÚAS’ A RITMO DE POP Y RAP
En paralelo a esta costumbre torremolinense y que promueve el ‘pueblo’, por así decirlo, las administraciones locales, los Ayuntamientos de la provincia, organizan eventos en los que se pierde parte de la magia propia de esta noche. En la capital hay conciertos en La Malagueta y en La Misericordia; por todo el litoral se suceden actos en relación a San Juan. En Rincón de la Victoria han anunciado ya que este 2016 se rapeará con las actuaciones de Gordomaster, el Sicario o el grupo rinconera Easy.S&C.Laps. También se desarrollan diferentes actividades musicales en la playa del Copo de Torre del Mar, donde además cada año se espetan sardinas para los visitantes y se realiza un concurso de ‘Júas’.
Torrox es otro de los lugares en los que se vive más intensamente este 23 de junio, tanto junto al mar como por el casco histórico, con una verbena popular que suele desarrollarse en El Pontil. Al día siguiente, por la tarde, se desarrolla el acto ‘Sanjuanenado en La Granja’, merienda popular que organiza la Asociación de Mujeres Almedina, con todo tipo de actividades y juegos populares.
Por la otra parte de la costa, destaca en Fuengirola la ‘Noche Blanca de San Juan’, en la playa del Castillo. Lo organiza el consistorio y cuando se presentó señalaron que se trata de una fiesta “con ambiente familiar y con una oferta amplia de música y comida”. Decoración ibicenca, por lo que todo el mundo debe ir de blanco.
Marbella, San Pedro o Estepona son otros de los puntos ‘calientes’. Este último ha publicado ya su convocatoria de la ‘Quema de los Bigotes de San Juan’, un concurso que va ya por su 38ª edición, que se dice pronto. Participan asociaciones de vecinos, grupos, entidades y otros colectivos que instalan sus ‘quemas’ en la playa de la Rada y se premia la más original y con mejor ambientación. Al terminar el certamen hay actuación en el paseo marítimo y se queman las finalistas a partir de las 23 horas. A la 1 a.m. se prende la ganadora.
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