Sedella, una mirada singular al Parque Natural de las Sierras

Este municipio combina en su territorio naturaleza, historia y cultura a partes iguales

El municipio de Sedella acudió por primera vez a FITUR para presentar su oferta turística. Su ubicación, a los pies del Parque Natural Sierras, Tejeda y Almijara le ofrece una ventaja competitiva para el turismo activo que han decidido aprovechar. De ahí que para esta primera edición hayan decidido asistir bajo el eslogan «Sedella, mirador de Tejeda».

«Cada año son más los visitantes que pasan por nuestro pueblo buscando adentrarse en el Parque Natural. Este espacio medio ambiental nos ofrece muchas posibilidades y tenemos que aprovechar la demanda de este tipo de turismo. De aquellos que quieren hacer deporte, de los que quieren estar en contacto con la naturaleza, de grupos de senderistas, de familias o de los amantes de la micología, de la flora o de la fauna», ha citado el concejal de Turismo, Juan Antonio Jiménez.

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«En nuestro Parque Natural pueden encontrar una gran variedad de árboles, entre ellos el Tejo que da nombre a nuestra sierra, de plantas, muchas de ellas en peligro de extinción; de mamíferos como la cabra montés y gran variedad de aves», ha agregado informando que el Centro de Visitantes del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama se encuentra en Sedella.

Jiménez ha hablado de las distintas rutas que salen desde el pueblo hacia este espacio natural y de las posibilidades «para hacerlas en bicicleta, en cuatro por cuatro o a pie«. «Luego toca descansar en algunas de las casas rurales que tenemos en nuestro término municipal y disfrutar de nuestra gastronomía», ha sugerido Abolafio quien ha citado el choto y los quesos de cabra, frescos o curados «bañados con la miel de flores silvestres que tapizan la sierra en la que se asienta el pueblo», ha señalado. «No hay que desaprovechar un buen vaso de vino del terreno y una conversación con nuestros vecinos y vecinas», ha propuesto el concejal de Turismo de este pueblo de la Axarquía con 700 habitantes.

«Estar en plena naturaleza y en un pueblo tan pequeño permite al visitante desconectar de la tensión de la ciudad. Puede disfrutar de nuestras panorámicas y recorrer nuestras calle empedradas respirando aire puro, empaparse de nuestras tradiciones, de nuestras historias populares y conocer otras formas de vivir», ha expresado Jiménez quien, no obstante, ha aclarado que durante el año también son muchas las actividades y eventos que organizan como el Día de la Trilla que se celebra el primer fin de semana de julio en el que rinden homenaje a las tareas agrícolas.

Es de los pocos lugares donde todavía se conserva una era. En la década de los cincuenta llegó a haber dos docenas. En agosto tienen la feria en honor a Nuestra Señora de la Esperanza. También celebran la Festividad de San Antón o las Candelarias.

En cuanto a los lugares de interés ha destacado el entramado mudéjar de suscalles «que sorprenden por su belleza y luminosidad dando que están encaladas». La Casa del Torreón es del siglo XVI; la iglesia parroquial de San Andrés construida sobre una antigua mezquita o la Ermita de la Virgen de la Esperanza, de construcción popular en el siglo XVIII. Además todavía se pueden ver los antiguos lavaderos públicos, los caños y diversas fuentes.

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