Naturaleza, espiritualidad y cultura: descubre las rutas del Camino de Santiago

Cada año, decenas de miles de peregrinos se lanzan a los senderos del Camino de Santiago, atraídos por la mezcla de espiritualidad, naturaleza, cultura y desafío personal que envuelve esta experiencia milenaria. Pero el Camino no es uno solo: hay múltiples rutas que atraviesan España desde diferentes puntos, cada una con su historia, su carácter y su ritmo. Aquí te presentamos algunas de las más conocidas, para que elijas la que mejor se ajusta a tus pasos.

El francés: el clásico entre los clásicos

Es el Camino por excelencia. El Camino Francés comienza en Saint-Jean-Pied-de-Port (en el lado francés de los Pirineos) y se extiende unos 780 kilómetros hasta Santiago de Compostela. Cruza lugares emblemáticos como Roncesvalles, Pamplona, Burgos, León y O Cebreiro. Es ideal para quienes buscan una experiencia completa, con buena infraestructura, albergues, compañía internacional y una dosis de historia en cada etapa. A menudo, quienes no disponen de un mes entero para recorrerlo completo, eligen comenzar en Sarria, a poco más de 100 km de la meta: la distancia mínima para obtener la “compostela”.

El portugués: suave, verde y con encanto atlántico

Desde Lisboa o, más comúnmente, desde Oporto, el Camino Portugués ofrece una ruta más llana y verde, atravesando viñedos, bosques y pueblos tranquilos. Puedes elegir la variante de la costa, con tramos que bordean el Atlántico y ofrecen vistas impresionantes, o la central, que discurre por el interior. Este camino ha ganado mucha popularidad en los últimos años por ser menos masificado que el Francés, pero igual de enriquecedor.

El primitivo: donde todo comenzó

El Camino Primitivo es el más antiguo. Lo inició en el siglo IX el rey Alfonso II el Casto desde Oviedo, al enterarse del descubrimiento de los restos del apóstol Santiago. Es también uno de los más duros físicamente, ya que cruza la accidentada geografía asturiana y gallega. Pero la recompensa está en sus paisajes solitarios, su autenticidad y la sensación de estar pisando el origen mismo de la tradición jacobea. Ideal para quienes buscan soledad, exigencia física y belleza natural.

El del norte: mar, montaña y silencio

Bordeando la cornisa cantábrica, el Camino del Norte une Irún con Santiago en un recorrido de casi 830 kilómetros. Es una ruta de una belleza paisajística excepcional, que atraviesa el País Vasco, Cantabria y Asturias antes de entrar en Galicia. Requiere cierto entrenamiento por sus constantes subidas y bajadas, pero ofrece un Camino menos transitado, con playas, acantilados, bosques y aldeas que parecen detenidas en el tiempo.

La vía de la Plata: el sur peregrina hacia el norte

Desde Sevilla parte la Vía de la Plata, la gran ruta del sur. Es la más larga (casi 1.000 kilómetros), y recorre el corazón de Extremadura y Castilla antes de unirse al Camino Francés o seguir por Sanabria. Ideal para quienes quieren evitar aglomeraciones y disfrutar de la calma de los campos abiertos, los restos romanos y la buena gastronomía.

Un camino, múltiples destinos

Aunque el destino final sea Santiago, cada ruta ofrece un viaje distinto. Algunos peregrinan por motivos religiosos, otros buscan introspección, superación personal, o simplemente unas vacaciones diferentes. Lo importante es elegir la ruta que resuene con uno mismo.

Como dice el dicho, “el Camino comienza donde tú quieras”. Solo hay que atarse bien las botas, abrir el corazón y dejarse llevar por la flecha amarilla.

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