Viajar por Europa: cinco joyas que te encantará conocer

Viajar por Europa siempre es una experiencia inolvidable, pero hay ciudades que brillan con luz propia, combinando historia, arte, gastronomía y paisajes de ensueño. Aquí te llevamos a cinco destinos imprescindibles, perfectos para perderse entre callejuelas, palacios y sabores únicos.

Florencia, arte en cada esquina

Florencia, la cuna del Renacimiento, es un museo al aire libre. El Ponte Vecchio, la Catedral de Santa María del Fiore y la Galería Uffizi son paradas obligatorias para los amantes del arte y la historia. Para disfrutar de la mejor vista, sube al Piazzale Michelangelo al atardecer y déjate maravillar por la postal perfecta de la ciudad.

La gastronomía florentina es sencilla y deliciosa. No puedes irte sin probar la bistecca alla fiorentina, un corte de carne a la brasa, y acompañarlo con un buen vino Chianti. Para el postre, un gelato artesanal mientras paseas junto al río Arno es una experiencia mágica.

Lisboa, el encanto de la melancolía

La capital portuguesa seduce con su mezcla de nostalgia y vitalidad. Sus tranvías amarillos recorren barrios como Alfama y Bairro Alto, donde el fado se escucha en cada esquina. No puedes perderte la Torre de Belém, el Monasterio de los Jerónimos ni un paseo por el moderno Parque de las Naciones.

Lisboa es un paraíso para los golosos: los pastéis de nata, crujientes por fuera y cremosos por dentro, son un imprescindible. Para una comida típica, prueba el bacalhau à brás, un revuelto de bacalao con papas y huevo, acompañado de un vino verde bien frío.

Praga, un cuento hecho ciudad

Praga parece sacada de las páginas de un libro de fantasía. El Puente de Carlos, el Reloj Astronómico y el Castillo de Praga componen un recorrido lleno de magia. Caminar por Malá Strana y cruzar al casco antiguo es como viajar en el tiempo, entre torres góticas y plazas vibrantes.

En cuanto a gastronomía, el guláš (goulash) checo, acompañado de knedlíky (panecillos al vapor), es ideal para reponer fuerzas. Y para los amantes de la cerveza, Praga ofrece algunas de las mejores del mundo a precios muy accesibles.

Brujas, la belleza de lo pequeño

Esta ciudad belga es una joya medieval que parece suspendida en el tiempo. Sus canales, puentes de piedra y casas de ladrillo rojo forman un paisaje de cuento. No dejes de visitar la Plaza Mayor, el campanario Belfort y dar un paseo en barco por los canales.

Brujas es también una tentación para los sentidos: el chocolate belga artesanal, los gofres recién hechos y la cerveza trapense son delicias que debes saborear. Además, no te vayas sin probar los moules-frites (mejillones con papas fritas), un clásico local.

Dubrovnik, la perla del Adriático

Rodeada de imponentes murallas, Dubrovnik conquista con su casco antiguo de calles empedradas y edificios de piedra blanca. Pasear por la Stradun, visitar el Palacio del Rector y caminar por las murallas ofrece una perspectiva única de esta ciudad que ha sido escenario de grandes producciones cinematográficas.

En Dubrovnik, el mar y la tierra se combinan en la mesa: prueba el crni rižot, un arroz negro con sepia, o un peka de cordero cocinado lentamente bajo campana de hierro. Todo acompañado, claro, de un vino dálmata.

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